El viaje catalán de Sánchez y el Pleno del Congreso, más campaña electoral



La opinión pública comienza a impacientarse, pero los políticos no son capaces o no quieren encontrar una fórmula que desbloquee esta situación, acabamos de vivir una semana en la que la búsqueda de un pacto ha estado prácticamente congelada. A partir de hoy, los distintos actores se ponen en marcha con la intención manifiesta de proseguir con esta cuasi eterna campaña electoral que parece no va a acabar nunca, aunque la disfracen como el esfuerzo ímprobo de los que se proclaman campeones del diálogo.

En lo del electoralismo llevan la iniciativa los que lloran por las esquinas por el pacto de progreso, es decir la izquierda representada por el PSOE y Podemos. Unos, los socialistas, porque a su líder al que le crecen, no los enanos, sino las imputaciones a sus amigos, le conviene continuar con esta ficción que le permita aparecer como el hombre que se está dejando la piel en la búsqueda de un acuerdo.

Los otros, los bolivarianos, vuelven a la campaña electoral porque están sufriendo una crisis interna que los podemitas intentan explicar con lo de “cuando uno crece mucho duelen los huesos”, que no es cierto, porque lo que duelen son las articulaciones, conste que mido 1,91 y sé de lo que hablo cuando me refiero a crecimiento. Las tensiones reflejan la falta de coherencia interna de ese partido que ha crecido sin tener definida, al menos oficialmente, una base ideológica – ellos se definen como transversales, signifique eso lo que signifique - y ahora pagan las consecuencias. 

Añadan a eso los resultados de las encuestas, que de manera general les dan un apreciable retroceso en la intención de voto y como guinda a este amargo pastel el impacto negativo ocasionado por un informe que la UDEF ha presentado al Tribunal de Cuentas en el que se habla de la financiación del partido, en términos muy duros.

Pedro Sánchez ha decidido continuar con sus bolos de campaña en provincias, primero fue Galicia donde se  topó de manera inesperada con la descarnada corrupción socialista, protagonizada nada más y nada menos que por el Secretario General del PSdG, ahora ha decidido tratar con los separatistas catalanes, ya saben Puigdemont, ERC y compañía, herederos todos ellos del famoso 3%.

Va advertido, Ciudadanos le ha prevenido formalmente que como se le ocurra hablar de algo que tenga que ver con el “derecho a decidir” o el referéndum, romperán el pacto que firmaron. No creo que se atreva a ello Pedro Sánchez, al menos por ahora, a pesar que desde el PSC lo presionen  por boca de Nuria  Parlón que le anima a reconsiderar el “no” a la consulta pactada que defienden los de Pablo Iglesias. Me imagino que sabiendo cómo se las gastan los otrora nacionalistas, hoy secesionistas, Sánchez les prometerá mucho dinero y un nuevo Estatut a cambio de que estén tranquilos, se abstengan en su investidura y aquí paz y más allá gloria celestial.

Dicen las lenguas de doble filo, que pretende hacer lo mismo con los representantes de  En Comú Podem, En Marea y Compromís, para que voten su investidura de manera independiente a la de Podemos. La herramienta para provocar ese fenómeno ya lo habrán adivinado ustedes, dinero, mucho dinero. Pedro Sánchez pretende pagar con nuestros impuestos, su investidura; pero esa es una filtración con poco recorrido, no me parece que Xavier Doménech renuncie al referéndum por un plato de lentejas, no puedo decir lo mismo, porque no los conozco, de los de En Mareas y los de Compromís ya se dejaron comprar. Todo esto no es más que el intento de demostrar que el paciente – el pacto para entendernos – todavía respira, aunque a mí me parece que está listo de papeles desde el día siguiente a las elecciones.

Nos intentarán vender como cuestión importante que el PSOE va a apoyar las propuestas de Podemos en el Congreso para demostrar su voluntad de conseguir ese pacto a tres que con la boca chica proponen, no se lo crean. A los de provincias, cuentas de cristal y a los de Podemos, espejos. En el Pleno Ordinario se van a discutir cuatro PNL, nada importa lo que se debata y mucho menos lo que se acuerde; por un motivo muy simple, las Proposiciones no de Ley, que así se llaman las PNL, no son vinculantes, el gobierno, esté en funciones o no, no tiene por qué cumplimentar lo que se acuerde. Está claro que a efectos prácticos lo que se discuta en el Pleno, sólo importará en tanto en cuanto permita a los líderes políticos exhibirse y hacer campaña…electoral, naturalmente.

Los del PP a lo suyo, han apostado a que va a haber nuevas elecciones sí o sí y en ello están, haciendo campaña electoral pero a las claras. Es una apuesta arriesgada, se la juegan a cara o cruz,  pero es lo que les queda ante el bloqueo de Pedro Sánchez que se niega a pactar con los populares. Pudiera ser que el Comité Federal del PSOE al final se impusiera a su secretario general Sánchez y decidieran abstenerse para facilitar la investidura de Rajoy, pero no parece que confíen ni de lejos en esa posibilidad.


Va a resultar muy aburrido aguantar todo esto hasta finales de  junio, a ver si hay suerte y ocurre algo, pero algo de verdad. Ya va siendo hora de que nos traten como lo que somos, individuos adultos a los que molesta que nos engañen.


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