La izquierda monta el circo en el Congreso



Esto ha terminado como empezó, mal, tirando a peor, para qué nos vamos a engañar. La XI Legislatura no ha servido para casi nada, parlamentariamente hablando; bueno ni parlamentariamente ni para cualquier otra cosa. Si digo verdad esto ha sido un triste disparate que para casi nada ha valido. Aunque estos meses hayan servido para que algunos que fardaban de imagen impoluta, hayan quedado in puribus, ante los ciudadanos. Mucho rollete, mucha foto, mucho discurso, mucho hablar de diálogo, de cambio, de pactos progresistas o reformistas, pero para nada ha valido toda la farfolla mediática con la que han querido ocultar la inanidad de sus propuestas.

No todo ha sido triste, resultó curioso y hasta divertido ver a los de Ciudadanos sentados a la misma mesa que los podemitas, con cara de querer pactar. Una imagen que les va a costar que se borre de la escandalizada memoria de tanto votante de  C,s que se veían en un gobierno con los de Iglesias y no les llegaba la camisa al cuerpo. Ridículas, pero divertidas aquellas declaraciones de amor que se lanzaban de lejos Iglesias y Sánchez. Y francamente graciosas las caras de los de Ferraz cuando Iglesias les montó el gobierno, con sus ministros y todo.

Si volvemos al terreno de lo parlamentario, hemos asistido a un debate de investidura con fracaso y revolcón histórico de un candidato incapaz de recabar los apoyos necesarios y unos cuantos numeritos de los podemitas que llevan en la sangre el gen del titiritero combinado con maneras de matoncillo de barrio, que se han dedicado a dar el espectáculo, dada su incapacidad para construir un mensaje que pudiera interesar a los ciudadanos.

Añadan ustedes el numerito de la mamá coraje con bebé incorporado de la millonaria Bescansa, con niñera sudamericana aparcada esperando a que la “señora” terminara con sus cosas; el morreo pasional y progresista, he de suponer, entre Xavier Domenech y Pablo Iglesias; la cara que se le quedó a Pedro Sánchez cuando Iglesias le lanzó lo de la cal viva, un par de cositas del diputado de las rastas y pare usted de contar. Tampoco es que esperara gran cosa, pero algo con un poquito más de enjundia, sí; que habiendo llegado los leninistas al Congreso, uno esperaba otra cosa.

Se echa muchísimo de menos a aquellos viejos comunistas del PC de toda la vida, no se había inventado todavía lo del PCE, que se tomaban esto de la política de otra manera, vamos que se jugaban la libertad por defender sus ideas. Ahora, que quieren que les diga, son delicuescentes,  más preocupados por la imagen que por el discurso, encantados de haberse conocido, populistas a tope, grave enfermedad política para cualquier comunista o leninista que se precie; ocupadísimos por salir en televisión, donde se lucen recitando las frases que les han preparado los “guionistas” del argumentario y a la hora de la verdad, no diré que nada de nada porque no sería cierto, pero me parece que necesitan mejorar muchísimo.

Claro que cuando a uno le han dado un par de manos de izquierdismo de salón, socialismo de barra o marxismo de velador de bar de alguna facultad y ese es todo el bagaje que  alcanza a transportar en el exiguo zurrón de su ideología, no queda otra cosa que montar el numerito, que al menos te asegura salir en televisión. Eso y media docena, si eres diputado raso y docena y media de lugares comunes supuestamente progresistas si eres portavoz y a vivir que son tres días.

Así que hoy los de Podemos no se han podido resistir y en cuanto han cerrado la sesión que ponía punto final a la legislatura, han montado el numerito aprovechando que algunos cámaras de los medios les seguían dando cancha y allá que se han ido con eso del “Sí Podemos" y así han terminado las alegres comadres del populismo patrio la extinta legislatura.

Los del PSOE que están, si digo verdad, un poco mustios a cuenta de sus cositas, pero que también tienen su corazón ideológico a la izquierda, justo debajo de la cartera diría algún malvado, han sentido la llamada atávica del numerito circense y en la puerta del salón de plenos,  han contestado a los podemitas con el “no nos moverán”, que en mis tiempos era son de mucho lucimiento y fervor político, que era la misma cosa entonar la canción de las narices y que los grises cargaran a mansalva, pero que hoy ha sonado desangelado.

Por resumir, la izquierda no tenía nada que hacer y ha decidido montar su particular sesión de circo en el Congreso. Ahora toca esperar a ver que da de sí la XII Legislatura, que ahí nos la jugamos todos, los titiriteros, los del  podemos, los que no se moverán y nosotros, que somos los únicos a los que parece les preocupe lo que se nos viene encima.

Comentarios

  1. Tan solo espero y es deseo mio, que ya que se quitan la careta tan a menudo, los "llamados de izquierdas", sus fervientes defensores dejen de ser tan tontos, y miren a la derecha como una alternativa fiable y más solida, que los demás cantamañanas que asoman el morro por salir en la foto.

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  2. la desgracia de la peste izquierdosa es que millones de españoles prefieren antes votar a un PP corrupto que a la antiEspaña

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