Los inquietantes "Parientes pobres del diablo" de Cristina Fernández Cubas


 

Debería haber pospuesto el presente comentario para dejar algo de espacio entre la publicación del martes y la de este día, porque coincide que las dos obras que dan lugar a estas modestas glosas son de un género, el del cuento o relato corto, que de acuerdo con lo que manifiestan los editores de este país, tiene muy poca demanda entre los lectores. Sin embargo a mí me gusta mucho, quizás por eso fuera por lo que comenté estas dos obras en el programa de televisión en el que hablaba sobre la lectura y los libros. Así que espero me excusen y a pesar del introito, un poco pesimista la verdad, se atrevan a leer hasta el final lo que aquí escribo, porque les garantizo que la autora y la obra que nos ocupan tienen mucho interés.

Cristina Fernández Cubas nació en Arenys de Mar en el año 1945, estudió Derecho y Periodismo en Barcelona. Desde la aparición de su primer volumen de cuentos en el año 1980, fue afianzándose título a título como un referente indiscutible para sucesivas generaciones de cuentistas, de hecho en la actualidad está considerada la mejor escritora de relato corto de nuestro país.

Vivió en la Argentina y Egipto, estancia que aprovechó para aprender árabe. Es autora de ocho libros de relatos “Mi hermana Elba”, “Los altillos de Brumal”, “El ángulo del horror”, “Con Agatha en Estambul”, “Parientes pobres del diablo”, “El vendedor de sombras, “La habitación de Nona” y “De mayor quiero ser bruja. Tres novelas: “El año de Gracia” “El columpio” y “La puerta entreabierta”; una obra de teatro “Hermanas de sangre” y un originalísimo libro de memorias narradas,” Cosas que ya no existen”.

Títulos que han recibido un caluroso tratamiento por parte de la crítica y del público y que configuran en su conjunto, una obra literaria si no muy extensa sí de las más originales y fascinantes de la literatura española. Aunque hay que decir que el conocimiento que tiene el gran público de Cristina se resiente de esa especie de maldición que sufren los autores de relato corto en España.

Su obra está traducida a nueve idiomas. Por su impecable construcción y la hábil manipulación de la trama, “Parientes pobres del diablo” supuso en su momento la culminación de una larga trayectoria y sus tres historias, escritas con la precisión y el sutil distanciamiento de los grandes narradores, brindan al lector personajes y escenas inolvidables.

No se puede calificar a Fernández Cubas como una autora prolífica, de hecho ella misma manifiesta que se considera muy exigente consigo misma, tarda mucho en publicar porque no resuelve hacerlo hasta que está contenta con lo que ha escrito. Por otra parte manifiesta Cristina que esos espacios temporales entre publicaciones, los utiliza precisamente para lo que más le gusta, la reflexión en el aislamiento y a ese lento proceso creador libre de problemas, como son las promociones o los plazos de entrega. Reconoce que trabaja lentamente pero está satisfecha del sistema y no apuesta por cambiarlo.

Como ya he dicho Cristina Fernández Cubas es una de las autoras españolas especialistas en el relato corto, ya saben que es un género que siempre me ha fascinado, si lo comento poco, es porque creo que no hay muchos lectores que coincidan conmigo. En España no sé porque rara razón siempre se ha considerado a este género como si de segunda división se tratara.

Y a mí me parece injusto, el relato corto o el cuento como también se conoce, requiere una gran dosis de oficio para en muy pocas páginas crear una historia convincente y unos personajes, muchas veces apenas esbozados y que sin embargo resulten creíbles. Creo que este género no está al alcance de cualquiera.

La obra “Parientes pobres del diablo” se divide en tres relatos el primero “La fiebre azul”, el segundo que da nombre a la obra “Parientes pobres del diablo” y por fin el tercer relato que se titula “El moscardón”. Los tres tienen relación con el diablo, son relatos más bien largos de unas sesenta páginas cada uno y mantienen perfectamente bien la tensión y el hilo del relato.

Alguien preguntó a la autora si estos relatos podrían incluirse entre los relatos góticos y Cristina contestó negativamente, nuestra autora se resiste a definir sus obras, pues entiende que la calificación les restaría naturalidad, que la definición las limitaría; para la autora cada obra es una nueva aventura que nada tiene que ver con la anterior.

Pero sí hay que señalar que pese a esta afirmación cuando Cristina Fernández Cubas habla de los autores que le han causado mayor impresión, sobre todo en su adolescencia, Cristina nombra sin dudar a Poe, Henry James, Stevenson, Mary Sheeley o a Stoker, así que sus gustos no están muy lejos de lo que se conoce como novela gótica.

En esta obra la autora nos presenta unos nuevos diablos, o por mejor decir unos seres diabólicos que han sido expulsados del infierno por no cumplir con todas las expectativas de su condición. No alcanzan la categoría de diablos, pero proceden de la misma naturaleza y conviven con nosotros, una original manera de poner al diablo o al menos a sus parientes pobres en la vida cotidiana de los personajes de estos relatos.

No hace falta ser gótico para aceptar que en este mundo ocurren cosas que no responden a la dictadura del racionalismo, cosas y actos que no se pueden aceptar bajo el prisma de lo que nos parece racional, pero que suceden o al menos así nos lo cuenta Cristina Fernández Cubas.

En esta obra la autora nos enfrenta a tres relatos distintos, pero que tienen una cosa en común, que no es otra que la inquietante presencia de una serie de seres o quizás sería mejor decir de unas presencias que nos pondrán en contacto con un mundo y unas consecuencias inquietantes.

Cristina con sus relatos hace que los lectores nos preguntemos, cómo se manifiesta el mal, dónde se encuentra, cómo podemos defendernos de su presencia, en definitiva unas preguntas tan antiguas como el propio hombre. Desde luego son unas preguntas de difícil contestación; Cristina Fernández Cubas sostiene, a mi modesto entender, que el mal convive con nosotros, que lejos de ser algo lejano o sobrenatural, lo tenemos muy próximo a nosotros, lo vemos aun cuando en ocasiones no lo percibamos.

Una obra inquietante pero muy bien escrita, no en vano Cristina Fernández Cubas es una especialista en el relato corto y en temas interesantes a la par que inquietantes. Léanla y no se arrepentirán, pueden estar seguros.

Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere volvamos a encontrarnos por aquí el próximo sábado. Cuídense mucho.

Un abrazo.

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