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Una cosa dicen las encuestas y otra muy distinta los hechos


El cartel que anunciaba las elecciones sindicales, en las que CC.OO y UGT han cosechado una derrota monumental

Reza el lugar común que hay días en los que uno no está para nada, creo que era César González Ruano el que afirmaba en que hay años en que uno no estaba para nada y habrá muchos que piensen que llevamos una larga temporada en la que resulta difícil hacer gala de optimismo, sea éste antropológico o del modelo para personas normales.

La fe y la esperanza andan un poco perdidas, por no decir que se encuentran probablemente en ignorado paradero. Los ciudadanos lo estamos pasando mal, tirando a peor y con poquitas esperanzas puestas en las próximas elecciones, de hecho se escucha que no vale la pena siquiera ir a votar ¿para qué? se preguntan muchos.

Pero en este entorno gris, claudicante y desesperanzado, de vez en cuando - muy de vez en cuando para que vamos a engañarnos - recibimos alguna noticia que tonifica nuestro maltrecho estado de ánimo. Hoy quiero comentar una de ellas; hace muy pocos días se llevaron a cabo las elecciones sindicales en la Administración General del Estado. Las elecciones en las que las distintas organizaciones sindicales presentan sus candidatos, al objeto de llevarse el mayor número de representantes en ministerios, ayuntamientos, etc.

Y alguno pensará que es lo que tienen que ver las elecciones esas, con los asuntos del ciudadano común y corriente; pues tienen que ver y además, nos abren una puerta a la esperanza. Los resultados han sido sorprendentes: CC.OO y UGT han sufrido un revolcón de primera magnitud, un fracaso como la copa de un pino.

No les han valido a los sindicatos mayoritarios, ni su “proximidad” a los responsables políticos de los lugares en los que se llevaba a cabo la elección, ni la posibilidad, que otros sindicatos no tenían, de emplear muchísimo dinero en la tarea de preparar la jornada electoral. De hecho ambas centrales sindicales, han cosechado derrotas muy importantes en ministerios y ayuntamientos que se consideraban auténticos feudos de las dos centrales sindicales más importantes del país.

Me satisface, en primer lugar porque la derrota de los dos sindicatos, que si por algo se han caracterizado es por ser más progubernamentales que el propio Ejecutivo, me parece justa. Han traicionado los intereses de sus representados y han sido recompensados con abundantísimas subvenciones que han engrasado voluntades y anestesiado conciencias e ideologías varias.

Y claro me alegra infinito, que después de muchos años, los trabajadores hayan puesto en marcha su mecanismo crítico, quizás un poco oxidado, y hayan provocado la estruendosa derrota de los que, en vez de defender los intereses de los trabajadores, se han dedicado clarísimamente a defender lo suyo y lo de sus amigos, en un repugnante contubernio con el gobierno de ZP.

Los sindicatos de Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez han pagado cara su política de pactos con el Gobierno de ZP, obteniendo los peores resultados electorales de su historia. El “fracaso” de la huelga general y la ‘foto de La Moncloa’ han sido claves.

No hay que ser un lince para entender que el mantenimiento de políticas muy próximas a las tesis del gobierno socialista ha sido la clave de la caída de CCOO y UGT. Traducido al cristiano, los votantes les han pasado la factura a Méndez y Toxo por prestar su ayuda al gobierno de Zapatero.

Por tanto esta noticia pone en solfa los resultados de las últimas encuestas que anuncian un importante recorte socialista en la diferencia que mantenían con el PP. De todos es sabido que la remontada se debía al anuncio de que Zapatero se retiraba como candidato para el 2012.

Con la noticia de la espantada del Presidente, sucederá lo que ocurrió cuando Rubalcaba fue ascendido a Vicepresidente, se produjo un recorte que fue amortizado en muy poco tiempo. Me parece que si a los sindicatos se les ha negado el pan y la sal por “ayudar” a ZP y sus acólitos, se pueden imaginar ustedes la que se va a organizar en las elecciones del próximo mes de mayo.

El PSOE sufrirá un voto de castigo importantísimo en las próximas elecciones, el hecho de que Zapatero haya reconocido que se había convertido en un lastre electoral para su partido, no va a contentar a los votantes que tienen cuentas que ajustar, con aquellos, como los del PSOE que lo han mantenido al frente del gobierno de España contra viento y marea.

La íntima relación del PSOE y ZP, no va a quedar perdonada por la retirada del que iba a ser su candidato en las próximas elecciones generales, buen cuidado ha tenido de seguir en la Presidencia del Gobierno y al frente del PSOE. No hay voluntad de cambio, de una profunda catarsis, sólo hay voluntad de maniobrar en clave electoralista, control de daños así se llama a esta figura.

Así que como les digo, una cosa es lo que dicen las encuestas y otra muy distinta las votaciones, aunque sean las locales. Algunos españoles acaban de ajustar cuentas a los amigos de ZP. En mayo les toca a los candidatos socialistas, que llevan siete años jaleando a José Luis Rodríguez Zapatero, creo que lo más prudente es que, viendo el revolcón de los sindicatos “mayoritarios, vayan poniendo sus barbas a remojar.

Comentarios

  1. Yo lo que espero es que el voto de castigo no sólo sea para el PSOE, sino también al PP que se ha caracterizado por hacer exactamente nada, y de hacer simplemente esperar y apoyar el cuanto peor mejor. Ni los unos, ni los otros. Habrá que ir pensando en los verdes, como en Alemania.

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