Como nació lo de "Al madero no le gusta la ropa vieja"

Aquí se gesto el título de la novela En la fotografía que ilustra el presente escrito se puede ver el interior del bar restaurante donde sucedió la anécdota que me permitió titular mi novela, que se llama como quizás sepan ustedes “Al madero no le gusta la ropa vieja”, un título que a mí me gusta aunque resulte un tanto sorprendente. Pero en estas cosa de la escritura las cosas suceden muchas veces por sorpresa, uno está liado pensando en cómo titular un texto y de pronto se le viene a la mente una anécdota que te ofrece la solución al problema. Estaba sudando tinta china para encontrar el título para la novela, cuyo texto ni siquiera había comenzado a escribir. Había realizado algún trabajo de documentación, pero no había escrito ni un solo párrafo del relato. Supongo, no lo sé, porque ya les he confesado que no tenía ni idea de como se escribía una novela, que lo suyo hubiera sido ponerme a escribir y lo del puñetero título dejarlo para mejor ocasión; pero como soy un tozudo irreme...