Ir al contenido principal

Lo biográfico y lo autobiográfico en mi novela


Supongo que muchos de ustedes les sonará una pregunta que hace algún tiempo, por lo repetida, parecía que resultaba obligatoria. No fallaba, estaban un periodista y un escritor en mitad de una de esas entrevistas que se hacen cuando hay que promocionar una nueva novela y cuando menos te lo esperabas el plumilla preguntaba muy serio ¿Hay algo de autobiográfico en esta obra? Naturalmente el autor con una sonrisa comprensiva se apresuraba a asegurar que no.

Siempre me pareció que la pregunta rondaba la estupidez, porque si partimos de la base que la novela es un género de ficción, poca autobiografía del autor puede caber en una obra encuadrada en ese género literario. Cosa distinta es lo que todos sabemos, en cualquier obra, por muy de ficción que sea, se le cuelan al autor cuestiones, unas veces queriendo y otras sin querer, que tienen que ver con su vida. 

Los novelistas cuando escriben lo hacen basándose en su experiencia vital, escriben de lo que saben y si el tema escapa a su conocimiento se ven obligados a documentarse, claro que hay autores que escriben de lo que les da la gana sin saber nada del asunto, pero eso probablemente se deba al fenómeno que definía Rafael “El Gallo” con una frase magistral. Decía el maestro cuando le sorprendía algo de una persona. “Es que hay gente p’a tó”.

Y es una gran verdad. Todavía no me he recuperado del sobresalto que sufrí cuando viendo una serie de televisión, creo que colombiana, que estaba ambientada en el siglo XVI, uno de los personajes preguntaba por su hermano y su interlocutor muy serio le contestaba: Está en el bar.

Anda que se preocupó mucho el guionista de la maldita serie en averiguar que nombre tenían en aquella época los establecimientos que sirvieran bebidas y comidas. No creo que hubiera sido un trabajo muy duro, a vuelapluma me vienen a la cabeza mesón, taberna, figón, bodega, venta; pero seguro que nadie del equipo productor de la serie perdió ni un segundo de sueño a cuenta del clamoroso fallo.

Creo que la gran mayoría de autores llevan a cabo un minucioso trabajo de documentación cuando sus experiencias no les aportan la información suficiente. No es que yo sea un experto, que conste, pero si fío de mi experiencia, debo decir que en “Al madero no le gusta la ropa vieja” aparecen cuestiones que tienen que ver directamente con mi biografía. Por poner un ejemplo, que no revela nada importante sobre el relato, el juez de instrucción que aparece en la novela lleva los apellidos de un compañero que tuve en la Facultad de Derecho. ¿Por qué? Pues sencillamente porque en el momento de decidir como lo llamaba se me ocurrió apellidarlo como ese amigo mío. Lo mismo sucede con el apellido de uno de los miembros del Grupo de la Policía Judicial de Puerto Rosario al que le coloqué el de un compañero de bachillerato con el que jugaba al pimpón.

Pero a veces a uno se le cuela algo que tiene que ver con su vida y no se entera. Hablaba hace ya unos años con mi buen amigo Manolo Molina, conversábamos sobre la novela que estaba intentando escribir y que no arrancaba ni a tiros, concretamente comentaba con Manolo lo que le habían parecido unos folios que le había mandado, cuando por sorpresa me dijo — El protagonista de tu novela está basado en tu persona, ha sido legionario, iba a estudiar derecho y tiene las mismas iniciales que tú.

Me dejó disconforme y asombrado, porque cuando comencé a construir la figura de Marc, ni por un momento se me ocurrió basarla en mi persona. Efectivamente mi personaje sirvió en La Legión y su padre quería que estudiara derecho, pero cuando lo describí no creí que por eso tuviera relación conmigo, aunque un servidor haya servido en La Legión toda una vida y estudiado derecho en Barcelona. Pero lo que me dejó patidifuso fue lo de las iniciales que efectivamente eran y son las mismas, mi protagonista se llama Marc Rodríguez Blanco y un servidor Miguel Rives Bernadas, MRB en los dos casos. ¿Me pudo el inconsciente o fue simplemente una casualidad? No lo sé, pero si les digo la verdad estuve a punto de cambiarle los apellidos al pobre Marc, aunque después de pensarlo, decidí que con ese nombre había nacido al mundo de la ficción y no lo iba a bautizar de nuevo.

Así que si me publican la novela y tengo la suerte de que me hagan alguna entrevista, si al periodista se le ocurre preguntarme si hay algo de autobiográfico en el relato, le diré que no tengo ni idea, no vaya a ser que le diga rotundamente que no y me salga por sorpresa otro fino analista como mi buen amigo Manolo y me lave la cara.

Volveremos a encontramos aquí, si así lo desean ustedes, el próximo lunes. Hasta entonces reciban un fuerte abrazo y cuídense mucho.

Comentarios

  1. Interesante, querido Virulo. Sigue escribiendo que lo haces muy bien. Un fuerte abrazo y besos a la familia.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

A pesar de todo: ¡Feliz año 2025!

  Quedan muy poquitas horas para que este 2024, que ha hecho bueno el refrán que advierte que “año bisiesto año siniestro”, nos abandone. Un año que ha sido, para qué vamos a engañarnos, malo de solemnidad: Hemos sufrido desastres naturales, con unas consecuencias terribles en el plano económico, que parece hagan olvidar las pérdidas en vidas humanas y el triste destino de las víctimas que siguen necesitando la ayuda, que increíblemente les llega con cuentagotas. Si hablamos de economía parece que en términos macroeconómicos en España la cosa funciona bien, al menos eso nos dicen; pero paradójicamente a los ciudadanos nos va francamente mal. La cesta de la compra disparada, qué decir del precio de la vivienda o de los alquileres, la presión fiscal asfixiando a los asalariados, los precios de la energía eléctrica por las nubes, la pobreza infantil creciendo, el ahorro familiar y la productividad bajando y el empleo, bueno del empleo es difícil hablar porque ya se encarga el gobi...

El Día de la Madre

  Este artículo lo publiqué originalmente con otro título el día 5 del mes de marzo del año 2011, así que ya ha pasado mucha agua bajo el puente; no es un escrito que ponga de relieve las virtudes de la maternidad, pero tiene que ver con la festividad de hoy y no he podido resistirme a la tentación de publicarlo otra vez. En su día me hizo gracia publicarlo y hoy quiero añadir algo de humor a este Día de la Madre que hoy celebramos Espero que me perdonen por la ocurrencia.   Decía en marzo de 2011: "Antes de comenzar a escribir y por no hablar de memoria me he pasado por la página del CIS y he consultado los resultados del último barómetro que corresponde al de enero del presente año. Allí queda claro cuáles son los tres principales problemas que, en opinión de los ciudadanos encuestados, sufrimos en España. El primero es el paro, le siguen los problemas de índole económica y en tercer lugar los españoles perciben como problema importante a la clase política. Estoy convencido ...

¿Feliz año 2024?

  Quedan apenas unas horas para que liquidemos el 2023 y asistamos a la llegada del nuevo año. Tal y como se han encargado de contarnos insistentemente en las redes sociales finiquitamos el año en curso en domingo, por lo que hoy a las 24,00 horas terminaremos el día, la semana, el mes y naturalmente el año. No es que ese hecho cambie nada, pero ahí dejo el dato, harto de leerlo una y otra vez en las RR.SS. El 2023 que dejamos atrás, para que vamos a engañarnos, no ha sido un buen año. En nuestro país la inflación, la subida de precios de la cesta de la compra, de la energía, de los carburantes, de la vivienda y de muchísimas cosas más se han encargado de hacernos muy difícil la vida a lo largo de sus trescientos sesenta y cinco días. A eso habrá que sumar la situación política que resulta a cada día que pasa más preocupante si cabe y dejemos el asunto ahí. Y si miramos más allá de nuestras fronteras, por desgracia hemos sufrido una cantidad de desastres naturales muy preocupan...