Ana Mato sí... Ana Mato, no

A Mato no se sabe si le abren la puerta o se la cierran

El asunto de Ana Mato, ministra de una cartera tan sensible como es la de Sanidad, Asuntos Sociales y Dependencia, acusada de haber aceptado regalos y prebendas de los componentes de la trama Gürtel, asunto que ya fue archivado en su día por la fiscalía, ha suscitado un escándalo muy grave que se ha puesto en marcha con carácter complementario al principal, el de Bárcenas, que sacude en estos momentos a la Nación en general y al PP en particular.

Aunque la acusación que sufre Ana Mato tenga, a mi parecer, el carácter de complementariedad que conviene señalar, esta condición no le quita ni un ápice de esa gravedad a la que me refería anteriormente. Creo que se pone en marcha, con la idea de que la presentación del informe llevado a cabo por la UDEF y su filtración a los medios, obligaría a Rajoy a cesarla de inmediato, con la finalidad de dar una imagen de firmeza ante la corrupción, que le sirviera de paraguas para defenderse de la que le estaba cayendo a cuenta de la presunta contabilidad B, los sobres en negro, etc., etc.

En una cosa estaremos todos de acuerdo, se hace muy difícil en asuntos de esta naturaleza, creer en la existencia de la casualidad. Me parece que coincidiremos en que “lo” de Ana Mato tiene mucho más de causalidad que de casualidad. Por decirlo claramente, forma parte de la maniobra en la que con su filtración se buscan deliberadamente al menos tres objetivos.

El primer objetivo era el de significar ante la opinión pública la generalización de la corrupción en el seno del Partido Popular, en segundo lugar se pretendía complicar de manera muy importante la posición de Rajoy que tendría que manejar a la vez dos asuntos muy complicados y que debería tomar decisiones sobre la marcha, sin tiempo para el análisis ante la presión mediática y ya por fin, la dimisión de Ana Mato, aunque se prefiriera su cese, que se produciría no como consecuencia sino como finalidad buscada.

Ya sabemos cuál ha sido la reacción de Rajoy, se ha negado a cesar a su ministra y lo ha hecho con firmeza ante la opinión pública y su partido. Mucha gente entiende que el cese de Mato, entraba en lo obligatorio, por tanto se extrañan de que no se produzca y se buscan o se dan distintas explicaciones.

La que más he oído es la que sostiene que Rajoy es tan corrupto como Mato y por eso no la cesa, también hay quien sostiene que a Rajoy le encantaría cargársela, pero no puede porque él también tiene mucho que ocultar, que es una variación de la primera y por último, la que sostiene Rajoy y una minoría, que mantienen que Ana Mato es inocente de lo que se le acusa y por eso Rajoy se niega a cesarla.

Personalmente opino, y tengo que decirlo porque así lo pienso, que sin compartir el mecanismo que voy a describir, creo que es el que aconseja a Rajoy a mantener a Mato contra viento y marea. En estos asuntos en los que la opinión pública pesa tanto, espero que me entiendan, lo de menos, políticamente hablando, es la inocencia o la culpabilidad del acusado. En este caso Rajoy y los filtradores, no pelean por lo que es más justo sino por lo que más les conviene ante la opinión pública.

Por tanto me parece natural que Rajoy mantenga en su puesto a Ana Mato, porque si hubiera escogido el camino fácil de su cese, inevitablemente se hubiera tenido que enfrentar a una serie de circunstancias no deseadas que hubieran agravado el escándalo y su posición.

Tres segundos después de que hubiera cesado a Mato, los medios unánimemente hubieran afirmado que el presidente, acorralado por el clima generalizado de corrupción, se había visto obligado a sacrificar a una persona que le era muy cercana, con un agravante, la decisión convencería a la opinión pública de la culpabilidad pepera.

En clave interna, el cese de Mato se vería como un fracaso personal de Rajoy y si convenimos que el autor intelectual de este asunto lleva en la cartera un carné del PP, está claro que el cese y la debilidad sobrevenida, se utilizarían para acelerar las maniobras que en el partido existen contra su liderazgo.

Ya por finalizar, si hubiera cesado a Ana Mato, sus enemigos le habrían vencido en el pulso que mantienen con él y la decisión en lugar de afianzar su figura la desgastaría aún más y no sólo en el ámbito del partido sino ante la opinión pública. Habría permitido que sus enemigos le obligaran a hacer aquello que no deseaba y eso en política es pecado mortal.

Por tanto me parece natural que Rajoy esté en lo de sostenella y no enmendalla, ha manifestado que Ana Mato es inocente de lo que se le acusa, no hablará más y la mantendrá en su puesto contra cualquier otra opinión. Se ha dedicado a lo más importante, convencer a la Merkel y con ella a la UE, que aquí no pasa nada o casi nada y se ha venido de Bruselas con los número positivos de un presupuesto de la UE que nos favorece, que ya se sabe que las penas con pan, son menos penas.

Otra cosa es, que si esto pasa, cuando la calma se haya restablecido, Rajoy instrumente una crisis de gobierno y en ella aparezca en primer lugar el nombre de Mato.

Pero Ana Mato, ¿es culpable o inocente? Pues no lo sé, pero eso quien debe resolverlo en todo caso, es la Justicia.

Comentarios

  1. Maria Dolores Ferri Noguera10 de febrero de 2013, 11:28

    Rajoy tiene una dificil papeleta, estoy segura que en su fuero interno cesaría a Mato, pero el sentido común y de responsabilidad política le aconseja no hacerlo por las consecuencias que ello reportaría.No obstante y trás los acontecimientos acaecidos con los "papeles o no papeles de Bárcenas", hay que pensar seriamente en una remodelación estructural del PP, aportando cuantos mecanismos de control sean necesarios mediante auditorias externas e independientes, y eso vale para todos los partidos, sindicatos y patronal, además de las modificaciones necesarias de las leyes para garantizar un Poder Judicial independiente del Ejecutivo y de los Gobiernos Autonómicos.

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  2. Estoy absolutamente de acuerdo con lo que expones. Muchas gracias por el seguimiento y el comentario.

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  3. Coincido plenamente en lo escrito. Todo lo que está pasando es una maniobra clara de desestabilizar al PP y a su presidente, que ha hecho un acto desconocido hasta la fecha de honestidad al declarar su renta personal en los últimos diez años. Hay un interés desmesurado por parte de la oposición , a pretender "guiar" en el camino de la "verdad" a Rajoy y al PP, pero no con ánimo de esclarecer temas y ajustarse a una ética, sino que es simplemente restarle la máxima credibilidad a Rajoy y al PP, para hundirlo un poquito más. Yo estoy convencido, por lo que reconozco de Rajoy, que tomará medidas internas y externas en estos temas pronto, pero ahora no es el momento. Ya pretendieron quitarle de en medio, y en eso se está, a Wert. A Montoro lo han denostado lo que han podido, y el tema de la Sanidad es un caballo importante, como para buscar las cosquillas a su Ministra. Pueden haber cambios en esos Ministerios en primavera, pero entiendo que el único que debe hacerlo cuando crea conveniente hacerlo, ha de ser el Presidente del Gobierno, elegido por todos los españoles por mayoría absoluta.

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  4. Pues que te digo Richi, como comprenderás no puedo estar más de acuerdo contigo y con lo que expones. Gracias por la lectura y por tu comentario. Un abrazo.

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