Curiosidades sobre la preparación de mi novela (Segunda parte)

Pármenides de Elea y Heráclito de Éfeso Les dejaba el otro día cuando me disponía a iniciar el estudio del manual de Patología Forense, tarea que me costó bastante más esfuerzo del que suponía y muchísimo tiempo. Tengo que reconocer que el esfuerzo no fue baldío, además de aprender muchísimo sobre el tema, lo cierto es que la idea de cómo apiolar a mi víctima, surgió del estudio de esa publicación. Visto desde la perspectiva que me proporciona el tiempo que ha transcurrido, me da la impresión que lo de llevar a cabo el estudio de las trescientas cincuenta y ocho páginas del puñetero manual me preparó para los trabajos de estudio y documentación que fui llevando a cabo antes de comenzar a escribir la novela y también los que me tocó afrontar durante el proceso de creación. No diré que me aficionara a la patología forense, porque no sería cierto, pero me pico el gusanillo y busqué documentación sobre fenómenos tales como el rigor mortis, la putrefacción cadavérica o la hemorragia subgale...