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La novela negra en Marruecos


 

Pasaron las fiestas navideñas y toca volver otra vez al duro banco de la galera turquesa a escribir una entrada del blog sobre un tema que apenas conozco y del que sigo sabiendo muy poco a pesar del trabajo de documentación realizado. Espero que lo que escriba sea de algún interés para ustedes aunque sea simple y llanamente por curiosidad.

Lo cierto es que el fenómeno de la novela negra no ha arraigado en Marruecos, pero algo les contaré sobre tres o cuatro autores que a pesar de las dificultades han conseguido publicar unas cuantas novelas que pueden inscribirse en el género negro. Si en Argelia la existencia de autores dedicados al género es mínima, en el Reino de Marruecos la realidad es todavía peor. Hablaba el otro día del entorno poco propicio a las libertades ciudadanas que se daban en Argelia y Marruecos y como esa cuestión creaba un hábitat en el que resulta muy difícil que prosperen unos relatos que tienen como característica fundamental la crítica social y política.

¿Cómo es Marruecos? En teoría es una monarquía parlamentaria, pero solo en teoría, el rey de Marruecos ejerce un poder omnímodo con la mayoritaria aprobación de su pueblo. El papel hegemónico de la monarquía alauita en Marruecos y la identificación entre el rey y la nación son el resultado de un largo proceso de fortalecimiento y explotación de la imagen y las atribuciones conferidas al monarca en su doble condición de líder religioso y político, garante de la integridad del Reino y ese proceso se ha llevado a cabo con gran habilidad por los respectivos monarcas, cuando Marruecos dependía de Francia y España, antes de la independencia y también después de alcanzarla.

No hay que dejarse engañar por las elecciones libres y la existencia de partidos políticos. El rey gobierna y el partido único está prohibido de manera expresa, desde la Corona se ha favorecido siempre la existencia del multipartidismo - supongo que alguien tenía muy bien aprendido aquello de “divide y vencerás” - a la vez que propiciaba un clientelismo feroz y ha conseguido que los partidos dependan de la generosidad del monarca. Por si esto fuera poco, el rey de Marruecos tiene la autoridad legal que le permite vetar cualquier resolución adoptada por el “poder ejecutivo” marroquí.

Sumen a ello el que el rey es la máxima autoridad religiosa de Marruecos y que tiene autoridad para imponer su criterio sobre el resto de las fuerzas sociales y religiosas del país, con lo que eso significa en un país musulmán, de tal manera que hasta los grupos políticos islamistas, que están en contra de la actuación política del monarca, aceptan su autoridad religiosa. Creo que, aunque lo he explicado muy por encima, entiendan que lo de la libertad en Marruecos es un concepto que difiere frontalmente con las libertades ciudadanas de los regímenes parlamentarios al uso en Europa y quizás sea por ello por lo que el género negro no crece ni siquiera con la ayuda de la televisión como veremos un poco más adelante.

Probablemente el autor marroquí más importante, a pesar de que escribía en francés, haya sido Driss Chraibi (1926-2007). Se le considera uno de los fundadores de la literatura magrebí de expresión francesa y el padre de la literatura marroquí moderna. Se dio a conocer a través de sus dos primeras novelas, "El pasado simple" (1954) y "Los Chivos" (1955)  pero que nada tenían que ver con la novela negra.

No es hasta los años noventa cuando Chraibi decide utilizar como vehículo crítico una serie de cinco novelas que entran de lleno en el género negro. Su protagonista el inspector Ali parece ser una especie de alter ego del escritor, el policía realiza investigaciones poco convencionales en Marruecos y en el extranjero. De este modo, a través de lo que parecen ser novelas policíacas, Driss Chraibi denuncia los defectos de Marruecos y Occidente, aunque lo haga utilizando más la ironía que la crítica.

Otro escritor francés nacido en Casablanca y afincado en Marruecos, es considerado como clave en la novela negra marroquí: Jean Pierre Koffel. Entre sus títulos más importantes figuran “Des pruneaux dans le tagine”, “Pas de Visa pour le paradis d’Allah” y “L’inspecteur Kamal fait Chou blanc”.

No hay mucho más, salvo quizás otros dos autores que curiosamente comparten apellido, Miloudi Hamdouchi y Abdelila Hamdouchi. Miloudi es un antiguo comisario apodado Colombo y considerado insobornable, de hecho por no respetar la costumbre de dejar en paz a los poderosos, fue apartado del servicio en 1993, pero rehabilitado en 1998. Para matar el tiempo, se dedicó a la escritura, “si no hubiera sido policía, no habría escrito novela policial, pero habría escrito de todos modos”, dijo en una ocasión.

Mejor prensa que su homónimo tiene Abdelila Hamdouchi que ha publicado un buen número de novelas policiales, algunas de las cuales han sido traducidas al inglés; destaca entre ellas “La mouche blanche” que según la crítica es la mejor de su producción. El autor se ha quejado del escaso éxito que obtiene la literatura policial en Marruecos,  a pesar de que sus novelas han sido llevadas a la televisión marroquí con un éxito considerable, las ventas de sus libros no han mejorado.

Eso es todo lo que he conseguido sobre la novela negra en Marruecos, poco, lo sé pero se publica muy poco género negro en el reino alauita, aquí cierro la serie sobre la novela negra en el Magreb.

El próximo miércoles, si Dios quiere, volveremos a encontrarnos por aquí. Cuídense mucho.

Un abrazo.

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