Noah Gordon, in memoriam

“Noah Gordon, 1926-2021”

Hoy he querido que mi comentario versara sobre Noah Gordon que abandonó este mundo el pasado 22 de noviembre, a la edad de 95 años. Así lo anunció su familia en su página web oficial, sin anunciar una causa. Su perfil en Twitter mostraba al escritor caminando en la calle con un andador, con un lacónico mensaje: “Noah Gordon, 1926-2021”. Personalmente disfruté mucho, como millones de sus lectores, de sus novelas y por eso he querido recordarlo hoy en el blog.

Tras licenciarse en Periodismo y Letras en la Universidad de Boston, Gordon inició una intensa labor de articulista que le llevó a colaborar con The Boston Herald y The Worcester Telegram. Antes de dedicarse a la escritura de relatos épico-históricos ejerció de periodista especializado en medicina. El reconocimiento internacional le llegó con "El médico" la obra que hoy vamos a comentar, novela con la que inició la saga de la familia Cole. 

Sus novelas se caracterizan por tener unos personajes perfectamente analizados psicológicamente que no resultan complejos. Son relatos bien construidos que mantienen el interés del lector por el argumento, las descripciones de los paisajes son bastante precisas, tan dignas de fiar como las de una guía turística. Su escritura fluye eficiente, exenta de cualquier asomo artístico o floritura, en casi todas sus obras suele tocar el tema de la medicina. Cuando se le acusa, dicho sea entre comillas, de ser un fabricante de best sellers afirma: “El Quijote también es un best seller”.

Gordon nos cuenta en el “El médico” la vida de un niño inglés de nueve años, Rob J. Cole, hijo del carpintero Nahanael Cole y de Agnes Kemp, al que en poco tiempo el destino va a transformar en huérfano de padre y madre, por lo que tiene que hacerse cargo de sus cinco hermanos menores y que, ante la imposibilidad de que subsistan por sí mismos, el gremio de carpinteros decide repartir a los hermanos en distintas casas. Al final solo queda por adjudicar Rob al que nadie quiere pues siendo pequeño para trabajar consume ya mucha comida. El destino lo pone en manos de un barbero cirujano Henry Croft, conocido por Barber, debido a su oficio, que lo toma como aprendiz. 

A lo largo del relato asistiremos al crecimiento intelectual, profesional y personal de Rob que encuentra en su maestro un hombre exigente pero justo que lo pone al corriente de todos los trucos que posee para atraer la atención de la clientela que habita en las aldeas de toda Inglaterra. La vida trashumante gusta a nuestro protagonista que posee un don que ahora puede utilizar. Robert Cole tiene el don de saber quién va a morir con solo tocar las manos de los pacientes. Ese don angustia al muchacho que lo entiende como una indeseable responsabilidad. Pero poco a poco toma conciencia de que desea curar a sus semejantes pero es un ignorante y eso le impide hacerlo.

Noah Gordon nos llevará a través de la Inglaterra de la Edad Media hasta que el protagonista decide viajar a Persia para poder estudiar medicina. De su mano asistiremos a ese viaje y conoceremos todas las aventuras que va a vivir el protagonista, que para poder ser admitido en la madrasa de Ispahán, decide hacerse pasar por judío para burlar la prohibición que impide que un cristiano pise la ciudad, a tal fin se convertirá en Jesse Ben Benjamín, un estudiante judío procedente de Inglaterra.

A lo largo de la novela el autor nos irá presentando infinidad de personajes bien descritos, curiosos y poco a poco iremos conociendo detalles muy interesantes de la vida en Inglaterra y media Europa. Acompañaremos a la caravana que transporta a Robert Cole hacia su destino, partiendo de Francia, y pasando por Alemania, Chequia, Hungría, los Balcanes hasta llegar a Constantinopla.

Jesse Ben Benjamín conocerá el amor a lo largo de ese viaje y conseguirá llegar a Ispahan y una vez allí logrará ser admitido en la escuela de medicina que dirige Ibn Sina, conocido en el mundo occidental como Avicena.

Avicena es el nombre por el que los escolásticos conocieron al filósofo persa Ibn Sina. En Oriente era considerado un auténtico maestros de la Medicina y escribió el "Canon de Medicina" que sería traducido al latín en el siglo XII y se convirtió en texto indispensable en las universidades occidentales. Se interesó también por el estudio de la filosofía de Aristóteles, definiendo las relaciones entre el ser y su esencia; entre lo posible y lo necesario.

Dios sería el ser necesario en el que coinciden esencia y existencia. De esta manera en Avicena se pone de manifiesto una doctrina que provocará interesantes debates durante la Edad Media y el Renacimiento. Dios posee la existencia en virtud de su esencia, en Dios esencia y existencia son una sola cosa. Por ello el concepto de Dios no se puede definir, no cabe preguntarse de Dios qué es, porque no hay un qué. Avicena sostiene que la producción del mundo por parte de Dios es eterna. El mundo es un efecto eterno de una causa eterna, Dios.

Nos encontramos ante una magnífica obra, uno de esos libros que te obliga a continuar leyendo por tarde que sea, un relato ameno e interesante que trata de temas tan próximos e importantes para nosotros como el aprendizaje, el esfuerzo necesario para alcanzar las metas que nos fijamos, el amor, la salud, la amistad, la enfermedad, la medicina y su aplicación en un mundo tan distinto al nuestro.

Observaremos como una serie de hombres se preocupan por alcanzar la sabiduría que les va a permitir curar a sus semejantes y como hoy en día nos encontraremos  con médicos entregados a su profesión y a sus pacientes por encima de cualquier otra consideración, mientras que otros tienen otras prioridades.

Una obra muy entretenida, que tiene la ventaja de que forma parte de una trilogía, la historia de Cole y su descendencia continua en “Chamán “y “La Doctora Cole”. Digo ventaja, porque al que le guste la novela de Noah Gordon sabe que tiene otras dos esperándole.

Así que en definitiva una excelente novela que nos va a llevar por buena parte del mundo medieval conocido, a través de las experiencias de ese pobre huérfano inglés que le convertirán en un excelente médico y esas vivencias nos aproximarán a una serie de civilizaciones y formas de vida absolutamente desconocidas para los europeos de aquellos tiempos, recuerden que estamos hablando del año 1.021 de nuestra era, que es cuando comienza la narración.

Una magnífica novela que les entretendrá y apasionará. Si “El Médico” ha sido leída por millones de lectores y traducida a más de veintitrés idiomas, es difícil que tanta gente se equivoque.

Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere, nos encontremos por aquí el próximo martes. Cuídense mucho.

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