Artur Más y Paulino Rivero, liados con sus consultas.

Dios los cría y ellos se juntan, en el espinoso camino de las consultas
Me cuesta trabajo creer que Paulino Rivero presidente del gobierno canario; CC, su partido y sus socios del PSOE, pretendan que con la ridícula pregunta que nos proponen para que la contestemos el próximo 23 de noviembre, quede saldada la deuda que tienen con esta sociedad, a cuenta de sus desencuentros con el asunto de las prospecciones petrolíferas. Asunto viejo, traído y llevado hasta la náusea, empeñados ahora en la negativa a que se lleven a cabo las prospecciones y sin ser capaces de entender que dado que esos trabajos se van a llevar a cabo en aguas territoriales españolas, la competencia es exclusiva del Estado y que por muy mal que les sepa, la Comunidad Autónoma poco o nada, tiene que decir.

Por otra parte este asunto resulta muy  espinoso, porque por mucho que pretendan olvidar lo que hubo, Paulino Rivero, los consejeros de su gobierno, los dos partidos que sustentan al gobierno (CC y PSOE) y la inmensa mayoría de la oposición, han estado a favor de esas prospecciones en uno u otro momento y para el que lo dude ahí están las hemerotecas que no me dejarán mentir. A pesar de ello el gobierno canario ha gastado mucho tiempo y dinero de nuestros impuestos, en una campaña absolutamente demagógica, en la que el único argumento utilizado ha sido el del miedo, huyendo, como lo hace el gato escaldado del agua fría, de cualquier asomo de raciocinio. Para completar el panorama, se han estrellado una y otra vez en los recursos que han presentado que han sido siempre desestimados por el Tribunal Supremo.

Supongo yo que algún cerebrito de los que se mueven en la corte de Paulino Rivero, inspirándose en el referéndum secesionista de Cataluña, propuso lo que primero se llamó referéndum y ahora al igual que los de CiU, llaman consulta. Una consulta no vinculante, por lo tanto sin valor e efectos prácticos, que por lo que cuenta el presidente de Canarias, tiene por finalidad conocer lo que piensan los ciudadanos que aquí vivimos sobre el asunto de las prospecciones.

La verdad es que si los nacionalistas están en contra de esos trabajos, no es por los riesgos medioambientales, ni por cuidar de la única industria que funciona en el archipiélago, el turismo; ahí están las palabras de José Miguel Barragán, prohombre de CC que en 2001 afirmaba en el parlamento canario: "Contamina más el desarrollo turístico que las manchas de petróleo". A la vista está que lo de la contaminación ambiental se la traía al pairo a los nacionalistas, mientras les duró la esperanza de que fueran ellos y no el Estado el que negociara con Repsol. Ya saben ustedes eso de que hablando se entiende la gente y si de lo que se trata es de pasta y los que hablan son políticos, ya para que les cuento.

No me voy a escandalizar a estas alturas, de la pavorosa hipocresía con la que se producen los políticos, no es de eso de lo que quería hablar, pretendo explicar la vergüenza que me produce, que mi gobierno, porque Paulino mal que me pese me representa, sea capaz de presentar un bodrio semejante a la opinión pública. Esto de la pregunta ha sido como aquel parto de los montes que nos contaba Esopo, que después de mucho tiempo, abundante ruido y grandes señales, dio a luz un minúsculo ratoncito. Eso es lo que han hecho todos estos supuestos defensores de la causa canaria, que se han querido vestir de dignidad y sapiencia y han presentado una chapuza absolutamente infumable.

La pregunta que debe desvelar si los ciudadanos canarios están a favor o en contra de las prospecciones, fruto de meses de duro trabajo intelectual de un gobierno al completo de sus efectivos, de sus asesores, de amigos que pasaban por ahí, del presidente de una murga y de una prima de un vice consejero, que vive la pobre en Brasil, reza así:

¿Cree usted que Canarias debe cambiar su modelo medioambiental y turístico por las prospecciones de gas o petróleo?"

Es una pregunta tan deliberadamente espesa, que resulta escandalosa. Soy de la opinión que Canarias debería haber cambiado su modelo medioambiental y turístico hace muchísimo tiempo. Me parece hoy y me parecía hace diez años, que vivimos peligrosamente instalados, en una dependencia casi total de las energías fósiles, lo que teniendo presente nuestra situación geográfica y el hecho de que somos un archipiélago, supone una decisión suicida.

No quiero hablar de la actitud del gobierno canario en general y del cabildo insular de Fuerteventura en particular en relación con la implementación de las energías renovables, porque no hace maldita la falta, todos los canarios conocen tan bien como yo, el papelón de las dos instituciones en ese tema.

Pero vayamos al meollo de la cuestión, a ver si alguien aclara mis dudas. Creo que hay que cambiar el modelo medioambiental y turístico, pero no estoy en contra de las prospecciones, en primer lugar porque de su existencia, no se deriva un cambio obligado en los asuntos de medio ambiente o en la industria turística, entonces ¿qué diablos voto? ¿Voto afirmativamente, porque creo que hay que cambiar de modelo? o por el contrario voto que no, porque no estoy en contra de las prospecciones, aunque probablemente me tenga que quedar entre los del NS/NC, que por lo visto es lo que pretende el gobierno.

Comprendo que son malos tiempos para los referéndums, aunque los disfracemos de consulta, pero si no son capaces de hacer una pregunta que tenga sentido y que se pueda contestar como Dios manda, ni tienen la bastante capacidad intelectual como para hacer una pregunta que sirva al fin que persiguen, esquivando las dificultades legales que impiden que la consulta invada las competencias estatales, me parece para este viaje no necesitábamos alforjas. Aunque deberían tener muy presente que para hacer el ridículo siempre se está a tiempo, no hacían falta estas prisas.

Comprendo que es una medida electoralista, pero ya pueden ir con todo el cuidado del mundo, porque las encuestas dicen que Podemos, se va a comer con papas al resto de los partidos en Canarias y ganará las elecciones. Mala noticia para los nacionalistas, que debería impulsarles a  actuar con más rigor en lugar de dedicarse a la demagogia electoralista, que ahí topan con los circulares que en demagogia populista son los amos y que además no parece que vayan a regalarles la presidencia del gobierno como hacen siempre peperos y sociatas por aquello de tocar poder.


Pero dejando de lado todas estas cosas ¿Alguien me puede decir, qué coño voto yo?


Comentarios

  1. Un mal político siempre se esconde bajo preguntas al pueblo.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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    1. El comentario eliminado decía. Quién prohíbe las preguntas teme las respuestas, lo borré por error. Mi respuesta es que quién prohibe las preguntas en cumplimiento del ordenamiento jurídico que juró cumplir, lo que hace es cumplir con su deber. Lo que no hace Más que no respeta los preceptos constitucionales.

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