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Mostrando entradas de mayo, 2021

A la rica receta negra V: Hoy las pupusas.

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Pupusas con encurtido Hoy quiero hablar de un plato que imagino prácticamente desconocido para la mayoría de los españoles, un plato producto de la sabiduría de las cocinas más humildes y populares que supieron crear una receta sencilla, barata, fácil de cocinar, con una capacidad saciante sorprendente y que además reunía las exigencias de una ciencia que en los tiempos en los que se inventaron las pupusas nadie conocía, me refiero a la Nutrición. En aquellas cocinas, que en muchas ocasiones se reducían a una chapa metálica sobre un fuego, las mujeres aplicaron su ingenio y confeccionaron un plato, las pupusas, que era capaz de dar mucha energía a cuenta de los hidratos de carbono del maíz o del arroz de la tortilla, con su poquito de grasa vegetal y con las proteínas animales o vegetales que completaban el plato que estaba destinado, no lo olvidemos, a unas gentes que debían trabajar muy duro de sol a sol. La pupusa es una tortilla gruesa de masa de maíz o de arroz, rellena con uno

Roberto Ampuero Espinoza representante de la novela negra chilena

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Igual me equivoco pero tengo la impresión de que Chile no ha tenido demasiada producción literaria negro criminal, me consta que las dictaduras no son terreno abonado para el género y que por lo tanto la de Pinochet podría justificar el pobre desarrollo del género negro, pero habrá que decir que en Argentina país del que si hablamos de dictaduras le da por desgracia, sopas con honda a los chilenos, existe una producción de novela negra muy importante tanto por la cantidad   como por la calidad de sus escritores. Dicho esto comprendo que durante la época de Pinochet era imposible escribir en Chile una novela realista que contuviera crítica social y ya para que les digo si hablamos de crítica política y por otro lado resultaba imposible que los autores acudieran al socorrido mecanismo de construir un personaje protagonista que fuera policía. Mal podía un escritor presentar positivamente a los lectores chilenos a un policía de Pinochet. No fue hasta el año 1987, un año antes de que se p

Dónde se relata cómo se diseñó la portada de "Al madero no le gusta la ropa vieja"

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Vista aérea de Puerto Rosario A veces esto de escoger el tema sobre el que escribir en el blog tiene más dificultades de lo que pudiera parecer a primera vista. Escribo esto el domingo por la tarde después de ver como mi equipo, el RCD. Español, desaprovechaba la ocasión para proclamarse campeón de la Liga Smart, aunque llevaba dándole vueltas a lo del tema desde el pasado viernes. Tenía preparados dos autores sobre los que escribir, había pensado en buscar una receta de comida mejicana que aparece en “El Cartel” de Don Winslow para añadirla a esa sección que titulo “A la rica receta negra” y también me apetecía contarles a ustedes cómo se diseñó la portada de mi novela “Al madero no le gusta la ropa vieja”, aunque si les soy sincero ninguna de las propuestas me terminaba de convencer. Así que a la hora de la verdad, es decir a las 19,18 horas de Canarias de este domingo y mientras escuchaba la música que ofrecía en ese momento Aardvark Blues FM, una emisora de radio que siempre cone

Dónde se relata como fue que Javier Nart prologara "Al madero no le gusta la ropa vieja"

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En aquellos días en los que  mi editorial  ya me había comunicado que su comité de lectura había decidido que el texto de "Al madero no le gusta la ropa vieja" merecía ser publicado,   pensé que mi labor había terminado, toda vez que habiendo dado fin a la novela y teniendo quien me la publicara, no veía yo que diablos podía hacer en el proceso de edición y publicación del libro, salvo esperar impaciente a que mi obra viera la luz. Ya he dicho más de una vez que cuando me decidí a escribir una novela y me puse ante la pantalla del ordenador, me di cuenta de que no tenía ni idea de cómo se escribía un libro, que esta es una tarea que como cualquier actividad del ser humano requería tener el oficio del que yo carecía. Mucho tiempo después y tras haber escrito  una vez la novela  y haberla reescrito dos veces más, no es que me considerara en posesión del oficio literario que tienen los profesionales de la escritura, pero había escrito un relato supliendo mi falta de oficio con

Meri Jungstedt, una sueca que se siente muy española

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Cuando a raíz del éxito de Stieg Larsson y su trilogía las editoriales españolas se dieron cuenta de la magnífica oportunidad de negocio que les ofrecía la novela negra nórdica se produjo en nuestro país una auténtica eclosión de traducciones de autores escandinavos. Entre esos autores se encontraba Mari Jungstedt que ya había publicado en Suecia, su país natal, en el año 2003 y que vio como su obra era traducida al castellano y publicada a partir del año 2009, lo mismo les sucedió a Asa Larsson y Camila Lackberg y a otros muchos autores que fueron “descubiertos” por la industria editorial española y puestos a disposición de sus consumidores a partir de ese mágico año 2009. Mari Jungstedt nació en Estocolmo el 31 de octubre de 1962, trabajó como periodista y nosotros la conocemos por su actividad como escritora de novela negra. Sitúa sus novelas en la isla de Gotland, lugar en el que nació su exmarido y en el que pasaban los veranos la pareja. Llama la atención que tanto Jungstedt, c

Pierre Lemaitre el escritor de género negro que ganó un Goncourt

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No sé por qué será pero desde hace algún tiempo tengo la impresión de que dejo un poco de lado a los autores franceses que se dedican al género negro. He estado tentado de darle un repaso a la lista de los escritores que han pasado por esta páginas para comprobarlo, pero si soy sincero me ha dado pereza. Pudiera ser que simplemente fuera una impresión o que a lo peor sea verdad lo de mi despego por los escritores galos, pero sea una cosa o la otra, valga el presente comentario para poner remedio a cualquiera de las dos situaciones, ya que hoy hablaremos de un autor francés que cultivó el género y que fue capaz de, a pesar de arrastrar la negativa carga de dedicarse a la novela negro criminal, trascender del estereotipo y ganar un Goncourt, lo que no es moco de pavo, que para eso de premiar nuestros vecinos del otro lado de los Pirineos son muy suyos. Debemos a los franceses el bautizo del género. Salvo en Italia, todos lo conocemos por el color que lucía en sus cubiertas la Serie Noi

Lorenzo Silva el escritor que nos acercó a los picoletos

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Esto de escribir tres veces a la semana sobre escritores que se han dedicado al género negro al principio resulta sencillo porque abundan mucho, el género negro criminal ha ido creciendo en la aceptación de los lectores y de ahí que haya una pléyade de escritores que se dedicaron y se dedican a este género. Pero al cabo de los meses la cosa se complica, uno va eligiendo sobre quién escribir y lo hace por distintos motivos, puede ser que lo haga por la nacionalidad, por la cantidad y/o la calidad de la producción literaria del autor, su sexo, por el éxito alcanzado o por el contrario a cuenta de la escasa acogida que  recibieron en su momento,  por parte de las editoriales o del público lector,  unas novelas de mérito; pero llega el día que uno no sabe bien a quién escoger. Hoy era uno de esos días, y me decidí por escribir sobre Lorenzo Silva y sus personajes los guardiaciviles Bevilacqua y Chamorro, porque pensé que, dejando a un lado la abismal distancia que me separa de Silva y su

A la rica receta negra IV: Hoy el souvlakis

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Volvemos al mundo de la cocina pero no abandonamos el de los los libros porque las recetas que aquí comento son de platos que aparecen en algún relato del género negro. Alguien podrá pensar que las recetas que traigo hasta ustedes son todas o casi todas de la cuenca mediterránea y tendrá razón, no en vano la novela negra mediterránea se caracteriza por la atención que presta a la gastronomía popular del escenario en el que discurre la narración.  La novela negra nórdica, dicho con todos los respetos, si por algo se caracteriza es por su paupérrima aportación a la presencia de la gastronomía escandinava, que seguro debe existir y ya para qué les cuento si uno se empeña en buscar algún plato que provenga de los clásicos yanquis del género. El otro día releyendo “Yo el jurado” de Mickey Spillane estuve atento para ver si encontraba algún plato para traer hasta ustedes su receta, pero desistí cuando leí que el protagonista llevaba a una señorita a cenar a un buen restaurante para comer … p

¡Vaya la que organizó el bueno de Stieg Larsson!

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  Cuando Stieg Larsson decidió comenzar a escribir una serie de diez novelas - que al final quedaron en tres y media pues el escritor falleció inesperadamente, por lo que su serie quedo reducida a la trilogía de Millennium - no sabía que con la publicación de su obra iba a organizar un auténtico terremoto en el mercado editorial. El éxito de “Los hombres que no amaban a las mujeres”, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” y “La reina en el palacio de las corrientes de aire” fue tan apoteósico que al socaire de su éxito se produjo una eclosión de autores nórdicos que, al menos en España, eran acosados por las editoriales para publicar sus obras, independientemente de su calidad. La novela negra nórdica contaba con un fantástico historial de autores de tal manera que con el tiempo tuvo la entidad suficiente como para crear un subgénero trufado de éxitos que unas veces se producían a nivel internacional y en otros casos se reducían al ámbito geográfico de Escandina