"Sunset Park". Una magnífica novela como todas las de Paul Auster


 

Me parece que nunca he comentado aquí una novela de Paul Auster,  uno de los escritores americanos contemporáneos que más me gusta, así que hoy comentaré “Sunset Park” una obra de este autor que en el momento de su publicación me pareció algo distinta al resto de las que ha publicado Auster, aunque no nos engañemos, al final volví a reencontrarme con los temas, personajes y territorios que habitualmente utiliza nuestro autor.

Con “Sunset Park”, el estadounidense Paul Auster pretende mostrar una juventud que a pesar de las adversidades y los dramas, decide vivir su propia vida de la manera que cree más adecuada, sin renunciar a sus sueños por muchos inconvenientes que eso conlleve y a pesar de lo alejada que se encuentre esa forma de vivir con la vida convencional del resto de la sociedad. Como nos tiene acostumbrados el autor, centra el relato en la figura del protagonista, a partir del que ya se dibujan todos los tópicos que Auster habitualmente utiliza en su literatura, y a partir de la historia de Miles Heller iremos conociendo las distintas vicisitudes que conforman la vida de los personajes relacionados con el protagonista de esta novela.

Vuelven como es costumbre, las obsesiones austerianas - si me permiten la expresión - por una parte las territoriales, nos vamos a mover en Brooklyn, un territorio casi sagrado para nuestro novelista, donde vamos a vivir una vida, la del protagonista, modelada por los trastornos de su relación familiar, las relaciones paternofiliales, las fraternales y las de pareja, temas recurrentes en la novelística de nuestro autor. Aunque sí hay que decir que en este relato Auster abandona el juego tan típico en él de la utilización del recurso literario del meta relato. 

El tema central del relato viene delimitado por el contraste entre el difícil camino vital recorrido por un joven para llegar a conocerse y aceptarse a sí mismo, frente a la experiencia acumulada por su padre a lo largo de su existencia. El protagonista de la novela, Miles Heller, no puede vivir sin recordar la muerte de su hermanastro en un accidente del que se siente culpable; este hecho y el conocimiento de una conversación sobre él, entre su padre y su madrastra hace que abandone la prestigiosa universidad donde cursaba sus estudios y se lance a la carretera, mientras para vivir desempeña muy diversos oficios. De hecho vamos a encontrarlo en el momento de la narración como trabajador de una empresa que limpia y reacondiciona las viviendas que los bancos se apropian por a cuenta del impago de las hipotecas.

Un trabajo muy poco lucido, que le origina una obsesión, colecciona fotografías de esas casas abandonadas, sucias, con los restos de una vida entre sus paredes. Sufre pero se da cuenta que “las heridas son una parte fundamental de la vida, y a menos que uno esté herido de alguna forma, jamás se hará hombre”. Por el contrario su padre, el exitoso editor Morris Heller, siente como la vida, los divorcios, la muerte del hijastro, el extrañamiento de Miles -mientras se busca a sí mismo a lo largo de nada menos que siete años-, le llevan a aprender una lección diferente: La edad no protege contra el infortunio; por el contrario nos debilita. Lo que sostiene Auster es que la acumulación de penas y sufrimientos va mermando nuestra capacidad para soportar el dolor.

A lo largo del relato vamos a irnos encontramos con la serie de trucos literarios a los que nos tiene acostumbrados Auster, en el que los distintos personajes nos van a ir hablando de béisbol, un deporte que en España es prácticamente desconocido, pero que en este relato, utiliza como metáfora de la sociedad americana tras la crisis de las hipotecas basura. Pero si quieren otro ejemplo de la maestría de Auster en interrelacionar personajes, en describir la realidad y jugar siempre con la coincidencia como motor de las relaciones, en "Sunset Park" se van a encontrar con esa casualidad casi en las primeras páginas en las que nos relata como se conoce la pareja protagonista

Se conocen porque ambos están leyendo en un parque, sentados sobre la hierba, el mismo relato en la misma edición, una tontería, pero son estas tonterías las que nos encantan de Auster. Los dos personajes están marcados por esos problemas y tragedias familiares que tan frecuentemente acucian a sus personajes. “Sunset Park” nos devuelve al Paul Auster que vive literariamente hablando de la situación de esa sociedad que nos describe y en la que hace nacer una complicada historia de amor. El protagonista se enamora y cohabita con Pilar, una menor de edad, un espinoso asunto tratado por el autor con la misma naturalidad con la que trató el tema del incesto en su anterior trabajo.

El asunto de la menor creó una serie de problemas a la crítica y a los lectores americanos. De hecho Paul Auster manifestaba: “Sigo sin entender por qué les escandalizó que el protagonista, Miles, tuviera una relación sexual con una chica de 17 años”.  Y siguió manifestando su extrañeza ante la insistencia casi obsesiva con la que era preguntado en las entrevistas que concedió en los USA cuando el libro fue presentado en su país. Auster alega que su personaje es una hispana, Pilar Sánchez, sumamente inteligente y sensible y mucho más madura que el protagonista masculino; al autor le parece que a los 17 años una mujer puede ser una persona perfectamente madura y formada.

El mundo es así, al menos el de los americanos que hacen una extrema defensa de su puritana manera de ver la vida. De hecho a lo largo del relato la minoría de edad de Pilar va a ser un problema que poco a poco irá complicando su relación. Como comprenderán no les voy a explicar el cómo o el cuándo, porque no pretendo reventarles la novela. Pero sorprende el cuidado y las múltiples precauciones que el protagonista adopta de manera automática, ante el problema.

Desde Europa las cosas se ven de manera distinta, se me ocurre ahora mismo, la reacción absolutamente distinta de los críticos y lectores europeos, ante la novela de Moccia, “Perdona si te llamo amor” en la que se nos explicaba del enamoramiento de una chica menor de edad y de un publicista que creo recordar tenía 36 años.

Esta es una novela de personajes, el protagonista y su novia, las hermanas de la novia, el padre, la madre biológica del protagonista, su madrastra, los amigos con los que convive Miles en una vivienda abandonada, son francamente buenos y nos reconcilian con tantas novelas en las que los personajes son de papel y pare usted de contar. No voy a recomendar su lectura, porque me parecería una presunción hacerlo. Una buena novela de Paul Auster, quizás no tan Auster como en otras, pero lo suficiente para que siga encantando a todos sus seguidores, entre los que desde luego me incluyo.

Hasta aquí hemos llegado, espero que si Dios quiere volvamos a encontrarnos por aquí el próximo jueves. Cuídense mucho.

Un abrazo.

Como probablemente sepan la mayoría de ustedes, acaban de publicarme una novela negra que se titula "Al madero no le gusta la ropa vieja", cuyo escenario es Fuerteventura y su capital, Puerto del Rosario. Sus protagonistas, dos guardiaciviles que investigarán un homicidio. Por si estuvieran interesados en adquirir un ejemplar aquí les dejo el enlace que les permitirá hacerlo. ¡Feliz lectura!


 

 


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