Socialistas y comunistas nos arruinan premeditadamente




Estoy haciendo un experimento, si por casualidad prefieren ustedes escuchar el texto del post de hoy en lugar de leerlo, lo pueden hacer en el enlace que pongo a su disposición. Ya me dirán lo que les parece y les ruego que perdonen los errores.

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Nunca he creído en esas conspiraciones que se supone gobiernan al mundo y a las que mucha gente achaca los grandes males que sufre este planeta. Me he resistido a creer que existan unos individuos que busquen el mal de la sociedad con la idea de enriquecerse y adquirir el poder total sobre la humanidad. No soy pues una víctima de la conspiranoia que afecta a tantas personas, pero desde hace unos días estoy percibiendo con claridad una conspiración por parte del gobierno social comunista que descaradamente tiene como primera prioridad arruinar a este país y a sus ciudadanos.

No hay otra explicación, es imposible que unos individuos de su formación y categoría sean tan estúpidos como aparecen ante nuestra vista. Es imposible que todos los miembros de un gobierno sean unos incapaces y que no haya ninguno que diga aquello tan viejo de que si esto no cambia, me van a perdonar ustedes, pero yo me bajo en la próxima. Ante el problema de la epidemia, escogieron un camino absolutamente equivocado y a pesar del horroroso resultado de todas y cada una de sus decisiones, han seguido contumaces por el camino que nos ha llevado a ser el país que peor ha hecho frente a la crisis sanitaria.

No porque lo digamos en España muchos ciudadanos, sino porque lo dice la prensa internacional, Europa, las universidades más prestigiosas del mundo, los expertos en epidemiología, pero sobre todo porque lo dicen los deleznables resultados obtenidos, que no soportan la comparación con ningún país del mundo. En España el gobierno decidió que la única solución para hacer frente a la pandemia era el confinamiento de todos los ciudadanos, los infectados y los sanos y lo hizo enfrentándonos a un dilema inexistente.

No es cierto que tuviéramos que escoger entre la salud y la economía, porque otros muchos países de nuestro entorno no lo han hecho. No había que dar un cerrojazo a todos los elementos productivos de la sociedad, porque la solución era relativamente sencilla. Como han hecho los países que han logrado dominar la pandemia, se trataba de averiguar quiénes estaban infectados y quiénes no.  Debieron confinar a los infectados y sus familias y al resto permitirles seguir con su vida normal trabajando, produciendo y aplicándoles las medidas profilácticas que han adoptado el resto de los países.

Aquí el gobierno decidió que no había que hacer test, al principio porque no eran capaces de conseguirlos y ahora, porque dice Fernando Simón que tampoco hacen tanta falta y así nos luce el pelo. Por esa razón Pedro Sánchez y sus gentes tuvieron que tratar a todos los españoles como si estuviéramos enfermos, está claro que tiempo y dinero han tenido para comprar PCR para todo el mundo y no lo han hecho. En España lo de los test es casi un secreto de estado, nadie sabe cuántos se han comprado, ni lo que nos han costado, ni cuantos ciudadanos han sido testados.

Desde el comienzo de la epidemia la solución pasaba por hacer test masivos, para saber quién estaba infectado. Resulta estremecedor que en un país en el que parece que sólo el 5% de sus habitantes se infectaron, hayamos sufrido el confinamiento más duro y largo del mundo. Y con ese tanto por ciento de positivos tan benévolo, habrá que preguntarse cómo podemos tener el número de muertos que hemos sufrido.

Qué pensar de lo que sucedió en las Residencias de Mayores, que no son centros sanitarios, aunque Pablo Iglesias les exigiera como si lo fueran. El vicepresidente de este gobierno se hizo cargo de todas ellas y desde ese día murieron en las residencias más de 16.000 ancianos, abandonados, sin medios para atenderlos, sin retrovirales, aunque sí  los proveyeron abundantemente de opiáceos. No tenían que curarlos, no había que trasladarlos a un hospital, bastaba tenerlos sedados hasta que murieran; eso sólo se pudo hacer siguiendo un plan perfectamente definido que buscara la muerte de los ancianos.

Ahora han decidido quitarse la careta y van a por el Turismo y lo hacen porque esa industria es uno de los motores más importantes de nuestra economía, el sector supone el 13% del Producto Interior Bruto y genera el 12% del total del empleo en nuestro país. Parece que sería obligatorio protegerlo pero, por el contrario, llevamos unos días en que varios ministros han salido a los medios decididos a convencer a los ciudadanos que es una industria prescindible. 

Abrió la campaña el estúpido de Alberto Garzón que afirmó que el Turismo es un "sector estacional, precario y de bajo valor añadido", teniendo presente la aportación que hace esa industria al PIB nacional y al empleo, lo que dijo Garzón exigía que hubiera sido cesado de inmediato, pero desde el gobierno nadie ha abierto la boca ni siquiera para corregirlo tibiamente.

Ayer era Ábalos, el que afirmaba que "el turismo es una actividad que tenemos que sacrificar evidentemente" y el gobierno advertía que los turistas que viajaran a España deberían pasar una cuarentena de catorce días en la habitación del hotel, de la que sólo podrían salir en caso de extrema urgencia, supongo que esa es la nueva campaña de captación de viajeros que hace este gobierno.

Siguen vendiéndonos la misma idea que ha presidido todas sus decisiones, el virus está ahí y sólo se puede controlar cerrando fronteras y confinando ciudadanos. Insisto que esa afirmación es absolutamente falsa, no habría ningún problema para el turismo si, como propuso el Cabildo Insular de Fuerteventura a los ministerios de Sanidad, Transporte y Turismo ya hace más de un mes, se hubiera puesto en marcha la figura del pasaporte sanitario que garantice que los viajeros están libres del virus, tras hacerles un análisis 24 horas antes de viajar. Naturalmente esa medida debiera ser complementada testando masiva y periódicamente a todos los trabajadores del sector y a los ciudadanos que vivan en esos territorios. 

Pero el gobierno social comunista no está por la labor, ya ha conseguido que 21 millones de ciudadanos españoles dependan de las ayudas del gobierno y siguen en ese empeño, cuantos más ciudadanos dependan del gobierno, más inermes estaremos todos ante los social comunistas. Luego vendrá lo que ha sucedido en Cuba, Venezuela o lo que sucedió en la Europa del Pacto de Varsovia y en ese momento ya se buscarán las excusas que les parezcan pertinentes.

Hoy Pedro Sánchez decía que las ayudas europeas nada tienen que ver con un rescate. Y ese es el problema, están trabajando para arruinarnos, no producimos porque no nos dejan trabajar y nos están endeudando con Europa hasta que lleguen al límite y entonces vendrá o un rescate europeo durísimo o a lo peor, la salida de España de la Unión Europea, cuando Pablo Iglesias y sus acólitos decidan que no debemos pagar a nuestros acreedores.

No crean que me lo invento, miren ustedes hacia Grecia o Venezuela y ahí tienen bien clarito el porvenir que nos espera.


Comentarios

  1. Da gusto leerte de nuevo, Miguel, suscribo tu post de la "a" a la "z". Un saludo cordial.

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  2. Buenos días Josean, me alegra verte por aquí después de tanto tiempo, muchas gracias. Un abrazo.

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  3. D. Miguel, usted como siempre acertado y con una inteligente visión del problema. Me alegro mucho de saludarle y le doy la bienvenida de nuevo. Saludos.

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  4. Muchas gracias Efraín, es usted muy amable. Yo también me alegro de poder saludarlo, bien hallado. Saludos cordiales.

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