No hay que dar de comer a la fiera

Les supongo a todos ustedes preocupados por el problema suscitado en Gaza entre Israel y Hamas que no hace otra cosa que poner de relieve algo que deberíamos tener todos muy presente. No es prudente alimentar a la fiera que convive con nosotros. Parece que muchos de los que están en política piensan que resulta más cómodo, en lugar de hacer frente a los problemas de difícil solución, dar tiempo al tiempo y en todo caso “ceder” algo, ante quiénes reivindican la solución a ese problema y así calmarlos. El tonto de turno alimenta a la fiera, eso sí con dinero público y engrasa la voluntad de los reclamantes para que guarden silencio y no se da cuenta que con ese dinero y con las cesiones correspondientes la fiera crece. El badulaque está convencido que en tanto lo tenga harto de comer el bicho permanecerá manso y silente, no se da cuenta que lo que le da, ayuda al crecimiento de la alimaña y de su apetito. Indefectiblemente llega el momento en que no se le puede dar más a la...