¿Qué celebramos hoy?


Seguro que muchos, tras leer el título, dirán que celebramos la Purísima o la Inmaculada, otros habrá que entre dolidos y jocundos, afirmarán que celebrar, lo que se dice celebrar, no gran cosa, en todo caso el desarrollo de un puente interminable.

Quisiera aprovechando la fiesta que disfrutamos, desde este presente que nos toca vivir, echar la vista atrás para comentar la importancia que tuvo y tiene en la historia de la nación española la religión católica. Sé que es un tema que disgustará a algunos, pero es una realidad como la copa de un pino y creo que merece la pena que conozcamos de manera fehaciente algo de nuestra Historia, que ya ha hecho bastante daño la Logse.

Hoy celebramos la Inmaculada Concepción de María, la madre de Jesús, una creencia devenida en dogma cuando se proclamó como tal la Concepción Inmaculada mediante la bula "Ineffabilis Deus" del Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854. Con esa advocación fue proclamada Patrona de España por el papa Clemente XIII el 25 de diciembre de 1760, tras haberlo solicitado así el rey Carlos III.

Curiosamente la creencia y la defensa de la Inmaculada Concepción de la Virgen María fue algo que defendió, antes que nadie, la Nación y la Iglesia española y también los Tercios de Flandes, cuna de la infantería española moderna; supongo que sorprenderá a algunos progres que en el museo del Ejército se exponga un estandarte de 1550 con una imagen de la Inmaculada.

Veamos cómo se desarrolló este vínculo a lo largo de nuestra historia. La fiesta de la Inmaculada fue fiesta de guardar en todos los reinos de su Majestad Católica, es decir, en todo el Imperio español, desde 1644; la Iglesia hizo suya esta decisión y en 1708 pasó ser fiesta de guardar para todos los creyentes por orden de Clemente XI. España celebra a la Inmaculada como patrona y protectora desde 1644, hace ya unos añitos. Resulta curioso y en ese sentido lo cuento, que en esta festividad los sacerdotes españoles tienen el privilegio de utilizar una casulla azul. ¿Qué azul?, pues como es natural azul purísima; un privilegio que viene a premiar la defensa de este dogma por parte de España y los españoles.

En la actualidad es la Inmaculada Concepción la patrona de la Infantería Española, tal y como fue establecido el 12 de noviembre de 1892, en Decreto del Ministro de la Guerra en nombre de la Reina Regente ante la solicitud expresada por todos los jefes de los regimientos de infantería de nuestro ejército. Este patronazgo tiene su origen en el llamado Milagro de Empel durante las guerras en Flandes, vamos a ver qué es lo que sucedió en Empel:

Corría el 7 de diciembre de 1585, el Tercio del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla combatía en la isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal, bloqueado por completo por la escuadra del Almirante Holak. El bloqueo se estrechaba cada día más y se habían agotado los víveres y las ropas secas. El jefe enemigo propuso entonces una rendición honrosa pero la respuesta española fue clara: "Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos".
  
Ante tal respuesta, Holak recurrió a un método harto utilizado en ese conflicto: abrir los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo. Pronto no quedó más tierra firme que el montecillo de Empel, donde se refugiaron los soldados del Tercio. En ese crítico momento, un soldado del Tercio cavando una trinchera tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción. Anunciado el hallazgo, colocaron la imagen sobre la bandera coronela del Tercio en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada.
  
Esa noche un viento completamente inusual e intensamente frío se desató helando las aguas del río Mosa. Los españoles, marchando sobre el hielo, atacaron por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del día 8 de diciembre y obtuvieron una victoria tan completa que el almirante Holak llegó a decir: "Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro". Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción es proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia, la flor y nata del ejército español.

Esta es la historia y el origen de la fiesta que hoy celebramos. Quiero felicitar desde aquí a todos los españoles por el día de nuestra Santa Patrona y de forma especial a los infantes españoles, se encuentren allí donde se encuentren, llevando a cabo las misiones que les haya encomendado nuestro gobierno y que trabajan denodadamente por España fiados de la protección de su Patrona. Y como no puede ser de otra manera, tener un recuerdo profundamente emocionado para aquellos que bajo la bandera de la nación española y la protección de la Inmaculada supieron morir en el cumplimiento de su deber.

Ya ven ustedes la íntima relación que ha existido siempre entre nuestra historia y la religión católica, podríamos extender el paralelismo a la cultura, el arte, etc., en definitiva a la vida individual y colectiva de España, porque mal que les pese a algunos, la religión católica está profundamente inscrita en nuestro almario colectivo.

Se acabó la historia, feliz jornada para todos. Mañana será otro día.

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