Pedro Sánchez lo sabía


Si por casualidad prefieren ustedes escuchar el texto del post de hoy en lugar de leerlo, lo pueden hacer en el enlace que pongo a su disposición. Ya me dirán lo que les parece y les ruego que perdonen los errores.

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El anuncio del pacto entre el PSOE, UP y Bildu que recogía entre otras cuestiones la derogación íntegra de la Reforma Laboral de Rajoy y que debía llevarse a cabo "antes de la finalización de las medidas extraordinarias adoptadas por el Gobierno en materia económica y laboral derivadas de la crisis originada por la covid-19", dejaba a las claras que las últimas prórrogas negociadas por el gobierno social comunista nada tenían que ver con la desescalada o cuestiones sanitarias y que lo único que buscaba Sánchez con esas prórrogas era conservar los poderes especiales que la Constitución permite al Gobierno durante el Estado de Alarma.

Ayer hablaba de la geometría variable que ejerce el narciso socialista en materia de pactos y aclaraba que eso de la geometría era un término que pretendía maquillar la inmensa capacidad de Pedro Sánchez para la mentira y la traición y aquí está otra vez el socialista mintiendo a la nación y engañando a sus socios. Cerrar un pacto con una organización política que por boca de uno de sus diputados afirmó que - “Bildu no tiene intención alguna de gobernar España. Solo operamos en política ante cada escenario pensando en cómo debilitar y acabar con los consensos del régimen del 78 y la libertad de EH” - traicionando de una sola tacada con ese acuerdo  al PNV, al PSE y a Ciudadanos es mucha geometría variable por bonito y ocurrente que suene el término.

Pero la capacidad para la traición del narciso socialista no tiene límite y a las pocas horas de anunciar el pacto cuando, ante el formidable escándalo organizado y que Nadia Calviño decidiera poner pie en pared y le informara que en Europa advertían que si seguía por ese camino, verdes las habían segado con la ayuda económica, Sánchez se carga el pacto introduciendo “el matiz” de que la derogación no sería íntegra, con lo que traiciona también a Bildu y a Unidas Podemos.

Los podemitas están con un rebote monumental y se aferran a la validez de lo escrito, a Bildu le da igual, porque los asuntos de España les importan menos que nada y mientras se mantenga la promesa de dejarles negociar directamente con el Estado su capacidad de endeudamiento y, supongo yo, lo que no aparece en el documento, pero que se habrá negociado, que es la anexión de Navarra al País Vasco a ellos todo les parece bien.

Esto de traicionar, debe ser para Pedro Sánchez como una adicción y ya que se había pasado el día mintiendo, engañando y traicionando a unos y a otros y como no encontraba a nadie a mano, decidió cargar la responsabilidad del pacto en la persona de Adriana Lastra; como de costumbre la culpa no podía ser de Pedro Sánchez y culpó del monstruoso error a Lastra alegando que él desconocía el texto del acuerdo.

Pero la mentira tiene las patas muy cortas y, al final la verdad se fue abriendo paso y se conoció que quién había obligado a Pedro Sánchez a rectificar su decisión, porque lo del pacto es una decisión sanchista, había sido la vicepresidenta Nadia Calviño, la persona en la que está puesta la esperanza del gobierno social comunista para obtener ayuda económica de Europa.

Probablemente muchos no lo recuerden, pero cuando el PSOE y UP firmaron el pacto de legislatura en el que se comprometían a derogar la Reforma Laboral, el gobierno recibió una atenta sugerencia de la Comisión Europea advirtiéndoles que podrían derogar algunas cosas, pero que lo fundamental de la norma debía permanecer, así que pocas bromas con la Reforma Laboral; esa ley es uno de los pocos activos que puede vender la economía española y de las pocas reformas que ha apoyado siempre la Troika.

Ítem más, esta decisión adoptada unilateralmente, contradice en la letra y en el espíritu las recomendaciones de hace un par de días de la Comisión Europea que advertía de la necesidad de fundamentar, en los acuerdos con los agentes sociales, cualquier norma que tuviera que ver con el empleo y su recuperación.

Nadie puede defender en estos momentos, en los que obligatoriamente hay que abordar medidas que garanticen la flexibilidad laboral - al objeto de conservar los empleos en miles de empresas que sufren la tremenda crisis producida por el coronavirus - la introducción de acuerdos que lo único que pretenden es incrementar la rigidez en el mercado laboral.

UGT y CC. OO como no podía ser de otra manera se declaran tibiamente satisfechos con la derogación de la Reforma Laboral, a ellos mientras no les compliquen la vida con investigaciones judiciales y les echen, desde el gobierno y la Fiscalía, un cable con los asuntos que tienen pendientes en los tribunales ya les va bien.

Así que si Pedro Sánchez ha rectificado, ha sido porque Europa no estaba de acuerdo con la decisión y no parece razonable ignorar sus advertencias, cuando Nadia Calviño tiene que ir a dar la cara para pedir el dinero que no tiene este gobierno, que no es una frase, ahí están los trabajadores de los ERTES, de los que más de 900.000 a 14 de mayo no habían cobrado ni un céntimo y no se les ha pagado porque no hay liquidez.

Ahora habrá que ver cómo se desarrolla el aquelarre que ha montado Sánchez, porque tiene al sector podemita del gobierno echando las muelas, exigiendo que se respete la literalidad del acuerdo, aunque Sánchez sabe que Europa no le va a dar ni un céntimo si se empeña en agravar, con disparates como este, la crisis laboral que en España ya es de una gravedad importantísima.

De Ciudadanos poco hay que decir, me parece que para Arrimadas lo mejor sería dimitir, porque no puede decir que la han engañado, resulta público y notorio que lo que sucedió es que le convenía dejarse engañar y lo hizo y como dijo mi paisano Tarradellas, en política se puede hacer de todo, menos el ridículo. Le salvó la vida a Pedro Sánchez con sus votos y con ellos ha permitido, aunque sea involuntariamente, el nacimiento de ese Pacto.

Cuesta trabajo creer que se firme a escondidas un pacto con Bildu que compromete nuestra relación con Europa sin conocimiento de los ministros del Gobierno, sin consultar a los agentes sociales, un acuerdo que agrava la situación del empleo y después de organizar el escándalo, ahora estemos en el limbo sin saber que va a suceder. Habrá que esperar, porque supongo a Pedro Sánchez muy ocupado buscando a quién traicionar.

De disparate en disparate ha llegado el momento en el que al narciso socialista le es de aplicación aquella frase de Ralph Waldo Emerson que decía: “Al que juró hasta que ya nadie confío en él; mintió tanto que ya nadie le cree; y pide prestado sin que nadie le dé; le conviene irse a donde nadie lo conozca”. 

Ojala lo hiciera.


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