Georges Simenon Tercera parte. (Final)


Georges Simenon a lo largo de su vida tuvo que hacer frente a un problema, su gran éxito de ventas hacía que se le negara calidad literaria. No es un fenómeno nuevo, en el mundo de la Cultura hay gentes que han decidido que lo que gusta a muchos no puede ser bueno, añadan a ese obstáculo el hecho de que ya dentro de lo que vamos a llamar literatura de entretenimiento, las novelas del género negro y las policiales tuvieron muchísimos problemas para que fueran aceptadas, de hecho el género negro nació como un subgénero y tuvo que pasar mucho tiempo para que se les permitiera alcanzar su lugar en la literatura aceptable.

No crean que esa teoría la sostuvieran gente sin demasiado ingenio, que también, por poner un ejemplo que demuestra lo contrario, podríamos considerar la opinión que sobre Georges Simenon sostenía Henry Miller, quien afirmaba que lo que escribía el belga no podía ser muy bueno porque se vendía mucho. Siempre me he preguntado para quién escribirían los autores totémicos de la literatura universal, he de suponer que para una minoría lo que no parece demasiado razonable. Desde mi modesta opinión cuando uno escribe lo hace para que lo lean y no resulta demasiado razonable que el objetivo es que solo te lea una élite minoritaria, estas afirmaciones creo que se deben más a la envidia ante las cifras de ventas por muchos autores "populares" inalcanzables para estos escritores.

De todas maneras el genio de Simenon logró superar todos los obstáculos y entre esos genios literarios encontró escritores que alabaron sus textos y elogiaron su capacidad artística. Ahí están Colette, André Gide, Walter Benjamin, García Márquez, William Faulkner, John Balville y muchos otros, que señalaron su admiración por la producción literario del belga, tanto por su calidad como por su prolífica capacidad para escribir.

En España donde por desgracia es muy poco conocido, normalmente cuando se habla de Simenon, automáticamente pensamos en Maigret, cuando esta serie es solamente una parte de su producción literaria. Estamos hablando de un autor que estuvo a punto de ganar el Goncourt en el año 1937 y que al comienzo de los años sesenta sonó insistentemente para el Nobel de Literatura, así que debemos ser conscientes que eso no se consigue con las novelas de Maigret o no sólo con las novelas del comisario. En realidad su consagración literaria, la puerta que le abrió el olimpo de los autores consagrados en lengua francesa, le llegó tarde, en el año 2003, años después de su muerte, cuando Gaston de Gallimard publicó parte de su obra en la Pléiade.

La crítica divide a la obra de Simenon en dos partes, las novelas duras y las otras; para entendernos, dejando de lado la inmensa cantidad de relatos y novelas publicadas con pseudónimo, lo que hace la crítica es dividir su obra entre las novelas que entienden tienen una carga literaria y las que no. Como habrán podido ustedes adivinar y si me permiten la generalización las duras son las que son y las otras son las de la serie de Maigret.

El problema reside en que, como bien señalaba Jiménez Losantos en unos artículos publicados sobre nuestro autor, "… hay novelas duras que son blandas y, sobre todo, que hay novelas de Maigret que no ceden en intensidad ni dureza temática al Simenon que como un ropavejero de la provincia profunda, de la Francia rural emigrada al banlieue de las grandes ciudades, con París a la cabeza, hace un inventario de comportamientos y valores, vulgares por universales, a través de unas historias o de unas novelas que son ataúdes y glosarios de la vida mediocre y de la soberbia mediocridad de la vida bien mirada, como la sabe mirar, ver y, sobre todo, contar Georges Simenon”.

Hay otra división que se maneja sobre la obra de Georges Simenon, están los estudiosos que han decidido que el autor es una suerte de sucesor de Balzac y Maupassant, incluso ha habido quien lo calificó como el Balzac del siglo XX por su inmensa capacidad para escribir novela tras novela, mientras que otros críticos se inclinan por señalar que la obra de Simenon está mucho más cerca de Zola, que de esos dos autores. Pero independientemente de que nuestro autor sea alumno de Balzac, Maupassant o Zola, lo que está claro es que las más de cien novelas "duras" de Simenon tienen una grandeza literaria que nadie puede discutir.

Lo que constituye un auténtico misterio es el paupérrimo interés que las obras de Simenon han despertado en España. Lo señala su hijo, que se extraña de la pobreza de las cifras de ventas en nuestro país, que contrapone al éxito que obtienen en Italia. Preguntado al respecto manifestó que para conocer la obra de Simenon, si se pretende comenzar con una novela de las duras de verdad aconseja comenzar con  “La nieve estaba sucia”, un relato ambientado en los tiempos de la ocupación alemana y si el lector prefiere una experiencia más fácil y se pretende comenzar con un relato de Maigret, recomienda “La noche de la encrucijada”.

Las dos novelas las ha publicado en España Acantilado que está editando la obra de Simenón poniendo en el mercado dos obras al año, publican anualmente una de las "duras" y otra de las de Maigret. Les advierto que no siguen un orden cronológico, pero ciertamente merece la pena leer lo que publican. Eso sí, señalan las dificultades que encuentran para que la obra de Simenon penetre en el mercado español y eso que llevan desde el 2012 en el empeño. Decía Paco Camarasa que para los lectores españoles Simenon es nuestra gran asignatura pendiente. Veremos si Acantilado logra romper con esa resistencia que por ahora perciben.

Hasta aquí hemos llegado, si no han leído nada de Simenon, háganlo. ¿Mejor una dura o preferiblemente una de Maigret? Decidan ustedes, elijan lo que elijan creo que disfrutarán de la experiencia. ¿Qué ya ha leído alguna de Maigret?, pues atrévanse con “La nieve estaba sucia”, dura de verdad, decía el hijo de Simenón que “el héroe es depreciable y acabas teniendo empatía con él; terminas dividido: no lo soportas, pero tú podrías ser ese tipo” y si prefieren una de Maigret, personalmente les recomiendo “El perro canelo”, muy buenas las dos.

Hasta aquí hemos llegado, acabo con esta miniserie, si Dios quiere nos veremos por aquí el próximo viernes. Cuídense mucho.

Un abrazo.

 

 

 

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