Friedrich Ani, un sorprendente escritor del género.


 

Les hablaba hace unos días de un autor alemán Friedrich Ani, un escritor al que no recordaba conocer y del que a pesar de ello tenía dos obras en mi modesta biblioteca. Les contaba cómo me había topado por casualidad con esas dos novelas y que después de hojearlas me di cuenta de que no las había leído. Me extrañó muchísimo, sobre todo porque en los dos ejemplares lucían sendas dedicatorias a mi persona del propio autor. Pretendí leerlas, porque la curiosidad me empujaba a hacerlo, pero en ese momento se cruzó una relectura de otra novela y quedé con ustedes que ya hablaría de Friedrich Ani en mejor ocasión.

Como lo prometido es deuda, me he leído las dos novelas y francamente no sé muy bien qué decirles, ni sobre el autor, ni sobre sus novelas. Como ya les he dicho no conocía a Ani, he rebuscado por internet y he encontrado algo de información sobre su persona. Friedrich Ani, es un autor alemán, hijo de sirio y silesiana que ha publicado muchísimo en Alemania. Ha escrito guiones para radio y televisión, series de literatura juvenil, novela y género negro qué es el que le ha llevado al éxito.

Es autor de tres series negras protagonizadas respectivamente por el inspector Süden, un policía muy peculiar cuyo trabajo es el de buscar a personas desaparecidas; el comisario Polonius Fischer, un ex monje y la tercera que protagonizan al alimón el comisionado ciego Jonas Vogel y su hijo Max. La serie de Süden la componen por ahora veintiuna novelas, la de Polonius Fisher cuenta con tres relatos y tres también son las novelas de la serie de Jonás Vogel.

Es un escritor prolífico que además de las series que les acabo de mencionar ha escrito otras muchas obras negras y otras que tratan en general de temas sociales. Ha recibido premios literarios para aburrir, he contado por encima unos veintisiete premios literarios, de distinto fuste, pero muchos de ellos de primera categoría. Normalmente se entiende que un autor muy premiado tiene que ser un autor de éxito, añadan a eso el que hasta la fecha las obras de Ani han sido traducidas al francés, español, holandés, danés, coreano, chino y polaco y que me dice San Google Bendito, que en Alemania ha vendido más de 250.000 ejemplares de sus novelas, lo que ya es vender y tendremos que convenir  que Ani es un escritor de éxito.

Pues bien a pesar de todo esto que les explico, si hablamos de España, Friedrich Ani es prácticamente un desconocido. Claro que alguno me dirá y tendrá razón, que en este mundo traidor escriben y triunfan muchos autores que son olímpicamente ignorados por la industria editorial patria; pero es que en España, Plataforma Editorial publicó dos obras de este autor y a pesar de que se anunciaba en las solapas de los libros que se iban a editar ocho aventuras más de Tabor Stüden, no he sido capaz de encontrar ninguna otra obra policiaca de Ani, aparte de las ya mencionadas, a saber  “La promesa del ángel caído” (2007) y “El bebedor del tranvía” (2008) que se presentaban en nuestro país como la primera y segunda novela de la serie Süden, cuando realmente en Alemania eran la cuarta y la quinta respectivamente y habían sido publicadas en los años 2001 y 2002.

Así que he de suponer que a la editorial no le interesó publicar más obras de este autor, supongo yo, es una suposición, ante la pobreza de las ventas conseguidas o vaya uno a saber lo que realmente sucedió.

Me ha quedado un proemio larguísimo, pero quería explicarles mi extrañeza ante mi particular descubrimiento, en el año 2021, de unas novelas que había adquirido en el 2008. Y ahora me toca explicarles que me han parecido los dos libros de Ani, aunque les anticipo que no lo tengo muy claro. Lo primero quizás sería señalar la extrañeza que sentí ante los personajes, el lenguaje, la descripción del ambiente y las tramas, todo me resultó insólito durante la lectura, al principio pensé que era lógico que Ani hubiera desaparecido del horizonte lector de los españoles, quizás, si hablo del lenguaje, tenga algo que ver la traducción, pero lo cierto es que todo resulta muy lineal, casi esquemático en las dos obras que he podido leer de Friedrich Ani y un poco extraño, como ya he dicho.

El inspector Tabor Süden es un policía absolutamente atípico, lo sería en España, que decir si consideramos que es alemán. Desastrado, se cambia de ropa con muy poca asiduidad, no brilla precisamente por su higiene y cuidado personal, no se afeita, bebedor, tiene problemas de relación en todos los ámbitos de su vida, pero tiene una virtud, sabe escuchar. Resulta insólito que exista un policía alemán del siglo XXI que no utiliza el coche para sus desplazamientos, que no pueda viajar en metro por problemas sicológicos y que no tenga móvil. Es un hombre solitario que cuenta sólo con un amigo con el que comparte opiniones, comidas y litros de bebidas alcohólicas y que vive única y exclusivamente dedicado a la búsqueda de personas desaparecidas. Para terminar con la descripción, señalar que no va de vacaciones y que cuando no trabaja busca la soledad y el silencio.

Al principio no me atrajo nada el primer relato, pero poco a poco me pareció que tras esa esquematización, tras ese lenguaje sorprendente, tras esa peculiar visión de la sociedad urbana alemana, había algo más de lo que aparecía en la superficie. Quizás aclare algo al respecto unas declaraciones del propio autor en las que manifestaba: "En mis thrillers, la lentitud y el silencio determinan el curso de la acción, aunque un cierto grado de tensión similar al género debe seguir siendo esencial. Además, se pueden abrir nuevas puertas una y otra vez en el género de la ficción criminal. Así que trato casi exclusivamente con los desaparecidos y la búsqueda de ellos".

¿Qué si me han gustado las dos novelas?, pues diría yo que primero me sorprendieron y no para bien, para después hacerlo en sentido contrario. ¿Qué si aconsejo su lectura? Pues no sé qué decirles, aunque si se publicara otra novela de Süden en España, la leería, pero ya saben ustedes que yo soy un poco raro. Si les gusta probar cosas distintas, prueben y ya después me comentan lo que les han parecido.

Hasta aquí hemos llegado por hoy, espero que si Dios quiere, nos veamos por aquí el próximo miércoles. Cuídense mucho

Un abrazo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Albert Rivera y su irrelevancia política

"La velocidad de la Luz". Javier Cercas escribe sobre la capacidad del hombre para hacer el mal

El Día de la Madre