Ébola segunda parte



El sábado pasado ya hablé del virus del Ébola y de la crisis que estamos viviendo. Un asunto  muy grave que ha sido repugnantemente utilizado por gente que tenía y tiene interés en desestabilizar al gobierno. A mí eso me da lo mismo, ya se defenderá el ejecutivo como quiera o como pueda, pero lo que me repugna es la utilización que se ha hecho del bulo, la exageración y la mentira pura y dura, para asustar a los ciudadanos y así llevar el agua a su particular molino. Aviso a navegantes el que se dé por aludido, que se acuerde de aquello tan viejo, pero tan cierto de que “el que se pica, ajos come”.

He encontrado ciudadanos, unos de buena fe y otros de no tanta, que se quejan de que Rajoy cometiera la imprudencia de traer a los misioneros enfermos hasta Madrid y así  “por dos personas, poner en riesgo a todos los españoles”, como me decía un lector. Insisto en una cuestión, España no es la única nación que ha repatriado a sus nacionales enfermos, USA, Francia, Reino Unido, Alemania y Noruega – de memoria, que conste – lo han hecho, por lo tanto presentar este asunto, como se pretende en España, no se sostiene.

Por otra parte en nuestro país está vigente el Estatuto de los cooperantes. En su artículo 10, en el apartado e) dice que los cooperantes tienen derecho a: “ …La repatriación en caso de accidente, enfermedad grave, fallecimiento, catástrofe o conflicto bélico en el país o territorio de destino.” Queda por tanto meridianamente claro que la repatriación de ambos misioneros, que como es lógico tienen la consideración de cooperantes, no fue otra cosa que la aplicación por parte de nuestro gobierno de una norma. Puedo entender que a los progres de salón y zurdos a la violeta que tanto abundan en nuestra patria, les resulte difícil aceptar, que en democracia el cumplimiento de la ley resulta imperativo, pero hay un estatuto y habrá que respetar los  derechos de los cooperantes tal y como en él se dispone.

Desde que comenzó esta crisis, hemos escuchado y leído muchísimas falsedades e interpretaciones torticeras, una de las más frecuentes es  la que afirma  que el gobierno culpa de la infección a la auxiliar para evitar sus responsabilidades, lo que es una chorrada como la copa de un pino, de hecho la comisión creada hace unos días anunció ayer que está investigando ese asunto. Por tanto no es el gobierno el que inicia la investigación, es el personal de Carlos III el que investiga, como es lógico, qué es lo que ha fallado en su protocolo de actuación; porque una persona se ha infectado y de existir una fisura en el protocolo, el asunto puede terminar en tragedia. Durante esa investigación la auxiliar reconoce que pudo tocarse la cara con los guantes  y ahí se descubre el fallo, un fallo humano, que no trata de culpar a nadie, sobre todo porque esa no es la tarea del equipo que trata a los enfermos del Ébola.

Sin embargo el asunto de la seguridad o inseguridad del procedimiento establecido en el Carlos III, recibió hace unas horas el espaldarazo del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, que tras una inspección, afirma que la actuación de los profesionales del centro “es correcta y se ajusta a los protocolos establecidos” y que su protección “es la adecuada”, señalan que  “la infraestructura actual no está diseñada para cubrir este tipo de emergencias”, aunque matizan que “las actuaciones que se han llevado a cabo y continúan realizándose en la actualidad tienden a mejorarlas”. Para finalizar, afirman que la infección producida se debe a “un accidente fortuito de muy baja probabilidad, haciéndose las cosas correctamente", por lo que se despeja cualquier duda que pudiera esgrimirse.

Parece que la evolución de Teresa es positiva, aunque ha tenido que superar otra crisis. Con toda la prudencia del mundo se puede afirmar que está mejor, su organismo tiene una carga vírica menor y comienza a producir anticuerpos. El resto de ciudadanos que permanecen en cuarentena, siguen asintomáticos y una enfermera ha sido dada de alta, al no dar positivo en los dos test que sobre el Ébola le han llevado a cabo.

Recordemos ahora, la impresentable conducta de aquellos compañeros de Teresa, muchos de ellos sindicalistas, cuando extendieron el bulo del fallo multiorgánico y la intubación de la paciente,  no dudaron en mentir con tal de agravar una situación terrible, sobre todo para Teresa y su familia, con la obscena intención de soliviantar a los ciudadanos y lanzarlos contra el gobierno de la CA de Madrid con el que tienen viejas cuentas que ajustar.

Recordemos todo lo que se dijo sobre el protocolo de actuación, que ahora nos dicen los especialistas europeos que es correcto, recordemos lo de la falta de protección del personal, asunto desmentido por estos especialistas que afirman que la protección es adecuada. El sábado una ciudadana que se identificaba como trabajadora del hospital, me decía que los trajes era P2 y no P4, lo que es de una falsedad evidente, porque ahí están las imágenes para demostrarlo, pero claro quien no es capaz de diferenciar un equipamiento de otro, se lo cree. En este asunto hay gente que ha decidido que todo vale.

Así que, si el gobierno con la repatriación, hizo lo que dispone el estatuto de los Cooperantes, si la infección fue un desgraciado accidente y no un  fallo del protocolo de actuación, si el trabajo de los profesionales es bueno y su nivel de protección el adecuado, si parece que Teresa mejora, si por ahora no hay más infectados, ¿dónde está es desastre por el que clama la zurda y los medios afines? ¿qué coño están haciendo mal las autoridades?. Yo se lo digo, el tratamiento mediático de la crisis, no mal, rematadamente mal, pero eso no afecta ni a la salud ni a la seguridad de los ciudadanos. Así que los que me escriban en contra de lo que sostengo pueden evitarse comentarios en este sentido.

El problema radica en que hay gente que ha decidido, sin conocer nada del asunto, que existe una verdad, que es justamente la contraria a la que sostiene el gobierno y les da igual que la realidad les dé en la frente, no  son capaces de ver otra cosa que “su verdad”,  allá ellos. Me preocupan mucho más “los activos”, los que se han dedicado, con perfecto conocimiento de causa, a lanzar bulos para exacerbar el miedo de los ciudadanos, manipular la opinión pública y así justificar lo injustificable.

Politizar un asunto como este, es de una miseria moral, únicamente alcanzable en este país.

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