Jean Claude Izzo, un marsellés de una pieza


Jean-Claude Izzo nació en Marsella el 20 de junio de 1945 y falleció en esa ciudad el 26 de enero del 2000. Hijo de italiano y de una marsellesa descendiente de españoles hay dos amores que marcan su juventud, por una parte su acendrada pasión por la ciudad que le vio nacer y por otro lado su interés por la política. Hombre de izquierdas se afilió al PSU en el año 1966 e incluso participó en su ciudad natal en unas elecciones legislativas en la lista socialista, más tarde abandona el PSU para entrar en el PCF, partido en el que tuvo cierta relevancia; en ese tiempo fue el redactor jefe de "La Marsellesa" un periódico de los más importantes de la cuenca del mar Mediterráneo .

Llama la atención que tanto Izzo, como Vázquez Montalbán y Camilleri militaran en organizaciones comunistas, no puedo decir lo mismo de Petros Márkaris, que aunque es un hombre alineado con las tesis de la izquierda no tengo noticia de que estuviera adscrito a organización comunista alguna. Pero está claro que los cuatro escritores que resultaron ser los pilares de ese fenómeno que conocemos como la novela negra mediterránea, ideológicamente procedían de la izquierda y los cuatro abandonaron su militancia cuando se dieron cuenta que sus ideas no eran capaces de transformar la sociedad y pasaron a formar parte, como tantos otros, de esa izquierda desencantada que se enfrentó a la realidad y con pesar tuvieron que admitir que el camino marcado por el comunismo no llevaba al lugar al que ellos querían llegar.

Jean Claude fue poeta y periodista, en 1978 cuando rompe con el PCF comienza a escribir en diferentes publicaciones pero llega el año 1995 y casi por sorpresa publica “Total Khéops” con la que obtuvo un gran éxito de público y crítica. Esta novela será la primera de su trilogía marsellesa que lo convirtió en una figura mundial del género negro y en un referente de la novela negra francesa.

Parece que Izzo tenía prisa porque en 1966, casi apresuradamente, ve la luz “Chourmo” la segunda novela de la trilogía y ya en 1998 la cierra con “Solea” la última de las tres novelas que están protagonizadas al alimón por Marsella, sus gentes y el policía Fabio Montale, cuyo apellido es un claro homenaje a Vázquez Montalbán. La trilogía demuestra el amplísimo conocimiento que tenía Izzo sobre el mundo del hampa de Marsella y sobre la propia ciudad, una ciudad que no se corresponde con el estereotipo creado para los turistas; el autor nos habla de la Marsella que ha visto llegar e integrarse a multitud de pueblos y culturas y también, porqué no decirlo, a una surtida variedad de mafias.

La ciudad, su Marsella, es muy importante en la trilogía, también lo es Fabio Montale, el protagonista al que alguien definió como “Un policía indiferente y gourmet, perdido en los barrios del norte de la ciudad”, lo que no debe extrañarnos ya que en la novela negra mediterránea la gastronomía local es muy importante. Montale es policía, pero de joven fue un delincuente como sus amigos de la infancia que murieron violentamente al igual que muchos de los que mal vivían en esos barrios llenos de inmigrantes italianos, españoles o pieds noirs.

Fabio es un policía distinto, no tiene prejuicios contra los inmigrantes, trata de dialogar con los jóvenes y utiliza unos procedimientos que extrañan y molestan a sus superiores e incluso a sus compañeros. Es un hombre melancólico y eso le lleva a la bebida, solitario, no tiene amigos, porque los suyos murieron jóvenes sin que Montale entienda realmente cuáles fueron los motivos, un hombre triste, un policía distinto que cuando se siente abrumado por la realidad se refugia en su cabaña al lado del mar, en su barca, en una buena comida, en la bebida, lee poesía y escucha música de jazz.

Izzo nos enfrenta a través de Montale a los problemas que crean las distintas minorías que cohabitan en esa Marsella popular, luminosa, mediterránea, plena de olores y ruido que puede llegar a ser muy peligrosa. Nos descubre la red de relaciones mafiosas entre los matones del Frente Nacional, antes terroristas del OAS, con políticos corruptos y con bandas organizadas, denuncia el racismo sangrante que se vive en Marsella y la corrupción de las instituciones y se enfrenta al fenómeno que convierte a los hampones y traficantes  musulmanes que van a la cárcel en islamistas.

Decía el escritor francés Claude Mespléde que en la trilogía destaca “la gran humanidad y cierto toque de pesimismo que tiene su contrapeso en el instinto de superación que el autor les da a sus personajes, que son capaces de superar sus problemas diarios y salir adelante, lo que hace que el lector se identifique fácilmente con ellos"

Murió joven y cuando eso sucedió murió un marsellés de una pieza; como sus personajes hizo frente a sus problemas e intentó superarlos, el cáncer acabó con él, pero nos dejó esa trilogía que es de lo mejorcito que se ha escrito en el género negro, la recomiendo. En España la ha publicado Ediciones Akal, si no la han leído se la aconsejo, van a disfrutar de su lectura.

Hasta aquí hemos llegado, si Dios quiere nos veremos por aquí el próximo viernes. Entretanto cuídense mucho.

Un abrazo

 

 

 

 

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