Hay que olvidar la pandemia y hablar de lo que le que le interesa a Sánchez.

Ilustración de Ulises Culebro
Hay que reconocerle a Pedro Sánchez la perversa habilidad que posee para ir tapando un escándalo con otro y la facilidad que tiene para desviar la atención de la opinión pública sobre asuntos que no le interesa que estén en el candelero. Claro que a esa habilidad colabora y no en grado menor la cantidad de dinero que tiene a su disposición para engrasar la voluntad de los medios de comunicación. 

Se habló muchísimo de los quince millones de euros que regaló a unas empresas televisivas, pero se habla muy poco de los mil millones, han leído bien, mil millones de euros, de los que dispone para “publicidad institucional” y con eso y algo de ingenio maneja a la opinión pública a su antojo, con la colaboración de las redes sociales, en las que, grupos nutridos intelectual y financieramente por el PSOE, ponen en marcha lo que interesa en cada momento al narciso socialista.

De todas maneras hay cosas que no ha podido tapar a pesar de los ímprobos esfuerzos llevados a cabo por los social comunistas, una es la terrible carga negativa que arrastran a cuenta de la manifestación feminista del 8 M, lo han intentado todo, pero no han podido ganar esa batalla porque entre los ciudadanos sigue permeando la impresión que lo del 8M fue una imprudencia temeraria del gobierno que además del evento feminista permitió una serie de actos para crearse una coartada para autorizar y promover la funesta manifestación. 

Otro dato les incomoda, los muertos por coronavirus, lo han intentado por activa y por pasiva, han embarrado los datos, todo con tal de que nadie sepa con exactitud el número de ciudadanos a los que su imprudencia y su posterior ineficacia en la gestión mandaron al otro mundo.

Tienen un flanco muy importante al descubierto, que saben que no pueden cubrir, el asunto de las compras de material sanitario sin control alguno, que supusieron un fracaso descomunal, los lleva por la calle de la amargura, aunque se acerca el momento en que se produzcan las primeras denuncias que pongan de relieve todo lo que se ha ocultado de un asunto que hiede a kilómetros de distancia. 

Por mucho dinero que gasten en los medios de comunicación, no pueden controlar lo que se dice fuera de España, ni pueden impedir que se amontonen las denuncias, las querellas, que poco a poco van aportando documentación que prueba que mienten cuando afirman que nada sabían de la epidemia, aunque su esfuerzo está puesto en ocultar a la opinión pública española todas esas cosas.

En definitiva Pedro Sánchez quiere que nos olvidemos de la pandemia, ya se ocupó de mostrarnos en las televisiones a sueldo, el confinamiento como una historia rosa que nada tenía que ver con la realidad y ahora pretende que hablemos, que opinemos, sobre lo que a él le interesa y para ello recurrirá al viejo truco de la polarización, divide y vencerás y eso es lo que están haciendo los social comunistas, dividen a los ciudadanos entre buenos y malos, partidarios y críticos y en eso andan. 

Ya tiene preparados los temas que los obedientes medios de comunicación nos van a servir en primera plana a mayor honra y gloria de este gobierno que no ha dado una a derechas, salvo en la agitación y propaganda. Para ello va a poner en marcha la mesa de negociación con los independentistas, supongo que inevitablemente nos encontraremos con el indulto de los golpistas y volverá a sacar a pasear a Franco con la nueva Ley de Memoria Democrática, en la que aparecerá otra vez al Valle de los Caídos, dice Carmen Calvo que pretenden la "resignificación del Valle de los Caídos", a eso añadan una serie de medidas de carácter ideológico que contribuirán al debate y de paso al olvido de los que nos interesa, que no es otra cosa que este Gobierno haga frente a sus responsabilidades por su demostrada incapacidad y por las mentiras que han vertido intentando ocultarlo.

De todas maneras, cada día salen noticias que prueban que Pedro Sánchez y su gente hacen bien en estar preocupados porque no parece que vayan a poder tapar tanto escándalo, tanta mentira, tanto despilfarro. El director de la prestigiosa revista médica "The Lancet" y profesor de la University College of London, Richard Horton ya había señalado que permitir el 8 M en Madrid fue "un error y una grave imprudencia" "Hubo gente que resultó infectada por el virus y murió como resultado de eso" y ahora abunda en el tema y afirma, lo que muchos sabemos pero que el gobierno se niega a reconocer, dice Horton que "Si España hubiera ordenado el confinamiento a finales de febrero, la mayoría de las vidas se habrían salvado".

Y añade algo importantísimo, "En todos los países que se han visto gravemente afectados por esta pandemia tendría que haber una investigación oficial", pueden imaginarse la incomodidad en la Moncloa lugar en el que se está intentando precisamente lo contrario. Todos hemos oído a Sánchez decirnos que no hay que mirar hacia atrás que lo importante es el porvenir, la reconstrucción y la nueva normalidad. 

En Francia la Fiscalía ha abierto de oficio una investigación sobre las decisiones de su gobierno y aquí se pretende que pasemos de puntillas y nos olvidemos del sufrimiento, la enfermedad, la muerte, el paro y el hambre porque a Sánchez no le conviene que se hable se esas cosas. Aunque también en España van saliendo cosas que demuestran la mendacidad de Sánchez. Dos peritos que trabajan para La Asociación de Consumidores y Usuarios José María Mena, han elaborado un estudio que determina que 1500 personas se contagiaron en la manifestación del 8M.

Supongo que recordarán ustedes cómo decía Sánchez, al principio del desastre, que no era la ocasión para verter críticas, que ya llegaría el momento de hacerlas y ese momento ha llegado pero resulta que ahora nos dicen que no hay que mirar hacia atrás y que obedientemente debemos ignorar la mayor masacre de nuestra historia, mientras ellos nos explican que van a "resignificar" el Valle de los Caídos, que es algo que tiene a la ciudadanía que si la pinchan no sangra.

Son unos cínicos arrogantes a los que acompañan una manada muy nutrida de borregos, pero no nos dejemos engañar, no dejemos que nos distraigan con otros temas. Lo de la pandemia no se puede olvidar y alguien tiene que pagar por las muertes producidas y por todo lo que nos ha sucedido a cuenta de que unos fanáticos decidieron que era más importante llevar a cabo una manifestación y que después ya habría tiempo para ocuparse de los enfermos y de los muertos.

No podemos traicionarnos y mucho menos traicionar a nuestros muertos.

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