Agosto: Tiempo de lectura, charlas, comentarios y ... críticas


Esto de explicar lo que ha hecho uno en el mes de agosto, mes vacacional por excelencia, me resulta un poco raro, porque al fin y a la postre soy un jubilado, así que lo de las vacaciones me alcanza en todo caso de manera tangencial, pero como decidí no publicar en el blog durante ese mes he decidido contarles lo que han sido para mí estos treinta y un días, porque de algo hay que escribir y aunque no sea un tema muy original, bien podría servir para rellenar el folio y medio que me toca cumplimentar hoy.

No he hecho nada de particular, pero las vacaciones de los demás me han dado la oportunidad de mantener conversaciones con personas que hacía tiempo no había tenido ocasión de frecuentar; por otro lado he aprovechado estos días para leer, lo hago siempre, pero en este mes me he dedicado a la lectura con una mayor aplicación. Tenía reservado para el mes de agosto la recopilación que, sobre las novelas negras protagonizadas por el comandante Verhoeven, escribió el genial Pierre Lemaitre publicada en su momento Alfaguara en su serie negra y que se ha reimpreso en enero de este año. Puedo comprender que lo de meterte entre pecho y espalda, sin solución de continuidad, 1149 páginas del mismo autor pueda resultar un ejercicio que a algunos les parecerá poco deseable, no es mi caso, disfruté de todas y cada una de las páginas de esta trilogía que curiosamente tiene cuatro relatos, el motivo de esta anomalía lo explica el propio Lemaitre en el prólogo de esta obra.

No voy a desvelar el motivo, si sienten ustedes curiosidad les recomiendo que se hagan con un ejemplar y allí el propio autor les explicará el asunto de la trilogía mucho mejor que yo pueda hacerlo. Como ya les he dicho disfruté plenamente de los cuatro relatos – dos de ellos ya los había leído - escritos con una gran calidad literaria, con unas tramas más retorcidas que un sacacorchos, bastante violentas - para que vamos a engañarnos - y unos personajes que atraen poderosamente al lector. Les recomiendo su lectura.

Y para desengrasar un poco estuve leyendo un ensayo de Salvador Vázquez de Prada titulado “La Novela Policiaca en España”. El autor era un magistrado ilerdense que nos abandonó hace ya unos años, que tenía una extraordinaria autoridad sobre el mundo de los tebeos, los cómics, las novelas populares – aquellas que se vendían en los quioscos a un duro -, las novelas de detectives, del oeste, policíacas y negras. El que he leído fue el primer ensayo que sobre el tema se publicó en España y resulta muy interesante, por lo que nos cuenta Vázquez de Prada y por toda la información que aporta.

Sobre el aspecto social de mi existencia en este mes de agosto, por fortuna disfruté de una serie de celebraciones familiares que satisficieron esa parte de mi cotidianidad. Los cumpleaños de mi nieto Tiago y de Tina, mi mujer, y las onomásticas de mi hija Elena y de Tina nos dieron oportunidad para las celebraciones familiares que tan importantes son. Por otra parte, como no escribía tuve bastante más tiempo que el resto del año y ya se sabe que cuando el diablo no sabe qué hacer, con el rabo mata moscas, así que tuve oportunidad de charlar con algunos amigos que a esa condición unían la de ser lectores de mi novela.

La verdad que lo de hablar con los lectores de una novela que has escrito a mí me parece, quizás injustificadamente, un ejercicio que tiene más aristas o riesgos de los que parece a primera vista, aristas que en esta ocasión esquivé satisfactoriamente. Esas charlas me pusieron de relieve, entre otras muchas, una cuestión que aunque sabida, frecuentemente no se tiene presente. Me refiero a que realmente quien termina de construir una novela es el lector, que cuando lee tu texto pone en marcha su imaginación y vive el relato a su particular manera. Me reía cuando un buen amigo mío me daba su opinión, muy negativa por cierto, sobre la personalidad de un juez que aparece en la novela y me reía porque mi hermana Marga apenas hacía unas horas me había dicho textualmente “ese juez tan mono”, así que agradezco el que mis lectores me hayan recordado algo muy importante, sin lectores no hay novela.

Un amigo me sorprendió con una llamada telefónica para decirme, en cuanto descolgué el teléfono, “me estoy tomado un café en el mismo bar en que se lo toma Marc Rodríguez – el protagonista de mi novela - y me explicó que le había encantado leer una novela que transcurría en su ciudad y que en sus páginas podía reconocer las calles, lugares y establecimientos con los que topaba todos los días. Otro me explicó que se había leído la novela ¡por segunda vez! y que el relato le había gustado muchísimo más que en la primera ocasión que la leyó, la relectura le había permitido encontrar una serie de matices que no había percibido en la primera lectura. 

Una lectora me paró en la calle para decirme que estaba leyendo la novela  que la tenía enganchada y me dijo “Por cierto ya sé cuáles son los apartamentos que aparecen en tu novela” le dije que no era posible porque la descripción respondía a una invención y me dijo pues vete un día a los apartamentos X y verás, son exactamente igual a los que describes en la novela; visita que debo todavía pero que cumplimentaré a la mayor brevedad posible. Hubo quien me dijo que aportaba demasiados datos en la novela y quien, por el contrario, alabó la minuciosidad con la que estaba escrita la novela. Así que hubo de todo como en botica, pero resultó una experiencia muy agradable.

Y ya finalizando el mes me sorprendió una crítica, que firmaba Alicia Sab, que no me resisto a transcribirles porque lo cierto es que su lectura me alegró el día... y el resto del mes. Aquí se la dejo, a ver si su lectura anima a comprar un ejemplar de “Al madero no le gusta la ropa vieja” a aquellos que todavía no lo hayan hecho. Decía así mi nueva amiga Alicia:

“¡Buenas tardes!

Acabo de vivir la aventura más interesante de mi vida leyendo “Al madero no le gusta la ropa vieja” de Miguel Rives Bernadas. He sido una más del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil en Fuerteventura. ¡Fantástica experiencia! He vivido hora a hora las vivencias, los descubrimientos de dos guardias civiles intentando esclarecer un asesinato. ¡Magnífico!

Aparece un cadáver, hay que averiguar y ahí aparece la Guardia Civil. Daniel y Marc. Uno veterano y el otro algo novato, acabado de llegar a la isla y casi al Cuerpo. Accidentalmente están adscritos a la Policía Judicial. Les toca recoger pruebas, analizarlas, llegar a conclusiones… Y lo consiguen. En una semana de trabajo intenso descubren no solo al asesino sino toda una trama de blanqueo de capitales, corrupción y abuso de menores.

Una historia frenética, una aventura vivida desde dentro, al minuto. Se vive el análisis de las pruebas, los avances, los cambios en la línea de investigación… Dicho así suena lento, aburrido. Nada de eso. Todo lo contrario. Es una novela trepidante, llena de acción, con múltiples escenarios en los que estás y que el autor describe con tres o cuatro pinceladas suficientes, para que estés allí y los veas. Es una narración rápida, clara. Capítulos divididos en partes con la indicación del día, hora y lugar, lo que ayuda a estar siempre situado, hacen más rápida y clara la lectura.

Y que refleja también la mente estructurada metódica y militar del autor. Muy bien tramada, fácil de leer y que engancha desde que esperamos con Marc (primer renglón), sí, sí, Como suena. O desde el prólogo cuando conocemos a Miguel y su valiente actuación en Sbrenica.

 Con sus toques de humor y también contando los roces o desencuentros que se pueden dar en las relaciones dentro del Cuartel. Una novela negra en toda regla.

Miguel, intuí quién podría ser el asesino, pero con la aparición de pruebas me despistó por completo, hasta el punto de olvidarme de mi sospecha e ir siguiendo las pistas que se van descubriendo.

¡Enhorabuena y gracias, Miguel! He pasado con su novela dos tardes maravillosas. Espero la siguiente.

Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere nos veamos por aquí el próximo sábado. Cuídense mucho.

Un abrazo.

Si estuvieran interesados en adquirir mi novela "Al madero no le gusta la ropa vieja", pueden hacerlo encargándola en su librería habitual o si prefieren hacerlo por internet, aquí les dejo un enlace que les permitirá adquirir mi obra.

Clique aquí

Comentarios

Entradas populares de este blog

Albert Rivera y su irrelevancia política

"La velocidad de la Luz". Javier Cercas escribe sobre la capacidad del hombre para hacer el mal

¿Feliz año 2024?