Mentiras electorales que todos usan

Los recortes para los ciudadanos, el dinero público para los paniaguados políticos

Parece que resulta trabajo inútil denunciar las mentiras que los políticos utilizan a lo largo de la campaña, ya sea para intentar engatusar al electorado o para desacreditar a su competencia, y digo que parece trabajo inútil, porque muchísimos ciudadanos, entre los que tengo el gusto de no contarme, parece que aceptan mansamente el engaño utilizado como arma electoral.

Después hay que oír a esos ciudadanos tronar y pontificar en las barras de los bares y si son fumadores, en la puñetera puerta, sobre la corrupción de los políticos, corrupción a la que han colaborado activamente, votando a unos individuos que mienten con la tranquilidad que sólo da el convencimiento de que actúan con la total impunidad que les garantiza la mansedumbre ciudadana.

Creo que podemos partir de la base de que una de las afirmaciones más compartidas por todos los representantes de esta casta política, que se ríe a mandíbula batiente de los ciudadanos, es la afirmación solemne de que “sólo es posible aplicar un tipo de política austera y de contención del gasto”. Socialistas de toda laya y condición, peperos centristas, de derechas, liberales, convergentes, divergentes, nacionalistas de las periferias más variadas, gente de la izquierda marxista, troskistas, progresistas de salón, marxistas a la violeta, todos de manera unánime nos advierten de la necesidad de aplicar políticas de contención del gasto.

Bueno, en el fondo, he de suponer que a más del 80% de los ciudadanos esas afirmaciones, no es que les regocijen, pero entienden que efectivamente como pasa en su familia, la vida obliga a vivir de acuerdo con los ingresos de cada cual y con esa mansedumbre que nos condena a lo que nos condena, se encomiendan al santo de su devoción, para que los recortes no se apliquen en lo poco que han dejado vivo, del supuesto estado de bienestar, los del PSOE que han entrado al recorte social como Atila lo hizo por las llanuras de lo que entonces se llamaba Panonia. Para entendernos, a sangre y fuego.

Bien, así que por resumir nos encontramos ante una situación indeseada pero que hay que aceptar, hay que gastar menos, eso es lo que queda claro y todos los políticos se apresuran a prometer que son ellos y no los otros los que tienen la varita mágica para llevar a buen fin el tan traído y llevado concepto de la “contención del gasto”

Creo si no es hoy, era ayer o la semana pasada cuando se cumplía el primer aniversario de las que, definieron los de la casta política, como “unas medidas de ajuste del gasto y reducción del déficit público”. ZP afirmó que resultaban “imprescindibles” para “reflotar la economía española”. Recordarán ustedes que en el proyecto presentado a bombo y platillo como la solución a todos los males, se ordenaba la reducción de cargos públicos, así como el recorte de sueldos a los funcionarios del Estado.

Pero resulta sorprendente, si uno utiliza los calificativos en plan prudente, indignante si está uno un poquito mosca y obsceno si se utiliza el calificativo que a mí me sale del alma, saber que desde que se decretó en España ese recorte, el “tijeretazo” tal y como se le conoce coloquialmente, el fastuoso resultado ha sido que ¡¡¡la Administración tiene 100.000 empleados más que en 2010!!!

Estamos en lo de siempre, los de la casta política, nos advierten que hay que ahorrar y ahorran, pero lo hacen en educación, sanidad, dependencia, atención a la tercera edad, etc., a la Administración ni tocarla. Dirá alguno que ya me estoy metiendo otra vez con Zapatero, y no es así, de hecho de los 100.000 nuevos trabajadores públicos, 40.000 han sido contratados por las comunidades autónomas, que como saben ustedes responden prácticamente a todos los colores de la paleta política.

Me parece repugnante que mientras se le quita el dinero del bolsillo a los funcionarios, se le congelan las pensiones a los jubilados, se recortan las prestaciones de la Ley de la Dependencia, se obliga a los españoles a trabajar más años, para cobrar una pensión menor; estos señores tan estupendos que van a los mítines para hablarnos de la necesidad de aplicar políticas de contención del gasto, actúen como los prestidigitadores y con una mano nos entretengan con lo del recorte, mientras con la otra firman alborozados nuevos contratos, para enchufados, ganapanes, paniaguados y cuñados, que como todo el mundo sabe, constituyen una auténtica peste.

Todos mienten como bellacos. Para centrar el foco en lo más cercano, ustedes entienden necesario que D. Mario Cabrera, Presidente del Cabildo Insular de Fuerteventura, necesite del trabajo de 17 “asesores”, que no paga el Cabildo como dice la prensa, a esos lo pagamos nosotros y que se llevan la bonita cifra de 720.000 euros al año.

De verdad, les resulta admisible, en plena época de vacas flacas, que D. Mario reparta con nuestro dinero, prebendas a 17 ciudadanos, nacionalistas seguro, que se llevan sólo en sueldo 120 millones de las pesetas de antes, sin contar otros gastos que producen como el uso de teléfono, gasolina, dietas, billetes de avión, etc., etc.

No creo que le hagan falta para gobernar ¿O es que no hay, entre los funcionarios de ese Cabildo, gente preparada para llevar a cabo la labor que se supone hacen muchos de esos “asesores”, bastante mejor que ellos? Puedo entender que necesite tres o cuatro personas de su confianza en el entorno de la Presidencia, pero diecisiete me parece lisa y llanamente clientelismo puro y duro.

Dicen los políticos: “Vamos a aplicar una política austera y de contención del gasto”. No se confundan, seguirán gastando en lo “suyo” lo mismo o más que antes y ahorrarán en los gastos que sirvan directamente a los ciudadanos. Así cualquiera.


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