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Mostrando entradas de abril, 2014

La guardia de Jablanica. (Primera parte)

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Las garitas de la guardia de Jablanica Corría el mes de junio del año 1993 y la Cía. Austria de la Agrupación Táctica Canarias estaba destacada en Jablanica. Una pequeña población situada al norte de Mostar en manos de los musulmanes que formaba parte del área de responsabilidad de las tropas españolas. Era una zona montañosa dedicada tradicionalmente a la agricultura, la explotación de los bosques y la ganadería. Las líneas de confrontación entre el HVO y la Armija estaban muy cerca de Jablanica. Por el sur los del HVO estaban en Vrdi y combatían para controlar de manera permanente la carretera que conducía a Mostar y ocupar la ribera este del Neretva con la finalidad de evitar que hubiera comunicación con los habitantes del barrio musulmán de Mostar. Hacia el norte la existencia de bolsas croatas amenazaban la carretera a Sarajevo y al noroeste se encontraban los serbios que instalados en posiciones dominantes, observaban encantados la escabechina que se estaba producie

Juez Silva ¿Héroe o villano?

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Elpidio Silva Hace bien pocos días sostenía que, además de la crisis económica, sufríamos otra mucho más peligrosa y hablaba de la crisis moral que a mi parecer sufrimos como sociedad. Naturalmente  tendré que añadir aquello de sálvese quien pueda, pero en líneas generales creo firmemente que sufrimos un déficit ético muy preocupante. Sólo una sociedad enferma puede aplaudir y apoyar a un individuo como el juez Elpidio Silva que se ha convertido en un  héroe romántico para muchos de nuestros conciudadanos que se han apresurado a transmutarlo de juez presuntamente prevaricador a inocente víctima del gobierno,  decidido a acabar con él  para evitar que  investigue el caso de Caja Madrid. Particularmente Blesa me parece un sinvergüenza que muy probablemente terminará con sus huesos en la cárcel. Dicho esto, añadiré que Elpidio Silva me  resulta desde hace tiempo un trepa de manual. Un juez más preocupado por adquirir notoriedad que por llevar a cabo su trabajo y que metió

Entrega final. Mostar 20 de abril de 1993

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Así dejaron el Stari Most los croatas El teniente Castro se echó a reír cuando escuchó la frase que solté con tono grandilocuente. No iba a ser el general el único en utilizar frases peliculeras, lo de parar una guerra me sonaba a película y quedaba bien. Comencé a subir las escaleras. Mientras lo hacía me di cuenta que la preocupación me estaba pesando demasiado, a fuer de sincero debo reconocer que estaba francamente “acongojado”.  Me parecía que éramos una herramienta demasiado pequeña como para cumplimentar la misión. Respiré hondo y tragué saliva intentando que el nudo que tenía en la boca del estómago desapareciera. Pero afortunadamente, por sorpresa, mi servicio de atención sicológica personal, esa voz que todos hemos oído más de una vez, me habló lenta y claramente. Me dijo: Miguel si cada vez que tus legionarios se enfrentan a una dificultad y parecen vacilar, tú les dices eso de “que si este asunto fuera fácil no habrían mandado a legionarios a so

Cuarta entrega. Mostar 20 de abril de 1993

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El Alfa 21 y su tripulación. Sobre la cabina del conductor, el legionario Morales … Mientras el capitán se dirigía a su BMR, me di la vuelta y le grité a Ávila que la gente embarcara y pusieran los motores en marcha. Instantáneamente escuché el rugido del motor de mi BMR, sonreí, como siempre el 1º Guerra había estado atento a la jugada; subí al blindado y luché con el casco de transmisiones hasta ponérmelo, miré  a la columna y pregunté a los Alfa si había novedad; todos los vehículos tenían el motor en marcha y estaban listos para partir, les ordené seguirme y que mantuvieran la distancia entre vehículos. Por la línea interna ordené a Morales que siguiera al BMR del capitán, que se había puesto en marcha y avanzaba en nuestra dirección. Al pasar a mi altura vi al Capitán Romero hacerme gestos  para que lo siguiera, Morales movió el BMR y en el giro no se llevó por delante a tres musulmanes que estaban cuerpo a tierra en el costado de la carretera, porque Dios es grande. A p

Tercera Parte. Mostar 20 de abril de 1993

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Hubo que utilizar los parques como improvisados cementerios Despacio, quizás pecando de un exceso de prudencia, la columna avanzaba por la carretera que nos iba a llevar a Mostar, acabábamos de pasar por un tramo que estaba flanqueado por unas viviendas y a la izquierda de la vía entre dos casas vi un carro de combate de inconfundible corte soviético, no fui capaz de identificarlo, me extrañó que no hubiera nadie a su cargo, pero bastante tenía con lo mío como para preocuparme de los carros de combate que me fuera encontrando. Por la línea que me comunicaba con la tripulación, el tirador de la ametralladora y el conductor me llegó la voz del cabo Metralla, ¿lo ha visto? me preguntaba, asentí y cuando pretendía dar la novedad a Dracevo me encontré casi de bruces con el primer check point que atravesamos sin que nadie hiciera acto de presencia; un problema menos, pensé para mi. Lo comuniqué por radio y seguimos adelante, nos quedaban unos cuantos kilómetros para topar con

Mostar 20 de abril de 1993. Segunda parte

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Mostar, la ciudad del viejo puente Ayer dejaba el relato en el momento en que, melancólico, contemplaba como la columna de blindados que mandaba mi capitán se dirigía a Mostar. Me había quedado en Dracevo y eso no tenía remedio, al menos eso creía yo, así que me puse a la tarea de buscar acomodo para la tropa que no es que fuera trabajo de mucho lucimiento, pero alguien tenía que hacerlo y me había tocado a mí. Hice de tripas corazón y me  recordé a mí mismo la frase que repetía frecuentemente a los legías cuando pintaban bastos:  “En el Tercio, para lo que se tercie”  y me puse a trabajar. Me encontraba en la puerta del barracón que había sido el comedor del destacamento hasta hacía unos minutos y que ahora estaba pasando a toda velocidad a ser el dormitorio de tropa de la Cía. Austria y mientras me fumaba un cigarrillo, escuchaba distraídamente al Cabo 1º Guerra que animaba a los legías a practicar las virtudes del trabajo, la limpieza y el orden, con su estilo caracterí