Llega el hambre



Estoy haciendo un experimento, si por casualidad prefieren ustedes escuchar el texto del post de hoy en lugar de leerlo, lo pueden hacer en el enlace que pongo a su disposición. Ya me dirán lo que les parece y les ruego que perdonen los errores.
Estaba anunciado, más pronto que tarde iba a llegar el hambre hasta nosotros y estamos todavía en el prólogo de la tragedia social que nos aguarda. Más vale que los españoles se convenzan de que en manos de este gobierno van a tener que buscar quién les dé de comer, porque muchos van a perder su empleo y no van a poder alimentar a sus familias. Esto es así y los hechos lo demuestran.

Las colas infinitas de gente esperando a que les den comida gratis han desbordado cualquier previsión, los Bancos de Alimentos lo confirman, un penoso fenómeno que ocurre en todo el territorio nacional. Es cierto que siempre ha habido personas que han tenido que recurrir a la ayuda de asociaciones asistenciales para poder comer, pero en estos momentos la demanda de comida gratuita ha aumentado entre un 30% y un 40% y las llamadas solicitando información sobre el funcionamiento de los mecanismos de atención social, se han multiplicado por cinco desde que comenzó el Estado de Alarma.

Como no podía ser de otra manera la izquierda radical se desmarca del problema, de hecho el falaz Monedero acusaba hace bien poco a Ayuso de hacerse fotos mientras el pueblo de Madrid pasaba hambre. Ya sabemos que la izquierda jamás es responsable de nada malo, pero como dice Pedro Sánchez, los datos están ahí. 

El fenómeno se ha multiplicado desde que comenzó el Estado de Alarma y no hace falta ser de derechas, como yo, para entenderlo. El confinamiento que impuso el gobierno social comunista acabó con muchas empresas y autónomos y además condenó a pasar hambre a las personas que se ganaban la vida en la economía sumergida y que se han visto impedidas de poder trabajar en lo “suyo” sin recibir ningún tipo de ayuda.

La izquierda seguirá explicando a todo el que quiera oírle que lo del confinamiento vino obligado por la epidemia que hemos sufrido, lo que es una media verdad que, como todo el mundo sabe, es la manera más obscena de mentir. Es cierto que el gobierno desbordado por su imprevisión y su incapacidad se vio obligado a decretar el Estado de Alarma, pero también es verdad que si Pedro Sánchez y sus ministros hubieran actuado a tiempo, no hubiera sido necesario el confinamiento.

Somos un caso raro en Europa, lo digo yo y lo dice el Parlamento Europeo, que tras un estudio concluye que de siete países analizados que aplicaron medidas excepcionales para combatir al Covid-19, sólo España no se ha enfrentado a la pandemia a través de la legislación ordinaria. España es una excepción en Europa, por la aplicación del Estado de Alarma, por su extremo rigor y duración, por la tasa de mortalidad, por el número de sanitarios infectados y ahora vamos ya en cabeza de los países de la UE cuyos ciudadanos necesitan que les den gratuitamente de comer. 

Repito, lo dice el Parlamento Europeo, pudiendo aplicar un estado de alarma parecido al nuestro, los siete países analizados en el estudio han preferido adoptar medidas legislativas urgentes ordinarias, “con la excepción de España”.

Mientras la gente pasa hambre y hace colas interminables para poder llevar algo de comer a su familia, el gobierno de Pedro Sánchez sigue instalado en su propaganda política. No se le ocurre ni al que asó la manteca alegar que para aliviar lo de las colas del hambre está lo de esa Renta Mínima Vital, que antes de que siquiera se hayan escrito los documentos que la definan ya ha cuadriplicado el dinero público que va a costar. Conociendo la lentitud y la inepcia de los social comunistas, cuando esa renta se ponga en marcha, si es que se pone, la gente habrá muerto de hambre.

El Gobierno no ha dado ni un céntimo a Cáritas, a los Bancos de Alimentos, a los departamentos de Ayuda Social de los ayuntamientos ni a las ONG, para que hicieran frente a esta emergencia que crece día a día y que estas organizaciones hubieran podido paliar con las estructuras y la experiencia que tienen en un trabajo tan delicado e importante. Si hace tiempo Pablo Iglesias afirmaba que había que “politizar el dolor”, ahora Pedro Sánchez ha querido politizar el hambre hablando de lo del escudo social que llegará cuando llegue, es decir tarde y mal, como es costumbre en este gobierno y a los hambrientos que los atiendan otros.

El número de personas que van a necesitar que les den de comer irá aumentando día a día, hay que recordar que los que tienen la suerte de haber cobrado los ERTES, reciben el 70% de su salario, lo que sin duda pone en riesgo a muchísimas familias, pero es que todavía, lo dice Yolanda Díaz, todavía hay más de 300.000 ciudadanos que no han visto un duro de los ERTES, es decir que desde marzo no ha entrado ni un céntimo en su cuenta corriente y no saben cuándo resolverá el gobierno si les paga o no.

A mayor abundamiento habrá que recordar que cuando acabe el período de aplicación de esta figura, lamentablemente infinidad de trabajadores que ahora se han acogido a ese convenio, van a ir al de cabeza al paro y eso mandará automáticamente a más españoles a las “colas del hambre”.

Estamos en manos de un gobierno que se dedica a buscar réditos políticos en lugar de atender al interés general de los españoles, saben que están sobrepasados y que todo irá a peor. Cómo será este gobierno que el ministro de Universidades clama para que se instaure la censura en las redes sociales, nada más y nada menos que el ministro de Universidades pidiendo que se amordace a los ciudadanos; la de Trabajo no supo explicar lo que es un ERTE, la ministra de Igualdad anda advirtiendo que la salida de la crisis del coronavirus tendrá que ser antifascista y feminista, el de Interior “avisando” que se van a monitorizar, es decir a controlar, las redes sociales o mandando a la policía a detener y multar a los ciudadanos que llevan la bandera nacional en la vía pública y entretanto muchos ciudadanos pasando hambre.

Lo que nos está pasando es un disparate impregnado de una ideología que nos va a llevar a la ruina y todo eso sucede mientras la oposición, en lugar de ponerse de acuerdo y combatir contundentemente al gobierno social comunista, discute si lo que se nos viene encima son galgos o podencos.

Entretanto la gente en las colas del hambre para poder llevar comida a sus hijos. ¡Qué triste!






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