Los tres saben lo que hay que hacer. Dos no quieren

No sé en qué terminarán las reuniones que SM el Rey tiene previstas con los líderes de los partidos políticos con representación parlamentaria, me temo que en un fiasco importante. Ganas de perder el tiempo dirá alguno, pero es lo que tiene vivir en un estado de derecho,  en democracia todos y las instituciones las primeras deben cumplir las normas. 

Puede sonarles raro, porque vivimos en una sociedad en la que parece que exista la decidida voluntad de no respetar las leyes y quiénes eso hacen, son aplaudidos por una pandilla de indocumentados, que para hablar de la democracia, deberían aceptar que para que exista eso que ellos se empeñan en prostituir con los adjetivos que se les ocurren, directa, transversal, participativa, orgánica, popular, resulta imperativo el respeto por la ley. Sin el acatamiento de las normas no existe democracia.

Nos enfrentamos a un problema, lo han dicho todos: Necesitamos un gobierno y no podemos permitirnos ir a otras elecciones. El problema resulta insoluble, no porque no tenga solución, sino porque aquellos que deberían hacer frente al asunto y aplicar los remedios necesarios, han dimitido de sus responsabilidades y se niegan a aplicar los medios que resolverían ipso facto el problema que a todos atañe y que por desgracia a todos alcanzará.

Muchísima gente está harta de las tonterías de Albert Rivera que no quiere pactar con Rajoy, pero mantiene acuerdos con el PP en muchos lugares; resulta ridícula hasta el extremo la ocurrencia infantiloide de voto que no en la primera votación y me abstengo en la segunda. Si realmente quiere un gobierno capaz de gobernar, tendría que votar que sí en la primera votación y si no quiere que haya gobierno, que vote no en las dos ocasiones y cargue con las consecuencias.

Las declaraciones en las que explicaba que le iba a pedir al rey que convenciera a Pedro Sánchez para que se abstuviera, son de una tontería tan descomunal, que estremece pensar que en las manos de este individuo pueda estar nuestro porvenir. Entre otras cosas, me parece una impertinencia inadmisible que se atreva a encargarle “deberes para casa” a D. Felipe VI.

Estamos ante un clima tal de depauperación intelectual que la frase colocada en el estado del WhatsApp de Pedro Sánchez que reza: ¿Y por qué no?, tiene revolucionada a la izquierda de este país, que están que mean y no echan gota, intentando desentrañar el mensaje oculto en la cabalística frase, fruto de la mente prodigiosa del cerebral líder del PSOE, que va a obligar a los hermeneutas zurdos a llevar a cabo un inefable esfuerzo intelectual.

Nos estamos jugando el pan de mucha gente y los supuestos responsables de poner solución al asunto, juegan a sus cositas y se ríen muchísimo porque les divierte que Mariano Rajoy pase estérilmente por las horcas caudinas de una Investidura fallida y si eso no sucede, estarán encantados con la posibilidad de conseguir investir a un gobierno perfectamente inviable.

Y habrá gente que diga que con sus votos son muy dueños de hacer lo que mejor les parezca y yo digo que no. En una situación tan grave, hay que estar por encima de niñerías y borderías y ceder en favor del interés general de España y los españoles, que para eso han sido elegidos, dónde se elige a los que tienen que defender los intereses de sus partidos es en los congresos, no en las elecciones.

Vamos por muy mal camino, todo el esfuerzo de Rivera y Sánchez está puesto en negar el pan y la sal a quién ganó las elecciones y buscar la manera de eliminar a Rajoy como sea, porque en las urnas no son capaces. Si el PP cumple lo que ha anunciado, es decir que si no puede conseguir un “gobierno que pueda gobernar” iremos a otras elecciones, la culpa será de Albert Rivera y su cúpula trufada de resentidos y como es lógico, de Pedro Sánchez y del Comité Federal del PSOE, que en Ferraz nadie quiere cargar con la responsabilidad de apoyar a un gobierno de Rajoy.

Harto estoy de la irresponsabilidad manifiesta, casi dolosa diría yo, de dos supuestos líderes que lo único que han hecho desde el 26J ha sido decir que no habrá terceras elecciones, a la vez que se quitaban de encima cualquier tipo de responsabilidad y hacían lo imposible para que se produjera precisamente lo que decían no podemos permitirnos.


Darían pena, sino fuera porque estas chorradas las vamos a pagar los de siempre. Si creen que exagero, reflexionen sobre la frase del whatsapp de Pedro Sánchez ¿Y por qué no?, dice el líder en ignorado paradero y la izquierda española se alborota como si fuera un mensaje proveniente del más allá.

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