Machista, homófobo, fascista, golpista y ¡ahora racista!


Si prefieren ustedes escuchar el texto del post de hoy en lugar de leerlo, lo pueden hacer en el enlace que pongo a su disposición. Les ruego perdonen los errores. 

Hace ya tiempo que en España la izquierda ha decidido que está en poder de la verdad absoluta y por lo tanto todo aquel que disienta lo más mínimo de sus opiniones o hechos, inmediatamente es etiquetado y mediante el uso de esa etiqueta descalificado. No se permite la menor disensión, el que se sale de la ortodoxia progresista, el que no acepta la verdad que ha construido la izquierda, queda marcado para siempre.

Es un método que forma parte de una táctica muy antigua y que siempre le ha dado resultados muy apreciables a la zurda. Se trata de polarizar a la opinión pública, no se opina tanto porque uno crea lo que defiende, sino que se opina en contra de los que no están de acuerdo. Lo grave de este fenómeno es que lo protagonizan los que se autoproclaman defensores de la libertad y la democracia. Yo los llamo demócratas fijos discontinuos, porque lo son únicamente cuando serlo les beneficia, creen que su libertad es infinita y como tal la reclaman, pero ignoran que los “otros” también tenemos derecho a nuestro pedacito de libertad.

No se puede opinar con libertad en un país en el que en cuanto tu opinión choca con la de los zurdos, recibes una lluvia de descalificaciones, cuando lo normal sería - por mucho que le extrañe a la pijo progresía - que quién no estuviera conforme con lo que tú piensas, argumentara y aportara ideas al debate. No es así, aquí no hay debate posible porque la mayoría de los ciudadanos que se autodefinen como progresistas, se limitan a repetir como loros las ideas fuerza que les sirve la agit prop de la zurda.

Esto empezó con aquello de la lucha contra la “violencia de género”,  concepto que impuso la izquierda aunque no respondiera con precisión a lo que pretendía definir. Frente al concepto de la derecha que sostenía, con razón, que definía mucho mejor la realidad de las cosas el concepto de “violencia doméstica”, que en lugar de limitarse a englobar a los dos “géneros”, daba acogida a una serie de violencias específicas que se producen habitualmente en el ámbito del hogar y en lugar de limitar la lucha contra la violencia del hombre contra la mujer y también la olvidada, violencia de la mujer contra el hombre, la derecha ampliaba esas dos posibilidades y cubría también la violencia contra los menores, que habitualmente se desarrolla en el ambiente familiar y la violencia que sufren las personas mayores en ambientes domésticos.

He de suponer que las estadísticas de la violencia producida contra menores y ancianos, que nos decían que mayoritariamente las originaban mujeres, hizo que no se aceptara un concepto mucho más lógico que el propuesto por la izquierda. Pero es que a la zurda le importa más bien poco lo de solucionar problemas, lo que busca es el interés partidista que le produzca esa supuesta lucha contra el machismo que protagonizan las organizaciones feministas, generosamente subvencionadas con dinero público, a pesar del fracaso evidente de esa lucha y de las acciones de las ONG, s. 

La estadística nos dice que el número de mujeres muertas a manos de hombres sube cada año pese a los millones utilizados en evitarlas. Nadie debiera estar disconforme con esta reflexión: Tenemos que haber diagnosticado mal la enfermedad, porque a pesar de los miles de millones gastados en esas supuestas medicinas, el enfermo sigue cada día vez peor.

Pero la verdad es que al PSOE y al resto de organizaciones políticas de izquierda les ha ido muy bien esa “lucha”. Han obtenido unos réditos políticos de primera magnitud, el hecho de que los resultados sean desastrosos importa bien poco, han conseguido dividir la sociedad entre mujeres y hombres que por lo visto para la zurda somos enemigos irreconciliables. Y se han acuñado dos términos, feminismo, al que se le ha dotado de una carga positiva y machismo que representa todo lo malo que pueda exhibir la naturaleza humana.

Y si no está de acuerdo con lo que afirma el feminismo radical, resulta que es usted un machista, así empezamos y poquito a poco el PSOE, al que desde su fundación le ha ido muy bien que “hubiera tensión”, ha ido sacando réditos electorales de la deliberada polarización de la sociedad española. Por un lado están los progresistas que son buenísimos y por otro lado estamos los de derechas que somos malos hasta decir basta.

Usted no puede expresar públicamente que según su opinión lo del Orgullo Gay es un escándalo que nada tiene que ver con las justificadas  reivindicaciones de los homosexuales, si usted opina eso,  es un homófobo. Si harto de leer tonterías, se le ocurre opinar en las redes sociales el hartazgo que le produce la ineptitud del gobierno en la lucha contra el coronavirus, nadie le va a discutir sus argumentos que serán ignorados, porque nadie discute con un facha, así de sencillo lo tienen los zurdos.

Como el procedimiento funciona la mar de bien se utiliza a todo trapo. Hace unos días que a los que opinamos y lo hacemos junto a la prensa internacional, las autoridades sanitarias de la CE, el Parlamento Europeo y muchísimos científicos independientes, que Pedro Sánchez y su gobierno social comunista han sido un auténtico desastre en la lucha contra la pandemia, no hay que hacernos ni caso, se nos tilda de golpistas y asunto solucionado.

Que la policía Judicial de la Guardia Civil investiga las responsabilidades del Gobierno que se pudieran derivar de las actuaciones que llevó a cabo en relación con la manifestación del 8 M, tranquilos, se le mete mano a la cúpula de la Guardia Civil y para justificar lo injustificable, desde el Gobierno se habla de la posibilidad de que la Guardia Civil esté en un contubernio con algunos jueces para, auxiliados por la derecha, llevar a cabo un golpe de Estado y asunto solucionado.

Ante el riesgo del imaginado golpismo el Gobierno y sus seguidores se sienten justificados y como tienen la suerte de disfrutar de una superioridad moral, que se han auto adjudicado y como para la zurda el fin justifica los medios, se embarra la situación y se justifica la mentira, la prevaricación, la inducción a la comisión de varios delitos, simplemente porque los que así opinamos somos unos golpistas.

Y ya para que les cuento si se les ocurre opinar, como yo opino, que con lo de los negros en Norteamérica tienen un problema muy serio, porque el 70% de los delitos los comete esa minoría y que, aunque nada pueda justificar la muerte de un ser humano, lo de incendiar barrios enteros, asesinar blancos y negros y saquear tiendas, supermercados y centros comerciales no se puede justificar con la brutalidad policial. 

Como les decía, si se les ocurre expresar esas opiniones se han ganado la panoplia completa: Machistas, homófobos, fascistas, golpistas y ahora, racistas.

Los animo a que huyan de las etiquetas y a que no se dejen etiquetar, ya está bien de aguantar a un montón de indocumentados que como único argumento utilizan la descalificación ad hominem. No se dejen acogotar, hagan frente a las descalificaciones con ideas, que de eso anda la izquierda bastante justita.

Ánimo y a por ellos, que ya está bien.

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