Pedro Sánchez tiene que dar la nota.


No sé para que le sirven los asesores a Pedro Sánchez, publicaba la prensa que un equipo de especialistas sobre la Unión Europea acompañaban al narciso socialista en la Cumbre que se está llevando a cabo, en la que se está negociando a cara de perro el Fondo de Recuperación que la Unión Europea va a implementar para remediar los daños producidos por la epidemia del coronavirus. 

No creo que haya nadie en este mundo que piense que Pedro Sánchez se encuentra en una posición desahogada en Bruselas, muy probablemente junto a su homólogo italiano sean los que lo tienen peor en una  negociación en la que se intenta llegar a un acuerdo sobre el montante del Fondo, el reparto entre subsidios y préstamos y las medidas que exigen algunos países para controlar que el dinero europeo se invierta en políticas que consigan dinamizar las economías de los estados miembros y para terminar de complicar las cosas, también hay que acordar las reformas estructurales que se exigen, sobre todo a España e Italia y que deberán ser aprobadas por el resto de los socios de la UE.

Cualquiera pensaría que Pedro Sánchez iría con pies de plomo, sabe que no despierta demasiadas simpatías ni siquiera en los países que se supone son sus aliados, la economía española está por los suelos, exige mucho dinero de la UE y lo quiere gratis. Por resumir ha llegado a la Cumbre a pedir mucho y a aportar muy poco.

En Bruselas Sánchez se enfrenta a muchos problemas, ahí no está la prensa amiga para ayudarlo, el último informe de la Universidad de Cambridge en el que España volvía a aparecer como el país que peor había gestionado la pandemia en el mundo admite muy poca discusión, si a eso añadimos lo del confinamiento más duro y más largo, del que  increíblemente presumía el narciso, que ha tenido un coste terrible para la economía española y que demostró que el gobierno social comunista, más allá de gastar el dinero que no tenía, era incapaz de establecer una política que se pareciera un poco a la que recomendaban los especialistas europeos, no le convierten en un líder demasiado popular. 

Por otra parte el empeño de los social comunistas por establecer una economía expansiva en lo que se refiere al gasto público y el brutal aumento de impuestos que pretenden llevar a cabo por aquello de financiar ese gasto, lo coloca en una situación exactamente contraria a la que están llevando la inmensa mayoría de los estados miembros de la UE.

Por otra parte en España comienzan a crecer brotes del covid 19 en una cantidad y extensión que se supone preocupan al gobierno español y desde luego preocupan y mucho a la UE que sabe que no podríamos resistir una segunda oleada del virus. En España se han tomado una serie de medidas para combatir los contagios entre las que se encuentra, sorprendentemente y en un giro copernicano de lo que aconsejaban hace bien poco, la utilización de mascarillas. Esta medida y la insistencia en que se guarde lo que se ha dado en llamar la “distancia social” es lo único que pueden hacer los ciudadanos españoles para protegerse de la infección.

Parece ser que estas cosas no le atañen a Pedro Sánchez, todos lo hemos visto en la Cumbre, charlando a cara descubierta con líderes europeos que portaban la correspondiente mascarilla e ignorando lo del distanciamiento social. No sé yo si algún asesor le haya dicho a Sánchez que él queda mucho mejor si se le ve la cara, pero el tipo no llevaba la mascarilla reglamentaria. 

Me parece una barbaridad, primero es un desprecio para con sus compañeros de la Cumbre, a los que supongo que les molestará el uso de las dichosas mascarillas tanto como a él, pero es que además Sánchez manda un mensaje muy peligroso a los españoles. Si la mejor orden es el ejemplo, la visión de Sánchez el “desenmascarado” va a hacer mucho daño al trabajo llevado a cabo para convencer a los ciudadanos que las utilicen; muchos habrá que ante el ejemplo del presidente del Gobierno decidirán que el uso de las mascarillas no sirve para nada.

No creo que esa decisión haya despertado demasiadas simpatías, en Europa conocen bien a Sánchez, por lo tanto saben que en su momento se saltó la cuarentena a la que quedaba obligado por la infección de su esposa, hizo lo mismo Pablo Iglesias cuando se presentó en un Consejo de Ministros a pesar de convivir con una infectada. Peca en lo que se refiere a la responsabilidad que le atañe frente a los españoles y se pasa por el mismísimo arco del triunfo las instrucciones que sobre el uso de la mascarilla rigen en Bruselas.

Me parece que el problema está en la absoluta soberbia con la que se produce el narciso socialista a la que la salud de los españoles le importa un pimiento. Baste recordar que el Gobierno que preside, prefirió llevar a cabo una manifestación, en lugar de proteger a la ciudadanía del contagio y eso está tan claro que ya nadie, salvo si es votante socialista o podemita,  pueda discutir. 

Por eso este Gobierno, presidido por un narciso, incapaz de empatizar con sus administrados llegó tarde y mal y de aquello polvos estos lodos, porque por llegar tarde no pudieron controlar la epidemia y a cuenta de la expansión descontrolada del virus, tomó una decisión que arruinó nuestra economía, porque nos encerró a todos ya que no podían saber quiénes estaban infectados, porque no eran capaces de hacer test masivos como se hacía en el resto de Europa y del mundo.

Y aunque la prensa afín esté poniendo a escurrir a los “frugales”, no dejen que los engañen. Esos países le lavaron la cara a base de bien en la elección del Presidente del Eurogrupo, nunca nadie con el apoyo de Francia, Italia, Alemania y España había sido derrotado en la UE, sin embargo los países pequeños y con poco peso específico en Europa, tal y como se les definió desde el  gobierno español le ganaron. Digo que esos países no están atacando a España, simplemente defienden sus intereses. Son naciones que tuvieron que recortar sus presupuestos y que implementaron políticas restrictivas del gasto, que han tenido éxito y no quieren regalar su dinero a Pedro Sánchez, cuya afición por el derroche conocen perfectamente.

Al fin y al cabo la última propuesta que han hecho recortaba 50.000 millones de euros del montante del fondo dejándolo en 700.000 millones y pretenden que la mitad vaya en transferencias y la otra mitad en préstamos. El primero que se mostró conforme con que le rebajaran dinero de los 140.000 millones que nos tocaban fue el propio Sánchez, estaba de acuerdo, siempre y cuando no le aplicaran la “condicionalidad”.

Así que no se dejen engañar, lo que Sánchez pretende es recibir dinero de Europa y gastarlo como a él le venga bien, eso sería un desastre para nuestra economía y ya para que les cuento si nos ponemos a hablar del mercado laboral.

Por desgracia estamos tan mal, que las exigencias y los controles que Europa nos aplique, por duros que sean, van a ser nuestro seguro de vida. O van a fiarse ustedes de lo que les cuente un tipo que tras liar la que ha liado, parece estar entretenido en buscarle la boca a nuestros socios europeos y ya de paso saltarse las medidas de autoprotección para lucir palmito.

No tiene remedio, si no da la nota se muere.

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