¿Hoy qué les cuento? Pues una de congresos


Los partidos políticos llevan doce meses extremadamente complicados, el pasado 20D, el martes que viene hará un año, tuvimos unas Elecciones Generales que se saldaron, por las cuestiones que todos tenemos presentes, con otra cita con las urnas el 26J y no estamos hoy en plena campaña  electoral para ir a elecciones el 18D, porque de milagro y casi en el tiempo de descuento Mariano Rajoy consiguió su investidura, asunto que se saldó con la decapitación política de Pedro Sánchez, follón sobresaliente entre otros muchos follones de menor cuantía.

Ahora parece que la política parlamentaria atraviesa un momento de cierta calma, los acuerdos tomados entre populares y socialistas en el Congreso demuestran que el PSOE ha decidido llevar a cabo una oposición inteligente, sobre todo porque con su postura evita la posibilidad de que Rajoy de no contar con el apoyo de Ferraz y ante la imposibilidad de gobernar, disolviera Cortes el próximo mes de mayo y convocara elecciones para el mes de junio, situación que no pueden permitirse, porque el partido socialista no puede ir a las urnas, sin líder, sin programa y con el partido profundamente dividido.

Claro que todavía queda lo de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, pero parece que dicho con toda la prudencia del mundo, ese asunto el gobierno de Mariano Rajoy lo tiene controlado. El PP a pesar de las complicaciones sufridas a lo largo del año, puede presumir de haber hecho los deberes y con buena nota. Ganó dos elecciones seguidas, consiguió la investidura a la segunda, ha demostrado que puede gobernar en minoría y como guinda del pastel, de manera reflexiva convocó su XVIII Congreso Nacional que se celebrará los días 10, 11, y 12 del próximo mes de febrero. 

Decisión que se tomó por aquello del “por si acaso” y como aviso a navegantes. Rajoy no se podía permitir ir a unas elecciones, si tenía que tomar la decisión de convocarlas, sin pasar antes por su particular proceso congresual y así con calma y con tiempo lo dispuso hace meses y todo el mundo, cuando se hizo pública la convocatoria, comprendió que si tenía que convocar elecciones para junio, no le iba a temblar el pulso.

Por tanto un Congreso tranquilo, organizado, en el que se supone  se rejuvenecerán las caras que lucen hoy en lo más alto del organigrama de los peperos y la máxima duda pudiera ser si Cospedal repetirá como Secretaria General del PP, que yo creo que no. Es muy cierto que los populares en la línea de democratizar al máximo su congreso, dentro de un orden que quede claro, han adoptado dos medidas que me parecen prudentes. Siguen negándose a aceptar el modelo de primarias, que no se yo porqué se empeñan los socialistas que todo el mundo copie su modelo, que tan malos resultados les ha dado, pero sin embargo han tomado dos medidas francamente  democratizadoras.

Para ser candidato a la presidencia del PP bastarán cien avales, lo que comparado con las cifras que se exigen por ejemplo en el PSOE, que rondan el 5% de la militancia, me parece mucho más accesible y por tanto, sin demagogia, ni florituras sectaristas, mucho más democrático. Por otra parte los compromisarios que asistan al Congreso, será elegidos por elección directa en cada una de las sedes populares, no será democracia directa al estilo de la que vende la izquierda, pero sí medidas que democratizan el proceso, que al fin y al cabo cada uno tiene su estilo y su clientela.

Los del PSOE tienen con su XXXIX Congreso Federal  liada una de órdago a la grande. Es muy cierto que de forma acertada el PSOE parece que está buscando primero desarrollar el marco político del que surja su programa y sus mensajes, antes que intentar buscar a un líder, de esos que se espera que lleguen con la varita mágica en la mano; pero por ahora en la Gestora no saben, y si lo saben se lo callan, ni cuando lo van a convocar ni para qué fecha. Se habla del mes de junio de 2017, a mí me parece que tiene muchas más posibilidades de celebrarse en el mes de septiembre, pero Dios dirá.

Por ahora el jaleo principal, a la espera que se desate la batalla final, está en lo de las celebérrimas primarias y ahí está el PSOE  algo liado. Hay gente, como Susana Díaz, que pretende que las primarias a Secretario General, que hasta la fecha como es lógico estaban cerradas a todos aquellos que no fueran militantes socialistas, esta vez se abran a los simpatizantes, propuesta que me parece imposible de sostener por razones obvias. Otros hay que defienden las primarias de siempre y en la Gestora prudentemente, susurrando y con la boca chica comienzan a hablar de “ponderar” el voto de la militancia. Están buscando un procedimiento que les permita mantener las primarias, pero recortando el poder de la militancia, vamos un sí pero no de los de toda la vida en el PSOE; aunque hay que decirlo, en cuanto lo intenten poner en marcha les van a montar la mundial.

Ciudadanos, ya se sabe cómo son ellos, aunque tienen problemas, van de cara a su Asamblea General que dicen celebrarán también en Febrero, sin demasiado ruido. La militancia está inquieta, en Cataluña Arrimadas la está liando y Carolina Punset medita si le hace un pie agua a Rivera y se presenta como alternativa; pero como digo vamos a un congreso en el que no creo que haya demasiados problemas, porque en el fondo poco hay que repartir y además la gente de Ciudadanos son muy distinguidos como para liarse a puñaladas por una asamblea de nada, por lo tanto mucho discurso, mucha mercadotecnia, sonrisas a troche y moche y triunfo de Rivera.

Y en Podemos para qué les cuento la que tienen liada con lo del Vistalegre II,  que van a terminar por salir en la página de sucesos en lugar de hacerlo en los editoriales políticos. Pero les pasa lo mismo que a Ciudadanos, su asamblea refleja perfectamente como son los podemitas, incapaces de acordar algo sin cortar cabezas y montar broncas y en eso están. Hasta que lleguen mejores momentos, tendrán que conformarse con liquidar a los "enemigos internos" y a ello se dedican con entusiasmo.

Así está el panorama congresual de los cuatro partidos más importantes del panorama nacional, no es que sea cuestión importante, pero de algo hay que hablar y entre el acueducto y esta especie de “pax romana” que ha impuesto Rajoy con su demostrado amor por el diálogo y el acuerdo, tampoco es que haya mucho más que comentar.

Así que mañana será otro día, si Dios quiere.

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