Jakob Arkouni un autor negro alemán, muy poco conocido en España


Hace ya algún tiempo me comentaba un amigo que frecuenta las páginas de este blog que le gustaba como escribía las entradas, pero que no estaba muy de acuerdo con los autores que escogía y cuya obra comento para ustedes. Creo recordar, ya les digo que fue hace tiempo, que me dijo que abundaban en mi selección los autores “raros”. No es que esté demasiado de acuerdo con el calificativo, pero sí debo reconocer que me propuse desde un principio comentar autores de novela negra un poco antiguos y me decidí a ello porque para comentar la obra de los autores que están más de actualidad ya están los críticos literarios, que además lo hacen muy bien, las páginas dedicadas a los libros de la prensa o los programas en radio y televisión que hablan de los libros y sus autores.

Es cierto que he comentado autores olvidados y otros que, aunque siguen siendo auténticas figuras de la narrativa negro criminal, llevan mucho tiempo en el candelero y quizás por eso no reciban la atención que merecen por parte de las editoriales y lo que es peor de los lectores. Probablemente tenga cierta tendencia a comentar la obra de estupendos escritores del género que no han tenido la fortuna de conseguir el éxito por muchas y variadas razones. Personalmente me resulta curioso observar como autores que tienen un éxito de ventas muy importante en su país o en el mercado internacional, en España apenas son conocidos o permanecen en el olvido editorial, como podría ser el caso de Friedrich Ani y su inspector Süden, Cornell Woolrich; o los “autores malditos” como el autor español Carlos Pérez Merinero, autores espléndidos que creo merecen ser recordados o conocidos.

Hoy les traigo a un autor alemán, Jakob Arjouni, que obtuvo un éxito muy importante en Alemania con la serie del detective privado Kemal Kayankaya y que en nuestro país pasó prácticamente desapercibido. Un caso curioso, porque la crítica internacional consideraba a Arjouni, que tenía sólo 20 años cuando su primera novela negra superventas se publicó en Alemania, un prodigio literario que había logrado crear una obra muy importante cuando el cáncer se lo llevó a la edad de 48 años. Quizás esa muerte temprana y la poca entidad de la editorial que publicó en España una parte de su obra sean las causas por las que este escritor haya pasado prácticamente desapercibido en nuestro país.

Jakob Michelsen, Jakob Arjouni es el seudónimo por el que fue conocido, nació en Frankfurt el 8 de octubre de 1964 y murió en esa misma ciudad el 17 de enero de 2013. Nació dentro de una familia de tradición literaria, su padre era un reconocido dramaturgo y cuando Jakob se trasladó a Montpellier para cursar sus estudios, sus dificultades con el idioma le llevaron a vivir una vida solitaria presidida por el aburrimiento. Fue cuando decidió escribir una novela, que publicó en el año 1985, se trataba del primer relato de la serie Kayankaya y llevaba por título ¡Happy Birthday, turco!, que en nuestro país publicó Virus, una pequeña editorial que consiguió que Manuel Vázquez Montalbán la prologara, pero que a pesar de la categoría del prologuista pasó sin pena ni gloria por el mercado español. Por el contrario en Alemania tuvo un éxito descomunal, a pesar que  ese país había tardado más que la mayoría de los países europeos en unirse al auge del género negro después de la segunda guerra mundial, tal vez debido al comprensible rechazo entre los escritores y lectores alemanes sobre los temas de la culpa oculta y las venganzas del pasado que tan habituales son para el género.

Pero el relato de Arjouni y su protagonista, un detective privado de origen turco adoptado en su infancia por una pareja alemana y que solo habla alemán, obtuvieron un éxito resonante. Conste que a lo largo de su corta carrera sus obras han sido traducidas a diez idiomas y publicadas en veintitrés países. Arjouni a través de ese detective algo marginal, que tiene problemas de adaptación a una sociedad que lo rechaza por su aspecto étnico, mientras que los turcos que viven en sus guetos desconfían de él porque no habla su idioma, nos expone la realidad de una sociedad en la que abunda el racismo, la xenofobia, la explotación de los emigrantes, la trata de blancas, la violencia policial y las corruptelas del poder político.

Arjouni trata de temas muy interesantes en sus relatos, de la mano de Kemal Kayankaya conoceremos los bajos fondos de Frankfurt, las interioridades de la prostitución y la trata de blancas en la quinta ciudad alemana que el autor asegura que es la ciudad más fea del país; las acciones del ecologismo “militante”, es decir violento; las consecuencias de los conflictos bélicos en los Balcanes a cuenta de la descomposición de Yugoslavia, todo ello explicado con un estilo lineal muy clásico dentro del género; nuestro autor confesaba que sus relatos tienen mucho que ver con la manera de escribir de Raymond Chandler y Simenon. La figura del detective privado que protagoniza su serie está inspirada en los protagonistas del americano, mientras que la influencia de Georges Simenon le aporta la profundidad psicológica de los personajes de Arjouni

En España se publicaron tres, de las cinco novelas que componen la serie, “¡Happy Birthday, turco!”, “Más cerveza” y “Radkee con dos es”, que se encuentran descatalogadas, pero que pueden adquirirse “on line” en las plataformas que venden libros de segunda mano. Yo recomiendo su lectura, son relatos bastante cortos, bien escritos, quizás el estilo original pueda resentirse algo de la traducción, pero merece la pena conocer al autor, al menos desde mi modesto punto de vista.

Hasta aquí hemos llegado. Espero que si Dios quiere, nos encontremos aquí el próximo lunes. Cuídense mucho.

Un abrazo.

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