Podemos se resquebraja

¿De fracaso en fracaso hasta la derrota final?
En las  elecciones del 26J sobresalió el brutal batacazo que se llevó Podemos que se presentó en coalición electoral con IU bajo las siglas de UP y del que todavía no se han recuperado. Perder inopinadamente más de un millón de votos se dice fácil, pero se soporta mal. A toro pasado todo el mundo sabemos opinar y el resultado obtenido, dejando de lado la infantil campaña del pucherazo, demuestra que Iglesias y compañía se equivocaron muy gravemente.

Se equivocaron en el mensaje, en la actitud y en el pacto con IU; que además se comportó aviesamente, de tal manera que su militancia ya fuera por decisión propia o por los consejos recibidos en sus sedes territoriales, no fueron a votar. Ítem más, no parece que hayan llevado a cabo una autocrítica medianamente exigente, la culpa fue del cha cha cha, no del mensaje, ni de la campaña, ni de la autocomplacencia que diría Florentino Pérez, sino del miedo creado por la posibilidad de que llegaran al poder.

Mal está equivocarse, pero mucho peor es no tener la suficiente capacidad de análisis como para averiguar qué los llevó a estrellarse como se estrellaron. Mientras tanto comienzan a aparecer fisuras en la organización, la militancia está perdiendo la fe en el mesías del leninismo amable y transversal,  las preguntas abundan y no hay nadie que dé una sola respuesta.

Estaban dispuestos a hacerse con el poder, por sorpresa, llevados en volandas por el entusiasmo de sus bases y la debilidad de la democracia parlamentaria. Iban a destruir el viejo régimen del 78 y utilizar el poder desde la Moncloa para imponer sus rancias teorías socio económicas, fracasadas en todos y cada uno de los países en los que se intentó su implementación. El pueblo los iba a empujar con tal fuerza que no iban a encontrar obstáculos a su paso.

Pero se dieron de bruces con un desastre electoral y cuando miraron a su alrededor se dieron cuenta que no tenían un plan B; no sabían qué es lo que había sucedido y lo que es peor, ignoraban que era lo que tenían que hacer. En principio optaron por salir a los medios y explicar que si esta vez la diosa fortuna les había vuelto la espalda, en la próxima estarían listos para vencer esa campaña del miedo que, afirmaban, fue lo único que evitó su victoria. Una afirmación con poco fundamento pero que servía, junto a la campaña oficiosa del pucherazo, para tener entretenidas a sus bases y evitar las críticas y el revuelo interno.

Tienen que buscar remedio a su situación, saben que han perdido gran parte de su encanto electoral,  comienzan las crisis internas, las confluencias están pensando que, confluir para nada, igual es un mal negocio y por tanto están obligados a reinventarse. Lo dijo Iglesias, tienen miedo a una legislatura en la que tengan que seguir las mismas reglas que los demás. Una cosa es atacar al sistema y al gobierno desde las tertulias, entrevistas, mítines y asambleas y otra muy distinta ejercerla en el Congreso, compitiendo en ese papel con el PSOE, en donde corren un riesgo importante de tornar en irrelevantes.

Decía Iglesias que una cosa es la guerra de guerrillas y otra distinta ejercer de ejército regular, una vez más le puede su ignorancia, las guerrillas crecen y evolucionan hasta formar el ejército guerrillero, tal y como hizo Tito en la extinta Yugoslavia. Pero detalles aparte hay que reconocer que es lógico que teman afrontar un cambio profundo tanto en el ejercicio de su oposición, como en la organización del partido, que se transformará irremediablemente en otro exactamente igual a los de la casta.

Cunde el pesimismo entre sus cuadros, muchos recuerdan lo que dijo Anguita, el viejo pope comunista, vuelto a la política activa de la mano del populismo. Decía el Califa: “Es ahora o nunca”, pues no fue y muy probablemente no sea nunca. Se enfrentan a problemas de organización, de programa, de definición de ideología, de estrategia parlamentaria, de crisis internas y muchas cosas más. 

Iglesias en su guerra con Errejón,  se ha echado en brazos de los trotskistas de IAA, ahí tiene a Echenique dispuesto a ser el Beria de Pablo, que obedientemente ya ha advertido que ha llegado el momento de arrancar las malas hierbas. Los errejonistas piden responsabilidades por el pacto con IU; se prepara un congreso a la búlgara que no cerrará heridas y se limitará a tapar bocas. Dirigentes nacionales de Podemos advierten que se encuentran ante una tesitura muy difícil,  se trata de reinventarse o morir.

¿Volver a los orígenes o evolucionar? Me temo que alguien se acercará a Pablo Iglesias, que igual no aguanta una legislatura que dure más de dos años al frente de las derrotadas hordas del empoderamiento popular y le susurre en plan Bogart “Siempre tendremos las calles” (1). Una solución fácil la de echar la gente a la calle porque entre el ruido, las sirenas, el desorden, las soflamas, los detenidos, es difícil que alguien escuche las críticas.

Así que me temo que si los pesimistas de Podemos tienen razón y las cosas se les ponen mal, se limitarán a montar la oposición en las calles y no en el parlamento, lugar que salvo a final de mes, abominan.

Por cierto y hablando de calles ¡¡Viva San Fermín!!

(1) Bogart dice exactamente en Casablanca "siempre tendremos París". Lo de "siempre nos quedará París" es una "evolución" de la frase real

Comentarios

  1. Coincido.... y si, Podemos o Unidos Podemos o cualquier nombre nuevo que le pongan, se convertirá en otro partido mas que cobrará a fin de mes de nuestros impuestos, que al final, no es otra cosa lo que pretendían: Un lugar donde apoderarse de parte de la tarta que hasta ahora otros se estaban comiendo. No les interesa España, igual que a ningún partido Comunista Leninista les interesa nada mas que empobrecer económicamente y moralmente todo lo posible al pueblo, para poder vivir a su costa como reyes...Lo triste es que siempre hay muchos ignorantes...

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