"Los hijos de la luz" una novela de César Vidal en la que nos habla sobre la Masonería


 

Quizás algunos de los lectores habituales de este blog sepan que todos los martes acudo a la tertulia “Con criterio propio” que se emite desde Radio Sintonía. El pasado martes no sé muy bien que fue lo que motivó la mención pero hablamos de pasada sobre la Masonería y su presencia en las islas de Tenerife y La Palma, ya digo que fue un comentario sin ninguna importancia, pero terminada la tertulia y cuando me dirigía a mi domicilio se me vino a la memoria un libro que se titula “Los hijos de la luz” que escribió César Vidal y en el que se hablaba de la Masonería y los masones y decidí que podría resultar interesante comentarlo para ustedes.

La novela en su momento produjo airadas reacciones de quiénes opinaban que se atacaba a la Masonería indebidamente y de manera automática– ya saben, lo de la ley la acción y la reacción de masas – surgieron también abundantes opiniones de los que opinaban como César Vidal. Para que se hagan una idea les contaré que con esta novela el autor ganó el IV Premio de Novela de la Ciudad de Torrevieja, el jurado estaba presidido por el escritor ya fallecido José Manuel Caballero Bonald, un magnífico poeta de la generación de los cincuenta, que en el acto de la proclamación del premio largó una serie de opiniones que no voy a recoger aquí, pero les dejaré una muestra de ellas.

Decía Bonald entre otras lindezas que la novela era “detestable ideológicamente”, lo que me pareció entonces y me lo parece todavía ahora, sorprendente, ya que no parece natural que el presidente de un jurado literario y más de la categoría de Caballero Bonald critique la ideología de una obra. Personalmente me parece preocupante que se haga un intento de censura ideológica a una creación artística, y más si se tiene en cuenta que  a la vez fue muy elogioso con la calidad literaria de la novela. Hizo un verdadero panegírico del texto y alabó su estructura argumental, la tensión narrativa, la sintaxis, los tiempos... El propio autor César Vidal, que agradeció la crítica porque entendía que entre otras cosas iba a favorecer la venta de su novela, manifestó al respecto que: “Por otro lado, como soy muy políticamente incorrecto es un elogio bonito que digan de uno que es ideológicamente detestable”.

¿Qué porque les cuento todo esto?, pues porque estoy de acuerdo con Caballero Bonald en que la novela está muy bien escrita y como el tema del que se trata en ella es algo vidrioso lo aclaro, a sabiendas de que cuando acabe de escribir esta nota voy a recomendar su lectura, y por eso quiero que todos ustedes sepan de antemano de qué se habla en la novela y el tratamiento que le dispensa César Vidal a los misteriosos “Hijos de la Viuda”.

César Vidal es un escritor polifacético pero que despierta una serie de sentimientos encontrados y ha llevado una vida algo complicada. Nació español pero se convirtió en ciudadano de los Estados Unidos. Católico, formó parte de los Testigos de Jehová para terminar en la Iglesia Evangélica, triunfó como comunicador en la radio y ha escrito mucho, creo que ha publicado más de ciento veinticinco libros y no voy a continuar con sus datos biográficos porque estoy convencido que los conocen la mayoría de ustedes.

Hablemos pues de “Los hijos de la luz”, un texto que se basa en hechos reales en el que el autor desarrolla tres tramas que transcurren, la primera, en la Baviera anterior a la Revolución Francesa; la segunda, en París, donde aparecen descripciones rigurosas de la toma de La Bastilla en 1789, del genocidio de La Vendée o del período revolucionario que conocemos como “El Terror” y la última que trata de la creación de los Illuminati en Baviera.

Hay que decir que el libro que hoy comentamos es una novela que nos sitúa ante el fenómeno de las sociedades secretas y la capacidad que han tenido para influir en algunos momentos extremadamente importantes de la historia sobre todo de Europa. Debo decir que la masonería en general y algunos masones en particular no quedan muy bien retratados en la novela, deja claro César Vidal a lo largo de sus páginas que no es amigo de las sociedades secretas, eso queda meridianamente claro.

“Los hijos de la luz” es una obra de intriga, en ella se presentan al lector asesinatos en serie, logias, masones, jueces, investigadores, poder político, corrupción judicial, toda una serie de sucesos y personajes que iremos conociendo a través del policía bávaro Wilhelm Koch y su ayudante, Steiner, en la Baviera anterior a la Revolución Francesa,  al que se nos presenta dirigiendo una investigación en torno al misterioso asesinato de un hombre joven que ha sido sodomizado y la implicación en el suceso de diversos estamentos relacionados con las logias masónicas. Para ello se apoyará en los conocimientos de un erudito, Lebendig que está investigando la ciencia que conocemos en la actualidad como grafología, con el fin de que analice los extraños escritos que tienen del principal sospechoso, un sujeto que se esconde bajo el pseudónimo de Espartaco, el creador de los Illuminati.

César Vidal utiliza la técnica de contarnos dos historias, que son la misma pero en distinto tiempo histórico con la técnica del flash back y de esta manera nos encontraremos en el París de la guillotina en 1793, en el momento que va a ser decapitado un reo con un testigo de excepción, nuestro amigo Lebendig; mientras que en otros capítulos de la narración César Vidal nos llevará a la Baviera en la que se está investigando el crimen ocurrido en el año 1775. Las investigaciones de Koch y Lebendig los llevan hasta la logia masónica de Ingolstadt y consiguen identificar al misterioso Espartaco y a su grupo de conspiradores.

El autor se muestra como ya he señalado muy crítico con la masonería, de hecho César Vidal manifestaba a un periodista que: “Históricamente, la masonería ha sido muy dada a realizar experimentos de ingeniería social que han resultado nefastos para la sociedad y que han venido acompañados de verdaderos océanos de sangre. Sí, puedo decir que lo que se relata sobre la masonería en “Los hijos de la luz” tiene un sólido apoyo documental. El carácter secreto de la masonería - sigue diciendo el autor - ha propiciado la corrupción política como muy bien supo narrar, por ejemplo, Galdós. No es menos cierto su papel en procesos de subversión, de control de los medios de comunicación y de supresión de las libertades”. Está clara la posición del autor respecto de la Masonería, otra cosa bien distinta es que esa opinión se comparta o no.

La novela, es una novela de intriga y de investigación policíaca, con una trama excelente y está muy bien escrita, no duden ni por un momento que la obra es entretenida y se lee con agrado. Otra cosa es la postura política o ideológica del autor que entiendo arrima el ascua a su sardina como, por otra parte, hacen todos o casi todos. Léanla, creo que la disfrutarán.

Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere, nos volvamos a encontrar por aquí el próximo sábado. Hasta entonces cuídense mucho.

Un abrazo.

Como probablemente sepan la mayoría de ustedes, acaban de publicarme una novela negra que se titula "Al madero no le gusta la ropa vieja", cuyo escenario es Fuerteventura y su capital, Puerto del Rosario. Sus protagonistas, dos guardiaciviles que investigarán un homicidio. Por si estuvieran interesados en adquirir un ejemplar aquí les dejo el enlace que les permitirá hacerlo. ¡Feliz lectura!

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