16.972 muertos y Pedro Sánchez habla de alegría

¡Qué cierto es que una imagen vale más que mil palabras!


Hoy leía que abogados de los Servicios Jurídicos del Estado habían declarado en sede judicial que el Gobierno conocía desde el 24 de enero que España se enfrentaba a una epidemia (sic) con alto riesgo de contagio. Otra de las mentiras preferidas de Pedro Sánchez y sus ministros que desmonta la verdad y que pone contra las cuerdas al narciso socialista que sabiendo lo de la epidemia y el alto riesgo de contagio impulsó la manifestación del 8 M. 

Lo sabían, acudieron al mercado en demanda de equipos de protección para la Policía Nacional y han declarado los abogados del Gobierno que no supieron hacerlo, que fueron incapaces de comprender la situación del mercado, compraron "cantidades ridículas" ante la magnitud de la epidemia y además ordenaron que los policías evitaran usar el material de protección para no producir alarma entre los ciudadanos.

Sabían a lo que se enfrentaban y el riesgo que corríamos, demostraron su incapacidad para comprar en un mercado, en el que otras naciones sí supieron aprovisionarse y decidieron que era mejor que los policías corrieran el riesgo del contagio, antes de que los ciudadanos nos enteráramos que lo que se nos venía encima no era una gripe de segunda división. Nos mantuvieron engañados y mandaron el ocho de marzo a la gente a la manifestación porque para los social comunistas era mucho más importante la repercusión política del evento que la salud de los españoles.

Este es el gobierno que denuncia la utilización de bulos y falsedades contra su actuación, cuando lo cierto es que Pedro Sánchez y sus mariachis han nutrido el relato que pretenden vender, de manipulación y mentiras. Dicen que nadie sabía lo que iba a pasar y la realidad los atropella, porque otros países si se dieron cuenta del peligro de la epidemia y se apresuraron a equiparse con eficacia y generosidad; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se queja de que la epidemia llegó sin avisar, a veces uno no puede creer la estupidez con la que se expresan. Todo vale para ocultar su irresponsabilidad y su inepcia y lo que es mucho peor, la miseria moral que impregna su actuación ante la epidemia y sus espantosas consecuencias.

Espero que las declaraciones de los abogados del Gobierno, que están recogidas en un acta judicial del 6 de este mes y en la que se recogen fechas y detalles, sirva para que las querellas lleguen más pronto que tarde a los tribunales y se haga justicia, porque esto que nos está pasando no se puede perdonar.

Y el domingo de Pascua de Resurrección, Pedro Sánchez obsequió a la Nación con otra inacabable comparecencia ante las cámaras de televisión, en la que manifestó que la disminución de contagios y fallecidos por el coronavirus en los últimos días era un motivo de "alegría" para todos. Dieciséis mil novecientos setenta y dos muertos sobre su conciencia y este badulaque (1) se atreve hablar de alegría. El mismo Presidente que animó a sus ciudadanos a asistir a una manifestación que disparó exponencialmente el número de contagios en Madrid y lo hizo a sabiendas del alto riesgo que iban a soportar los que asistieron y los que no fueron también porque todos sabemos cómo se expandió la epidemia en Madrid.

Dice el responsable de que se llevara a cabo la manifestación, el que fue incapaz de comprar el material que necesitábamos, el falsario que “estos números hablan de la desolación, pero también, de la alegría" y sostiene que "los resultados son alentadores"

Lo hace unas horas antes que muchos compatriotas vuelvan al tajo sin la protección más elemental. Una decisión que aumenta la grieta entre las dos facciones del ejecutivo, una medida peligrosa que puede causar un repunte de la epidemia y como Pedro Sánchez lo sabe, la agit prop socialista ya está en marcha y se afirma machaconamente en las redes sociales, que la vuelta al trabajo de nuestros compatriotas se debe a las presiones de la derecha.

Ineficacia, incompetencia, ignorancia, impericia, inutilidad, nulidad, torpeza infinita y para tapar sus vergüenzas, mentiras, falacias, enredos, falsificaciones, ficciones, patrañas y calumnias varias.

A eso se reduce la acción de este Gobierno, que no ha sabido hacer frente a la epidemia cuya peligrosidad conocía, una plaga que no llegó sin avisar, que no era una gripe de segunda división y que ante el brutal fracaso de su gestión, sólo ha sabido buscar culpables en la oposición para ocultar su absoluta inepcia y su repugnante miseria moral. Está claro que para Pedro Sánchez nuestros muertos sólo son cifras de una estadística que le preocupa por las consecuencias que pueda tener en la próxima contienda electoral.
No nos merecemos esto.


(1) Del DRAE Badulaque: 

3. m. y f. Persona necia, inconsistente. U. t. c. adj.

4. m. y f. Ec. Persona impuntual en el cumplimiento de sus compromisos.

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