Mis problemas con los regalos y las maravillas de las recopilaciones negras

Tengo que reconocer que soy un poco raro, estoy seguro de que algunos piensan que quizás fuera más adecuado afirmar que soy bastante maniático, personalmente no creo ser un  maniático de manual, en todo caso creo que tengo algunas costumbres que en ocasiones me crean algún problemilla. Una de ellas se relaciona con los regalos, no tanto con los que tengo que hacer, sino sobre todo con los que recibo.

Alguno habrá que piense que, como me gusta tanto la lectura, debo resultar fácil de complacer, se busca un libro y solucionado el problema. Sin embargo tengo que decir que en lo que respecta a los libros prefiero comprármelos yo; me gustan muchísimo los libros, pero no me gustan todos los libros; en casa ya lo saben, en cuestión de libros o prendas de vestir hay que ir con muchísimo cuidado. No vayan a pensar que no me gustan los regalos, cuando me los hacen, habitualmente los disfruto muchísimo, sobre todo porque detrás del objeto que llega a mis manos ha habido un trabajo intelectual muy duro por parte de los miembros de mi familia que le ha estado dando vueltas al asunto durante días, buscando algo capaz de sorprenderme agradablemente, lo que  debo reconocer no resulta nada fácil.

Para el asunto de la lectura tengo una costumbre, no sé si buena o mala pero es lo que habitualmente hago, normalmente en las cercanías de las festividades en las que los regalos son de cajón, tengo el hábito de hacerme un auto regalo que tenga un precio adecuado y que me guste y lo que cae normalmente es un libro, objeto que reúne las condiciones preestablecidas para mi regalo.  Por eso, hará unos quince días, decidí adquirir un libro de Julián Ibáñez, que se titula “Todo Bellón” en el que la Editorial Cuadernos del Laberinto ha recopilado ocho novelas protagonizadas por Bellón su protagonista de cabecera, que por cierto ya va por su cuarta edición, de lo que me alegro infinito porque las novelas de Ibáñez, un autor de culto, son una auténtica maravilla y desde aquí quiero agradecer a la editorial la recopilación que permite a los lectores con una capacidad adquisitiva tirando a modesta, como es mi caso, hacerse con ocho novelas de un escritor del que decía Paco Camarasa, QEPD, el librero que más sabía de novela negra de este país que: “De Julián Ibáñez me leería hasta la lista de la compra”.

Desde aquí agradecer a los gestores de la editorial Cuadernos de Laberinto la idea, que me permite tener una parte importante de la obra de Ibáñez y cuando adquirí el libro - menos de 20 euros, por más de mil páginas de literatura negra, pero negra de verdad; novela negra española trasladada al terreno de lo rural - les decía que, cuando encargué el libro, deseé fervientemente que hubiera más iniciativas de este tipo.

Soy muy aficionado a este tipo de publicaciones, sin ir más lejos a bote pronto, ahora mismo me da pereza subir a ver las estanterías de los libros, recuerdo los “Cuentos Completos” de Juan Madrid, un librazo de tomo y lomo, si me permiten ustedes la utilización oportunista de la frase hecha, una colección casi completa de los relatos breves escritos por  Madrid. Ciento diecisiete relatos breves que atrapan a lector aficionado al género negro desde el primero hasta el último. Tengo más publicaciones de este estilo, pero en este momento solamente se me vienen a la cabeza los cuentos completos del Padre Brown de Chesterton, que a pesar de la sotana del protagonista, no es novela negra, aunque sea novela policiaca o detectivesca. 

A veces las sorpresas agradables vienen de dos en dos, lo digo porque el pasado martes me llevé una de ellas. Leí, no sé dónde - creo que va llegando la hora de que tome nota de las cosas que me interesan - que una editorial había publicado “Verhoeben”  un libro en el que se recogen las cuatro novelas de Pierre Lemaitre protagonizadas por el comandante Verhoeven. En ese mismo momento decidí que me iba a hacer otro auto regalo aunque mi cumpleaños hubiera pasado ya, y ayer por la tarde me dediqué a buscar en San Google Bendito el libro. Lo encontré, lo ha publicado Alfaguara, en su colección Alfaguara Negra, más de mil cien páginas recogen las cuatro novelas de Camille Verhoeben, el diminuto policía que se enfrenta a situaciones muy oscuras y sangrientas en “Irène”, “Alex”, “Rosy & John” y “Camille” cuatro relatos negros escalofriantes y muy bien escritos.

Y no es que yo, con mis deseos, haya desatado una nueva política editorial, ya les he dicho que el ejemplar de “Todo Bellón” de Julián Ibáñez que ya he comprado, forma parte de la cuarta edición que vio la luz creo que en noviembre del año 2018 y su primera edición llegó a las librerías en octubre de 2017. Lo mismo sucede con la recopilación de Pierre Lemaitre que se publicó en noviembre del año 2017; de todas maneras y aunque no me entere demasiado bien de lo que sale al mercado o lo haga con un retraso preocupante, me gustaría que los lectores pudiéramos tener la oportunidad de disfrutar de más recopilaciones.

Desde luego estoy disfrutando como un enano de la lectura de “Entre trago y trago” la primera novela de la recopilación de Ibáñez. Hacía mucho tiempo que no leía nada de él y ahora me parece mucho mejor que cuando lo leí hace ya tiempo. Así que vuelvo a aconsejarles su adquisición y la de “Verhoeven” cuyo autor, Pierre Lemaitre, también es de los negros, pero de los negros de verdad, quizás algo excesivo en la utilización de la violencia, pero quién soy yo para medir esa cuestión a un genio que escribe la mejor novela negra de Francia y además, a pesar de ello, ha sido capaz de ganar un Goncourt.

Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere nos volvamos a encontrar por aquí el próximo lunes. Hasta entonces cuídense mucho.

Un abrazo.

Como probablemente sepan la mayoría de ustedes, acaban de publicarme una novela negra que se titula "Al madero no le gusta la ropa vieja", cuyo escenario es Fuerteventura y su capital, Puerto del Rosario. Sus protagonistas, dos guardiaciviles que  investigarán un homicidio. Por si estuvieran interesados en adquirir un ejemplar aquí les dejo el enlace que les permitirá hacerlo. ¡Feliz lectura!

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