"Cabo Trafalgar" Arturo Pérez Reverte nos relata la derrota naval de Trafalgar


 

Hoy quiero comentarles un libro por varias razones, en primer lugar por el tema que trata, también por el escritor que lo firma y por último por cómo nació el libro. Me refiero a “Cabo Trafalgar” de Arturo Pérez Reverte un libro escrito por encargo, creo que esas tres circunstancias justifican su presencia en estas páginas. Cuando se acercaba el bicentenario de la batalla de Trafalgar los responsables de la editorial Alfaguara le pidieron a Pérez Reverte que escribiera una novela sobre ese enfrentamiento naval que tuvo funestas consecuencias para España y su Armada. 

Ante todo quiero señalar que nos encontramos ante una magnífica novela, una obra perfectamente documentada. No podemos olvidar que el relato trata de un hecho histórico en el que Pérez Reverte se esfuerza y consigue darnos un amplio catálogo de personajes, perfectamente definidos, creíbles, bien situados históricamente y consigue a través de su técnica narrativa, que vivamos y suframos con ellos los terribles avatares en los que se vieron envueltos todos ellos en esa fatídica fecha del 21 de octubre de 1805, en la que la marina inglesa venció a la armada franco-española, negando ya para siempre el dominio marítimo a Napoleón Bonaparte.

Pérez Reverte nos relata en su novela el gran desastre de la marina española, una marina formada por unas personas ilustradas que constituían un activo muy importante. En ese día comenzó a morir la España ilustrada del siglo XVIII, la España que pudo ser y no fue. Cuando la editorial le propuso que escribiera sobre esta batalla Arturo Pérez Reverte aceptó encantado, en mente tenía preparada una novela sobre mil páginas sobre la marina española, pero como sea que la editorial le pidió un libro corto así lo hizo y el autor cree que ha quedado mejor que ese proyecto que tenía en proyecto aunque sin haber puesto manos a la obra de una manera decidida. Para contar esa batalla siendo lo más fiel posible a la historia, nuestro autor nos embarca en un navío que nunca existió, el Antilla desde el que todos los lectores podrán participar de los momentos decisivos de la batalla.

Lo hace con la finalidad de preservar el rigor histórico, permitiendo la observación de la batalla tal y como sucedió y no habla de lo que sucedió en uno u otro barco de los que intervinieron realmente en el combate y tampoco intervienen en ella protagonistas que no lo hicieron; ya que Trafalgar es una batalla tan documentada que poco podía aportar un escritor de ficción, así que desde ese barco podremos otear las distintas acciones y combates del resto de la flota, que sí intervino históricamente en ese desastroso enfrentamiento naval.

Pérez Reverte nos presenta a través de lo que sucede en las páginas de su magnífica novela, un retrato de una parte de la sociedad española de aquel tiempo, recluida en el microcosmos que supone un navío de guerra. Por una parte los marinos españoles, intelectuales, matemáticos, excelentes profesionales, que no tienen más remedio que acatar las órdenes de los dirigentes políticos gentes sin la más mínima preparación para aceptar ese tipo de responsabilidad y por otra Pérez Reverte nos enfrenta al cáncer nacional, una clase dirigente política, indolente, mal preparada, cainita, enfrascada en la defensa de los intereses de su clase o de su facción, mientras que la nación se va hundiendo poco a poco; en definitiva una clase dirigente indigna, a la que da la réplica el españolito de a pie, esos pobres hombres embarcados a la fuerza en vísperas de la batalla, para servir literalmente de carne de cañón y que actuaron, como siempre, con una altísima dignidad, un sentido del deber y una capacidad de sacrificio sobresalientes

Y esos hombres, pescadores, peones, artesanos, campesinos, contrabandistas, presos, son reclutados a la fuerza y a latigazos llevados a los barcos que les van a servir de tumba. Mientras que los marinos profesionales saben lo que se les avecina, enfrentados a la marina de guerra más profesional, la inglesa, con unas tripulaciones perfectamente entrenadas y el genio marítimo de la época al frente, el almirante Nelson; mientras que ellos han tenido que poner dinero de su bolsillo para pintar los barcos, dos tercios de su tripulación no ha navegado nunca y saben que el almirante francés Villeneuve comandante de la flota franco-española es un perfecto inútil.

Los comandantes de los buques españoles saben que la política, la triste política de sumisión con Francia, va a terminar en una tragedia que no pagarán los políticos sino que como siempre pagarán los ciudadanos de a pie. Unos marinos con una capacidad profesional e intelectual fuera de toda duda, al mando de unos buenos barcos pero que la desidia política había sumido en el abandono. 

Siendo conscientes de que se hacen a la mar y de que si mueren en la contienda, sus familias van a pasar hambre y miserias, pues no van a cobrar las pensiones que les correspondan. Así que en lo que se refiere al comportamiento de los marinos españoles y los hombres embarcados a la fuerza en esos barcos hay que decir que fue ejemplar, hay que ponerse en la piel de un padre de familia que sabe que tiene muchas posibilidades de perder la vida o resultar inválido en el combate que se avecina y que además no tiene siquiera el consuelo de pensar que el Estado cuidará de su familia.

Como manifiesta el propio Arturo Pérez Reverte y me van a permitir que le cite: “He querido meter al lector en la batalla, incluyendo también una visión de lo español y de España, de la sombría tragedia de ser español; eso es una constante en nuestra historia desde los iberos al 11M”.

La novela es una novela coral, vamos a ver a cantidad de personajes, pero Pérez Reverte decide utilizar básicamente la descripción del combate de acuerdo con la particular visión de cuatro de ellos, el capitán francés de un pequeño barco de exploración, el capitán de la Rocha comandante del Antilla, que combate en el alcázar del buque, el guardiamarina Falcó, un adolescente de 16 años y un hombre procedente de la leva, Marrajo, un contrabandista, carne de presidio, que combate en una batería y que va a representar la calidad humana de los españolitos, la decencia y la dignidad frente al desgraciado papel que representa la clase dirigente en este drama.

Creo que es un gran libro, me pareció corto, yo hubiera preferido esa novela de mil páginas que sobre nuestra marina del siglo XVIII y su entorno tenía in mente el autor, pero he de decir que me ha entusiasmado. Es un canto al honor, al valor, al espíritu de sacrificio, al verdadero patriotismo y sobre todo es un homenaje para todos aquellos que no teniendo personalmente nada que ganar en esa historia lo dieron todo por su patria, es decir por España.

Recomiendo el libro a todos y ya puestos a rizar el rizo, a los lectores que les interese especialmente el tema les recomiendo, quizá sea mucho pedir, que lean el libro de Pérez Reverte y después el episodio de Trafalgar de Benito Pérez Galdós de su serie de “Los Episodios Nacionales”, creo que les va a gustar la experiencia.

Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere nos volvamos a encontrar por aquí el próximo jueves. Hasta entonces cuídense mucho.

Un abrazo.

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