El 25 S hay elecciones. El Tribunal Supremo empapela a Rita Barberá

No me sorprende lo más mínimo, es más diría que estaba cantada la decisión judicial y hasta la fecha aproximada. No es que vaya a afirmar que los dos hechos incluidos en el título tengan una relación de causalidad;  pero sí me gustaría señalar mi extrañeza ante la cantidad de veces que el fenómeno se ha repetido, aunque haya que decir  que probablemente sea una cuestión casual.

Hace unos días advertía desde este blog que en cuando las elecciones estuvieran próximas, como por arte de birlibirloque saltaría a los medios un escándalo judicial que pondría al PP otra vez, bajo el fuego mediático y los discursos escandalizados sobre su profunda corrupción. Comprendo que lo que hoy escribo no me va a hacer ganar muchos amigos, pero para cualquiera que tenga memoria y no esté cegado por el partidismo resulta muy difícil de aceptar que  estas cosas se produzcan una y otra vez, a cuenta del azar.

Vaya por delante, no tendría que decirlo por obvio pero ya sabemos cómo se tratan estas cosas, que si a Rita Barberá al final de estas investigaciones a las que va a someterla el Tribunal Supremo, a cuenta de su condición de aforada, se le abre juicio oral y resulta culpable, le deseo la peor de las suertes, no hay nada que me produzca más repugnancia que un  representante político electo que se corrompa. 

Aunque si somos sinceros no creo que la sentencia pueda ser peor que la que ya han emitido los medios de comunicación, sus adversarios políticos y gran parte de la opinión pública, que eso es lo malo de andar dando palos políticos utilizando a la Justicia, porque, si por casualidad al final de todas estas cosas, Rita Barberá fuera declarada inocente, nada ni nadie podría reparar el daño que ya ha recibido.

La van a investigar por la presunta comisión de un delito de blanqueo de capitales, que dicho así suena terriblemente mal, pero por poner las cosas en su justo contexto Rita Barberá es investigada porque una escucha policial autorizada interceptó una conversación según la cual se habría realizado un donativo mediante transferencia bancaria a una cuenta del Grupo Popular del Ayuntamiento, a cambio del que se habrían recibido, en efectivo, dos billetes de 500 euros. En la conversación se hacía referencia a la secretaria del Grupo Municipal del PP, la principal investigada en este caso, que fue la que le entregó dos billetes de 500 euros a una de los protagonistas de la conversación, en la que se nombraba a Rita Barberá, pero sin hacer respecto a ella ninguna imputación en concreto.

Tras investigar los hechos, se pudo comprobar que en una cuenta del Banco Sabadell a nombre del Grupo Municipal del PP en Valencia se habrían realizado determinadas aportaciones, por importe de 1.000 euros, por parte de 50 personas vinculadas al grupo y al partido, entre el 23 de marzo y el 16 de abril de 2015, entre ellas Barberá. Así relata los hechos el juez instructor de Valencia que es el que ha instado al TS para que investigue a la ex alcaldesa. Así están las cosas y pintan como pintan, es decir mal.

Conste que no pretendo excusarla por la escasa cuantía de lo  presuntamente blanqueado,1.000 euros, simplemente he pretendido colocar en su escala eso que suena tan gordo del blanqueo de capitales. Por mí no hay problema, si la ha hecho que la pague y aquí se acaba el cuento.

Aunque lo cierto es que a veces la administración de justicia toma unas decisiones que tienen que repugnar forzosamente a cualquiera. Al igual que en otras ocasiones, se ha levantado un clamor contra el magistrado que acusado del terrible pecado de ser conservador, tenía que instruir una causa del PP, hoy me parece escandaloso que el juez instructor de un caso tan delicado como este, sea nada más y nada menos que D. Cándido Conde Pumpido. 

Que se escoja como juez instructor de una causa íntimamente relacionada con el PP a un ex Fiscal General del Estado, claramente politizado durante sus actuaciones en la época de ZP, no parece que sea una buena medida, por aquello de que la mujer del César además de ser honrada, debe parecerlo.

¿Qué no se puede dudar de la imparcialidad de los jueces?, pues no sé qué decir; pero si yo fuera un alto cargo del Partido Popular y tuviera que pasar por el trago de que me “investigara” aunque fuera más inocente que un niño de pecho, preferiría que el Instructor no fuera Conde-Pumpido, llámenme raro, pero cualquiera antes que él.

Que en esto de la Justicia y los escándalos pasan cosas curiosas. En el mes de julio del presente año, ya saben preparación de la Investidura, negociaciones… , la juez Freire, en un auto que todavía no es firme, propuso procesar al Partido Popular como persona jurídica por la supuesta comisión de un delito de daños informáticos y otro de encubrimiento a cuenta de los ordenadores de Bárcenas. 

Lo que son las cosas, ahora Bárcenas se retira de la querella y afirma que “Siempre he mantenido que el Partido Popular como institución no tiene ninguna responsabilidad en la destrucción de los discos duros”. Ustedes sin embargo estarán hartos de escuchar que el PP estaba imputado, cuando lo cierto es que el auto no era firme todavía y además ahora el acusador se raja.

Ahora tras toda la leña que ha recibido Rita Barberá, tras dimitir de todos sus cargos, ahora o cuando se le abra juicio oral, que esa es otra, imaginen que tras todo eso, el Supremo finalmente dijera que lo de los mil euros tiene una explicación o que no han podido demostrar nada al respecto.

¿Qué esas cosas no pasan? ¡Anda qué no!

Comentarios

  1. Pues sí: elecciones + imputación del PP + Instrucción Conde Pumpido (!).
    Una coincidencia que seguro que será casual, aunque sorprenda poco.

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  2. Un análisis muy certero. Yo añadiría la celeridad de la justicia en este caso, mientras eres, cursos de formación, caso Pujol etc.parecen dejar pasar tiempo a ver si prescriben.

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