El pacto imposible que a todos ocupa

Eran otros tiempos y otras encuestas
Los medios de comunicación se dedican a machacarnos con el pacto que impedirá la celebración de unas nuevas elecciones, lo mismo sucede con los políticos, día sí y día también hablan incansablemente del pacto que dicen pueden alcanzar. Todo es mentira, quizás hubiera una posibilidad de acuerdo antes de Semana Santa, pero hoy por hoy, los líderes políticos que protagonizan por acción u omisión esta ceremonia de confusión y engaño, saben que ese pacto es imposible.

Todo empezó a cambiar, cuando empezaron a cambiar las tendencias en las encuestas de intención de voto. No es lo mismo afrontar una negociación sabiendo que las encuestas  te dan un resultado positivo  en las elecciones de junio, que hacerlo conociendo justamente lo contrario. Cuando esto comenzó, resultaba que el PP bajaba en intención de voto, lo mismo le sucedía al PSOE y a Ciudadanos y el que parecía que se iba a salir del plano era Podemos, pero las intenciones se han ido modificando y puestas así las cosas, todo cambia.

El protagonista principal de esta comedia bufa ha sido Pedro Sánchez. Como  acreditado botarate que es, aceptó el encargo de formar gobierno sin contar con los apoyos suficientes y se llevó dos revolcones parlamentarios de órdago a la grande. Claro que la actitud desesperada de Sánchez se debe a una circunstancia complicada, tiene que formar gobierno o el partido socialista le cortará la cabeza en el próximo congreso. Él guardaba un as en la manga, las encuestas advertían al PSOE de un desastre electoral de mucho cuidado, a la vez que aseguraban que Podemos junto a IU iba a quedar en segundo lugar en las elecciones que se celebraran; con ese dato Sánchez pretendía asustar a su Comité Federal y colocarlos ante un trágala que igual le salvaba la cabeza, sería pactar con Podemos y sus mariachis o ir a nuevas elecciones y pechar con el desastre. Ahora con las nuevas expectativas la amenaza de Podemos ha desaparecido en el horizonte y Pedro se ha quedado sin su salvavidas.

En aquellos tiempos los bolivarianos, provocaban al candidato socialista aprovechando su debilidad para zaherirlo y favorecer su seguro desastre electoral. Fue cuando Iglesias le montó por sorpresa un gobierno a Sánchez y todas aquellas cosas con las que los podemitas disfrutaron mucho. Estaban en una situación perfecta, Sánchez tendría que tragar con un gobierno hecho por y para el lucimiento de Iglesias o iban a las elecciones en las que destrozarían al candidato socialista. Ahora, les iría muy bien un pacto con el PSOE, no les conviene ir a las urnas y por eso ceden lo que haga falta; pero sin C,s. y los independentistas no consiguen sumar lo bastante.

Ciudadanos vivió una mala experiencia, de ir como un tiro en las encuestas a desinflarse por sorpresa cuando estaban llegando las elecciones. Albert Rivera tenía que aprovechar cualquier posibilidad para mejorar sus expectativas, se hizo misionero del pacto y buscó la compañía de Sánchez, al que ya le daba igual quién fuera el que le apoyara, aunque pactar con C,s suponía poner otro cerrojo a la puerta del pacto de progreso que vendía cuando tenía tiempo. El naranjito ha hecho bueno eso de que un político lo es, cuando es capaz de tragarse un par de sapos para desayunar, pero las circunstancias han cambiado, ahora resulta que ellos y los peperos son los únicos que mantienen una tendencia positiva en la intención de voto, ya no le hace falta vivir genuflexo, puede esperar con tranquilidad a las próximas elecciones.

El PP, sorprendentemente mejora las expectativas desde la fallida investidura de Pedro Sánchez, se mantiene a la expectativa – tancredismo le llaman - es el partido que más fideliza a sus votantes y espera al mes de junio con la intención de conseguir un resultado que obligue a Rivera a pactar con ellos y si faltan algunos votos, ahí están los de CC y el PNV que valen tanto para un roto como para un descosido.

Por eso digo que el pacto con el que nos marean, preocupan y entretienen es imposible. Lo decía el entrañable Rafael el Gallo “Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”. Todo lo demás ganas de pasar el rato y de cantar para que digan que estamos contentos.


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