Pactando que es gerundio

Ayer leíamos en la prensa que Zapatero, por sorpresa, anunciaba en Madrid el interés que sentía por mantener una cita con Paulino Rivero. Bueno, dicho así tampoco es que sea una noticia de primera plana, pero si reflexionamos un poco sobre ella y su intención, quizás sí podamos encontrar detalles significativos e importantes en el anuncio zapateril.

Vaya por delante que sin segundas, soy un convencido de la gran utilidad que tiene la cultura del pacto en el devenir político. Dando por cierta aquella afirmación de que “la política es el arte de lo posible” hay que aceptar que la capacidad para generar pactos es un arma importante en el haber de cualquier político que se precie.

Dicho esto, hay que tener presente que pactos hay de muchas clases y colores. Previsibles, naturales, necesarios, forzosos… Todo esto y mucho más, incluyendo los conceptos contrarios, pueden ser los pactos. Pero en la esfera política debiéramos en primer lugar contemplar aquellos que se buscan para defender el interés general de los ciudadanos, habilitar mayorías estables y permitir el buen gobierno de la cosa pública y aquellos que por el contrario se crean para defender el interés de los firmantes y sus organizaciones políticas.

Pero aquí no pretendo tratar sobre las clases y tipos de pactos, señalo su importancia y por eso comento el ofrecimiento de Zapatero. No sé si alguien, fuera del círculo de los iniciados, esperaba la llamada desde Madrid, creo que no y por otra parte me parece importante reseñar la urgencia con la que se produce. El Presidente del Gobierno y Secretario General de los Socialistas, conviene subrayarlo, quiere mantener una charla con Paulino Rivero, antes de las elecciones locales.

No sé yo que temas deben tratarse con tanta urgencia, parece, lo dice la prensa, que se trata de sellar su alianza de legislatura con nuevos acuerdos. Sorprende que con la que está cayendo, Zapatero tenga tiempo para dedicarlo a concertar citas en las que no hay una agenda determinada. Parece muy probable que ésta sea una reunión para lucimiento de ambos presidentes y sin que se vayan a obtener resultados apreciables, al menos para los ciudadanos canarios.

La noticia no ha gustado a la parroquia socialista, que prudentemente manifiesta que entiende que la reunión, antes de las elecciones locales, no les parece oportuna. Y se comprende, porque ese deseo de cerrar acuerdos con los nacionalistas canarios, antes de las elecciones locales, demuestran a las claras que José Luis Rodríguez Zapatero, Secretario General socialista, insisto, estima que los resultados electorales de su formación en Canarias no serán buenos.

Lo que está claro es que ni Zapatero ni el propio Rivero saben si después del 22 de mayo, Rivero estará gobernando en Canarias, por lo tanto, lo prudente habría sido esperar al resultado de las elecciones autonómicas, si en realidad hubiera acuerdos reales que cerrar. Esta cita no hace más que empeorar las expectativas socialistas en el archipiélago, a las que no les hace falta alguna las “ayudas” extemporáneas de Zapatero desde Madrid.

Claro que conociendo el paño, estoy convencido, que esta cita no tiene otra finalidad que favorecer el escenario electoral de CC y por tanto la idea de la reunión debe haber surgido desde las filas de Coalición Canaria. ¿Qui prodest?, se preguntaban los romanos, ¿a quién beneficia?, debemos preguntarnos nosotros; está claro que la cita favorece ostensiblemente el cachet electoral de Paulino Rivero.

El deseo expresado por ZP de reunirse con él, antes de las elecciones autonómicas, para cerrar acuerdos que tendrán lugar después de los comicios, dicen a las claras que Zapatero cree o dice creer que el 22 de mayo el ganador será Paulino Rivero. Esta es una maniobra de una torpeza tal para los intereses socialistas en Canarias que es imposible que se les haya ocurrido a los socialistas de Madrid.

Así que tenemos a un Rivero reforzado, bien que indirectamente, por el presunto reconocimiento de su superioridad electoral, naturalmente habrá que dar a los del PSC-PSOE por  perjudicados en sus expectativas electorales, perjuicio causado para más INRI, por “fuego amigo”

Y naturalmente los del PP inquietos y preocupados, porque si bien la maniobra es tan clara y transparente que no tendrá todo el efecto que han buscado los de CC, está claro que el anuncio de la cita es una finta que advierte de la voluntad del PSOE de pactar con Rivero, al precio que sea, tras las elecciones del 22 de mayo.

Claro que todo esto no significará nada, si las en las elecciones locales los socialistas sufren el desastre que muchos vaticinan. Por mucho que se citen en Madrid, hasta que no sepamos en que para el proceso electoral pendiente, todo esto de la cita, el broche, el pacto de legislatura se reduce a practicar el viejo recurso del chau chau, a falta de mejor cosa que hacer.

Rivero busca socio para después de las elecciones, parece que piensa apoyarse en los socialistas o al menos amaga con hacerlo. Veremos.

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