El ruido de la discordia


Si por casualidad prefieren ustedes escuchar el texto del post de hoy en lugar de leerlo, lo pueden hacer en el enlace que pongo a su disposición. Ya me dirán lo que les parece y les ruego que perdonen los errores.

Ayer sábado decidí presenciar la comparecencia televisiva de Pedro Sánchez y aguanté hasta el final a pesar de la indignación, tristeza y frustración que sentía al comprobar que, suceda lo que suceda, el narciso socialista es absolutamente incapaz de reconocer el más mínimo error de su gobierno y sigue utilizando la mentira, las medias verdades y la manipulación como herramientas constructoras de su mensaje. 

No es que no sea capaz de percibir la realidad, simplemente se niega a considerarla y se ha construido una existencia paralela que es la que describe en público y eso le permite ignorar frente a la tele, que ha protagonizado una acción de gobierno que la opinión publicada a nivel internacional y los estudios especializados, reputan como desastrosa.

Hablaba de victorias obtenidas y presumía de que el confinamiento, que él mismo califica como el más severo de nuestro entorno, era el camino correcto y que gracias a él las cosas nos iban mucho mejor. La realidad nos dice que somos el único país de Europa que ha acudido a medidas excepcionales, constitucionalmente hablando, para intentar combatir la pandemia y el único también que se ha visto obligado a adoptar el confinamiento más severo de todo el mundo.

Parece que se adjudica el mérito, cuando lo cierto es que cualquier persona dotada de una mínima capacidad de análisis, tendrá claro que el confinamiento es a la pandemia lo que cirugía a la medicina, un medio desesperado que se utiliza cuando no hay otro remedio. Nuestro gobierno no supo o no quiso adoptar las medidas que otros países habían aplicado con éxito, fue incapaz de tomar las previsiones más elementales, mandó a los sanitarios de toda España a pelear sin los obligatorios equipos de protección -  habrá que recordar para vergüenza de toda esa gente de izquierdas que todavía lo defienden, que hubo hospitales españoles en los que los sanitarios tuvieron que improvisar equipos de protección con bolsas de basura – y  con ello condenó a muchísimos al contagio y a otros los mandó directamente a la muerte y como fue incapaz de adquirir los test para poder testar a toda la población, decidió que la solución pasaba, no por separar a los contagiados de los sanos, cómo hicieron los países que supieron controlar la epidemia, sino considerar a los 47.000.000 de españoles como infectados y nos confinaron a todos.

La consecuencia fue brutal, Sánchez sigue insistiendo en que sin salud no hay negocio, pero si hubiera sido capaz de empezar a comprar en enero los test necesarios, habría podido hacer lo que había que hacer, confinar a los infectados y a sus familias y al resto de ciudadanos dejarles hacer su vida normal, observando una serie de medidas de profilaxis personal y social y así no hubiera tenido que cerrar nuestra industria y el comercio, ni mandar a más de 9.000.000 de ciudadanos al paro.

Está en mitad de la tormenta perfecta en lo que se refiere a empleo y economía y hoy se ha descolgado con la Emergencia Climática. Nos ha explicado que están trabajando en el anteproyecto de la Ley sobre el Cambio Climático. Creo que nos ha tomado por imbéciles, tienen el paro disparado, más de 900.000 trabajadores de los ERTES no han cobrado todavía un céntimo desde el mes de marzo, porque el gobierno no tiene dinero y dicen que les pagarán en junio, pero ojo en junio también van a empezar a pagar, lo dice Sánchez el 23 de mayo, la Renta Mínima Vital y por si a ustedes se les ha olvidado, en junio tiene que devolver el dinero que se les cobró indebidamente a los autónomos. 

¿Qué la cosa está muy mal?, espere que acabe, porque en junio tiene que pagar también la paga extra a funcionarios y pensionistas y en este angustioso momento resulta que lo que le preocupa es lo que él ha dado en llamar la Emergencia Climática.

No tiene dinero para pagar el 70% de la base imponible a más de 900.000 trabajadores y va a pagar a todo el mundo el próximo mes. Me parece una burla sangrienta para los ciudadanos que están acudiendo a las “colas del hambre", que salga este tipo y les diga que en junio empezarán a cobrar la Renta Mínima, cuando todavía no hay nada organizado para poder hacerlo y, conociendo la incapacidad de este gobierno, con suerte van a empezar a recibirla en el mes de septiembre.

Así que ya les digo, le escuchaba con atención, a pesar de que tenía la presión arterial al borde del ictus, pero llegué al límite cuando le salió esa raza de matoncillo de taberna que tiene Pedro Sánchez y soltó lo que tenía ganas de soltar desde el principio. Tras explicarnos lo buenos que somos los ciudadanos que hemos asumido el sacrificio y que hemos estado con el gobierno en esta dura prueba, con cara de sufrimiento hizo referencia al ruido de la discordia, que según él, ocultaba los aplausos ciudadanos para los sanitarios.

Me parece de una indignidad brutal, porque el ruido de la discordia no es otra cosa que las caceroladas que se han producido como protesta a su gobierno y que piden la dimisión de Sánchez y de todos sus ministros y ya está bien de que los social comunistas nos dividan entre buenos y malos, buenos los que aplauden en los balcones y malos los que le dan a la cacerola. 

La referencia a los sanitarios es para mentarle la madre, a ver si ahora se va a erigir en el defensor de los que mandó a trabajar sin el equipamiento que él tenía que haber comprado, somos el país del mundo con más sanitarios infectados y éste se pone a defenderlos de los malísimos que repican la cacerola.

En Europa están que les pinchan y no sangran, le dieron un toque  a Sánchez el pasado miércoles, recordándole que el dinero de los parados españoles lo tenían ellos y que se anduviera con cuidado con la Reforma Laboral y su derogación, ahora estarán con los ojos saliéndoseles de la órbitas, con el rollo de la Emergencia Climática, que supone un gasto que  el socialista no puede permitirse y la CE no entiende que en lugar de preocuparse estimulando a empresas y autónomos, esté ocupado en la aprobación de una ley cuyo primer objetivo ha fijado Sánchez para el  año 2.050.

Un Presidente con más de 30.000 muertos a su espalda, se queja del “ruido de la discordia” que irrita a su delicada epidermis y sigue defendiendo el Estado de Alarma como la única herramienta que puede ayudarnos a salir de la crisis sanitaria, lo que es falso, porque antes de decretarlo, Pedro Sánchez pudo confinar a un hotel en Tenerife, un barrio en Haro y a una población, Igualada, con más de 39.000 habitantes.

Resumiendo, milongueo, mentiras y falsedades. Pedro Sánchez en estado puro.

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