"Desgracia". La dura realidad de la Sudáfrica post apartheid de la mano de John Coetzee


 

Hoy quiero hablarles de una novela que debiera haberles comentado hace tiempo y que realmente no entiendo porque se quedó en el limbo durante tanto tiempo. Una novela que me deslumbró cuando la leí hace ya bastantes años y cuya lectura me descubrió un autor que pese a ser Premio Nobel de Literatura no conocía. En España Mondadori publica en el año 2000 “Desgracia” que así se titula el libro del que les estoy hablando que firma John Maxwell Coetzee un escritor sudafricano que en el año 2003 conseguía el Premio Nobel de Literatura.

La obra se titula en España “Desgracia” y en inglés “Disgrace” y efectivamente disgrace en inglés significa desgracia pero también puede significar vergüenza o deshonra. Comprendo que la similitud con el título inglés empujara a la editorial a titularla así, pero modestamente creo que, independientemente de los factores comerciales, los dos conceptos que añado tienen mucho que ver con lo que nos cuenta Coetsee en su novela. A veces las traducciones literales eliminan matices interesantes y creo que ese ha sido el caso.

Pero vamos a lo que vamos, Coetzee nace en Ciudad del Cabo el 9 de febrero de 1940, hijo de un abogado de procedencia alemana y de madre anglófona, estudia Matemáticas en la Universidad del Cabo, nuestro autor no se encontraba a gusto con el régimen político que sufría Sudáfrica y emigró al Reino Unido donde encontró trabajo como programador informático. A mediados de los sesenta viaja a Estados Unidos donde cursó estudios de Lingüística y Literatura, alcanzó un doctorado y trabajó como docente universitario. Volvió a Sudáfrica para con posterioridad trasladarse a Adelaida, lugar en el que vive en la actualidad.

Siempre se sintió atraído por la literatura y por fin se decidió a escribir. En 1974 publica la novela “Tierras de poniente” que publicaría en España Mondadori en el año 2009, a ella sigue en el año 1977 “En medio de ninguna parte” (Mondadori 2003), en el año 1980 publica “Esperando a los bárbaros” con la que alcanzó su primer éxito internacional. En el año 2003 la Academia Sueca le concede el Premio Nobel de Literatura por el conjunto de su obra. Para el jurado la prosa de Coetzee “sabe abordar situaciones en las que la capacidad de distinguir entre el bien y el mal puede ser vista como algo que a fin de cuentas es inusitado” y añadía que “de innumerables maneras retrata la desconcertante complicidad con la alienación”

En 1999 publica “Desgracia” novela que publicó en España Mondadori en el año 2000. Como podrán intuir aquellos lectores que no conozcan la obra de John Maxwell Coetzee, éste no es un autor fácil, no es un novelista que describa amablemente la vida que le rodea. Coetzee escribe sus obras con posterioridad a la finalización del apartheid, pero la preocupación social del autor queda reflejada en su obra de una manera imborrable. Del autor se ha señalado su “implacable honradez”, trata de temas duros con un concepto ético muy exigente. Podría decirse que es un escritor moral en el que su compromiso ético está presente en cada una de las situaciones que relata. ¿Escritor moral?, desde luego, pero mucho más escritor que moralista.

En Coetzee lo literario es más importante que lo ético, sus obras nos colocan ante los traumas que producen la soledad y la alienación en el ser humano, nos relata la lucha que mantienen hombres y mujeres para distinguir el bien del mal. Hay mucha tristeza en general en la obra de este autor y también angustia y desánimo pero la categoría literaria de Coetzee consigue atraer a sus lectores que paradójicamente pertenecemos a una cultura que nos empuja mucho más a entretenernos que a preocuparnos. Nuestro autor afronta temas muy duros y lo hace de frente, sin adornos innecesarios, es un novelista que encara temas enojosos y a pesar de ello consigue unas cifras de ventas fantásticas y lo hace porque tiene una manera de explicar lo que sucede sin ni un ápice de retórica. Cuenta lo que sucede, tal y como sucede y lo hace con un pulso narrativo y una calidad literaria que atrapa al lector.

No creo que sorprenda a nadie si digo que en “Desgracia” nos va a contar una historia muy dura y cruel. Su protagonista un profesor universitario divorciado, metido en la cincuentena, mantiene una relación con una alumna y cuando surge la denuncia, prefiere renunciar a su trabajo antes que defenderse o excusarse. Sin trabajo decide reunirse con una hija que vive en un lugar en el que las costumbres y el ambiente no tienen nada que ver con los suyos. En ese lugar padre e hija sufren una agresión brutal y los referentes morales y sociales del profesor saltan por los aires.

Con una prosa de una gran calidad nos narra la tragedia y sus consecuencias. Coetzee relata las experiencias de unos seres humanos envueltos en los profundos cambios sociales que experimenta la sociedad en la que conviven, las brutales transformaciones sociales que experimentan los habitantes de Sudáfrica tras la finalización del apartheid. Es a través de la exploración de la debilidad de sus protagonistas y de sus particulares derrotas, como el autor consigue capturar la esencia espiritual del ser humano, que a veces se esconde tras la apariencia que le da su situación o su particular rol en la sociedad.

La recomiendo porque esta obra, pese a lo áspero del tema que trata, se lee de un tirón y además, va a ser una buenísima sorpresa para aquellos que no conozcan a John Maxwell Coetzee y una oportunidad para acometer su relectura para los que conozcan esta obra, una novela que sin duda los va a llevar a la reflexión y eso amigos míos es algo muy importante, sobre todo si tenemos presente la realidad que nos toca vivir.

Hasta aquí hemos llegado. Espero que si Dios quiere nos volvamos a encontrar por aquí el próximo martes. Hasta entonces cuídense mucho.

Un abrazo.

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