Honorio Bustos Domecq, una curiosidad del género negro argentino.


Calificaba en el título a Honorio Bustos Domecq como una curiosidad aparecida en el género negro argentino y si me siguen leyendo comprenderán el porqué de mi afirmación. Dice la Wikipedia que según su biógrafa, nació en la localidad argentina de Pujato y fue un escritor precoz que publicó sus primeras obras en la prensa de Rosario a la edad de 10 años. Fue un eminente polígrafo y durante la intervención de Labruna fue nombrado Inspector de Enseñanza y, más tarde, Defensor de Pobres. Honorio Bustos Domecq es el autor de la colección de relatos detectivescos “Seis problemas para don Isidro Parodi” que fue publicada en el año 1942, un libro tan curioso como su autor.

La verdad es que Honorio Bustos Domecq es el pseudónimo tras el que se ocultaban nada más y nada menos que los escritores argentinos Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, dos autores de muchísima categoría que sin embargo tenían una afición común por la novela de detectives. Buenos lectores ambos de lo que con el tiempo sería conocido como el género negro, además dirigieron una mítica colección de novela policial el Séptimo Círculo nacida en el año 1945, que toma su nombre del anillo del  infierno que Dante reservó a los violentos en su obra La Divina Comedia.

Hasta mediados de los años 60 los dos escritores seleccionaron 120 títulos para la colección, a partir de ese momento se hizo cargo de la selección de las obras el editor Carlos Frías que siguió publicando la colección hasta el año 1983, que cuando finalizó su recorrido habría publicado 366 obras, entre las que se encontraban novelas policiales inglesas clásicas, pero también novela negra norteamericana e incluso algunos relatos de literatura fantástica.

Jorge Luis Borges - que conste que lo que sigue es una impresión puramente personal- fue siempre un hombre al que le gustaba disentir y quizás fuera esa faceta de su carácter la que le hizo defender desde los años treinta la validez del género detectivesco. Aunque creo que hay que señalar que El Séptimo Círculo estaba lejos de ser la puesta en práctica de los criterios expresados por Borges, el autor prefería el relato corto (cuento) a la novela porque sostenía que en la novela negra se presenta un problema sencillísimo que si se alarga en el papel es simplemente por el perverso deseo del escritor de turno. Aunque estaba claro que la colección que dirigían por motivos comerciales debía nutrirse de novelas y así lo hicieron

Borges sostenía, tal y como señala Paco Camarasa en su obra “Sangre en los estantes”, la validez del género frente a la opinión de la crítica. Sentenciaba el autor argentino: “Cabe sospechar que ciertos críticos niegan al género policial la jerarquía que le corresponde solamente porque le falta el prestigio del tedio”. Y continuaba “Ello se debe, quizá, a un inconfesado juicio puritano: considerar que un acto puramente agradable no puede ser meritorio".

Volviendo a Honorio Bustos y a la novela “Seis problemas para don Isidro Parodi”, parece que tanto Borges como Bioy Casares decidieron escribirla bajo pseudónimo como una suerte de homenaje a la literatura detectivesca y lo hicieron aplicando al relato un estilo levemente caricaturesco o quizás fuera más acertado calificarlo de paródico; a la vez que rendían homenaje a Sherlock Holmes, al Padre Brown y a Augusto Dupin. En la novela nos presentan a Isidro Parodi un barbero obeso y extremadamente sedentario al que se le ha condenado injustamente a una pena de veintiún años de cárcel. Parodi recibe en su celda a una serie de personajes que pretenden que el barbero resuelva una serie de delitos que ni la policía ni la Justicia logran esclarecer.

A pesar de la dificultad de los casos que se le presentan, Isidro Prodi los resuelve sin moverse de su celda, haciendo gala de un humor bastante corrosivo. Desde luego el barbero no busca justicia, el que el culpable que él pone al descubierto termine ante los tribunales le importa bien poco. Lo curioso, lo paradójico de la situación del personaje, víctima de un error judicial, es que capaz de solucionar casos extremadamente complicados, prácticamente irresolubles  y sin embargo no sea capaz de hacer brillar la verdad en su caso.

Recomiendo su lectura, es cierto que el estilo no es demasiado ágil y la narración resulte algo lenta, pero eso sí, tiene la indiscutible virtud de estar muy bien escrita, a pesar de la utilización del lunfardo (1). Léanla con calma, a sabiendas de lo que se van a encontrar y les va a interesar o eso creo.

Los dos autores escribieron algún título más con el pseudónimo de Honorio Bustos Domecq, en 1946, “Dos fantasías memorables”; en 1967, “Crónicas de Bustos Domecq”; y, en 1977, “Nuevos cuentos de Bustos Domecq”, pero la obra que ha perdurado es la protagonizada por Parodi los “Seis problemas para don Isidro Parodi” que ha sido reeditada, firmada ya por Borges y Bioy Casares, año tras año, desde el lejano 1942; algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere, nos volvamos a encontrar aquí el próximo lunes. Entretanto cuídense mucho.

Un abrazo.

(1) Lunfardo: Jerga empleada originalmente por la gente de clase baja de Buenos Aires, parte de cuyos vocablos y locuciones se introdujeron posteriormente en el español popular de la Argentina y Uruguay.


Como probablemente sepan acaban de publicarme una novela negra que se titula "Al madero no le gusta la ropa vieja", cuyo escenario es Fuerteventura y su capital, Puerto del Rosario, y sus protagonistas dos guardiaciviles que  investigarán un homicidio. Por si estuvieran interesados en adquirir un ejemplar aquí les dejo el enlace que les permitirá hacerlo. ¡Feliz lectura!

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