De promoción uno se repite más que el ajo

Nuria González la conductora de El Magacín y un servidor

Hoy hablaba en una entrevista televisiva del alboroto que estoy viviendo a cuenta de la promoción de mi libro y de la preparación de la presentación de la novela que si Dios quiere, tendrá lugar el próximo día 17 del presente mes en la plaza de Las 90 Viviendas, en un acto que presentará D. Juan Jiménez alcalde de Puerto Rosario y que organizan al alimón la Asociación de Vecinos Virgen de la Peña y el ayuntamiento capitalino que están dando el callo para que ese día si algo falla que sea lo que yerre el autor de la novela, que habrá que reconocer que es el menos fiable de los que intervienen en la preparación del acto.

Y hablaba del alboroto y mientras lo decía, pensaba que en cuanto tuviera finiquitada la presentación de mi novela, iba a comenzar con los trabajos preparatorios que me harán falta si quiero que el texto de mi próximo relato esté terminado a finales del año 2022. Aunque vaya uno a saber cómo irá el asunto porque tengo muy presente que del dicho al hecho hay mucho trecho y habrá que ver si soy capaz de volver a atarme al duro banco de la galera Turquesa y ponerme a diario frente al ordenador para escribir otra novela. Un texto que pretendo tenga el mismo protagonista y escenario, aunque quiero que trate de temas distintos a los que han formado parte de la trama de “Al madero no le gusta la ropa vieja” que como ya sabrán ustedes tienen que ver con el blanqueo de capitales y la corrupción de menores.

Lo de la promoción no es que sea algo que se parezca ni de lejos a picar piedra, pero tiene, como casi todo en este mundo traidor, su cara y consecuentemente su cruz. Desde siempre he asistido como espectador, oyente o lector a muchas intervenciones promocionales de escritores, cineastas, autores teatrales, cantantes… en las que invariablemente me molestaban las múltiples repeticiones que se producían. Tengo muy claro que en esto de las entrevistas generalmente los autores se limitan a contestar lo que se les pregunta y naturalmente las preguntas que se les hacen en los distintos medios a los que acuden se parecen muchísimo entre sí, pero esa cuestión se nota menos que las constantes reiteraciones que el autor, actor o director se ve obligado a emitir con la mejor de sus sonrisas.

Llevo días haciendo la promoción del libro, sea en Facebook, Twitter, radio o televisión y mucho antes en el blog Al sol de Fuerteventura. Sé que debo ir con cuidado para no repetirme demasiado, me da la impresión de que lo hago más bien con poco éxito, porque habrá que aceptar que el tema de la novela, su escritura y edición da para lo que da y para usted de contar, y las anécdotas, por graciosas que puedan parecer, terminan agostándose a cuenta de las reiteraciones. A eso hay que añadir la mala costumbre que tengo de contar algunos sucesos u ocurrencias de manera reiterativa, lo cierto es que repito más que el ajo, tal y como lo hago constar en el título del presente escrito.

Pero de menos nos hizo el Señor y más se perdió en Cuba y venían cantando. Sé que tengo tendencia a las repeticiones y si acudo a entrevistas en las que naturalmente se me van a preguntar prácticamente las mismas cosas, porque la creatividad y la buena voluntad de los periodistas tienen su límite, todavía lo hago más. Tengo la esperanza, supongo que como casi todos lo que se encuentran en mitad de una promoción, que los espectadores, oyentes o lectores sean extremadamente fieles a sus respectivos medios de comunicación y así se ahorren ver tres entrevistas en las que se cuentan casi las mismas cosas.

Pero donde no te libra de las repeticiones ni la caridad es en la redes sociales, en ellas vas colgando las distintas entrevistas, las entradas del blog en las que hablas de tu novela, etc. y lamentándolo mucho, todas ellas van dirigidas a los mismos consumidores. En ese terreno nadie te libra de repetirte una y otra vez, cuestión que lamento pero espero de la cuasi infinita comprensión de mis amigos y seguidores en las redes que sepan disculparme.

Así que amigos míos quiero que sepan ustedes que a pesar de que igual se nota muy poco, procuro no contar siempre lo mismo y que ruego me excusen por mis reiteraciones, pero como ya les he dicho más de una vez es que el tema no da para más. Aunque debo decir que tengo el firme propósito de ir afinando en los días que faltan para la presentación a fin de no fastidiarles demasiado.

Hasta aquí hemos llegado, si Dios quiere y a ustedes les da mucha paciencia, espero que nos encontremos aquí otra vez el próximo viernes. Cuídense mucho.

Un abrazo.

PD: Hablando de promoción, les dejo el enlace a una página en la que podrán, si fuera de su interés, adquirir un ejemplar de la novela:

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