Henning Mankell, un maestro de la novela negra nórdica

Henning Mankell


Hace unos días una amiga, María Isabel, me escribía para comentarme que alguien le había hecho llegar un ejemplar de “El Cortafuegos”, un relato negro que firmó hace ya muchos años Henning Mankell. Me alegré por María Isabel porque a través de la lectura de esa novela iba a entrar en contacto con uno de los maestros del género negro. Soy un rendido admirador de Mankell, desde el año 2.000, fecha en que Tusquets comenzó a publicar la obra de este autor, que devoré conforme llegaba a las estanterías de las librerías. Así se lo comuniqué, más tarde recordé que había comentado precisamente esa novela en un programa que sobre lectura presentaba en una televisión de Fuerteventura, así que rebusqué en mis archivos y he recuperado las notas que utilicé para la presentación.

He pensado que igual era buena idea publicar en el blog una nota sobre Mankell - que falleció en Gotemburgo en el año 2015 - y su obra, porque entiendo que sería interesante recordar al autor y a su personaje, el inspector Wallander, para aquellos de los lectores que lo conozcan y sobre todo para aquellos aficionados al género negro que no hayan tenido la oportunidad de conocer su obra.

Y aquí me tienen en ese empeño, veamos que les cuento de Mankell en general y de “El cortafuegos” en particular. Los comienzos de Henning Mankell, que nació en Estocolmo en el año 1948, estuvieron ligados al teatro, ámbito en el que comenzó a trabajar a finales de los años sesenta destacando como dramaturgo y director. Años después, en 1972, Mankell viajó a África, él mismo reconoce que desde el momento en que llegó a tierras africanas se sintió como en casa. Fue allí donde intensificó su trabajo como autor teatral y como director de compañías especialmente en Mozambique, donde se convirtió en el director del Teatro Avenida de Maputo, una labor que desarrolló durante muchos años. Autor de más de veinte novelas, Mankell dio vida al detective Kurt Wallander y a sus especiales circunstancias en 1991, convirtiéndose con ese personaje en un autor de culto con un gran éxito en ventas.

Esas novelas protagonizadas por el inspector Kurt Wallander lo convirtieron en un escritor de fama mundial, traducidas a treinta y siete idiomas, aclamadas por el público lector y adaptadas al cine y la televisión. Tusquets Editores publicó la serie completa, compuesta por los nueve títulos siguientes: Asesinos sin rostro, Los perros de Riga, La leona blanca, El hombre sonriente, La falsa pista, La quinta mujer, Pisando los talones, Cortafuegos y La pirámide. A ellas les siguen El retorno del profesor de baile, protagonizada por el agente de policía Stefan Lindman, y Antes de que hiele, donde Linda Wallander, hija de Kurt Wallander, se las verá con un fenómeno preocupante, frecuente en nuestros días: el del fanatismo religioso llevado hasta sus últimas consecuencias.

Mankell fue ganando más y más adeptos con cada uno de los episodios de esta saga, una saga tan extraña como su protagonista y los paisajes que lo rodean. Antes de Wallander era difícil imaginar que la tranquila y moderna Suecia se pudiera convertir en escenario perfecto de crímenes e historias de misterio. Pero así ha sido. Y la calmada ciudad de Ystad ha quedado ya incluida para siempre en el mapa literario de los crímenes resueltos.

Unas novelas atípicas para nosotros por los personajes, el paisaje, el clima, sobre todo el clima, en fin por el entorno y los personajes que al menos a mí siempre me resultaron exóticos, aunque emplear este adjetivo hablando de escandinavos, más concretamente de suecos, me parezca algo raro; pero en definitiva unas buenísimas novelas dentro del género de novela negra.

En “El cortafuegos” encontramos al inspector Kurt Wallander, solitario como es costumbre, con ese peculiar problema que le causa la incomunicación, o mejor dicho su problema de incomunicación con el resto de las personas que lo rodean. Una especie de pudor que utiliza como coraza para evitar que nadie entre en la verdadera intimidad de su vida.

Kurt Wallander se enfrenta a un misterio complicado, en el que se unen la muerte presuntamente natural de un individuo, con el asesinato de un taxista por dos chicas jóvenes, la muerte de una de ellas y una serie de misterios que poco a poco se nos irán desvelando a través de las páginas de esta novela. El policía se va a enfrentar a un misterio que tiene mucho que ver con la tecnología informática lo que añade dificultades a su investigación, ya que nuestro amigo Wallander es un absoluto neófito en lo que hace referencia al mundo de los ordenadores y de internet.

Paralelamente a los problemas profesionales y de salud, en esta novela acaban de diagnosticarle diabetes, nuestro protagonista se debe enfrentar a sus problemas personales. Una sensación angustiosa de soledad que no puede romper le hace atravesar una época en la que se plantea abandonar la policía. Las carencias afectivas lo hunden en un estado pesimista al que no ayuda nada las dificultades de la investigación y a las que se une la sospecha que le persigue y atormenta, la presunta  traición dentro del equipo policial que le ayuda en las investigaciones.

Una buena novela policiaca que recomiendo desde aquí. A los que conocen a Henning Mankell y a Kurt Wallander no habrá que animarlos demasiado, pero a los que no conozcan ninguna obra de este autor los animo a leerla, porque la verdad es que como novela negra no les va a defraudar, es más, probablemente se animen a leer la serie completa.

Que conste no es un mal consejo. Aquí les dejo hasta el lunes si Dios quiere, cuídense.

Un abrazo.

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