Amicus Plato, sed plus magis amica est veritas



Aristóteles y Platón, maestro y alumno.

Esto de titular con una frase en latín es cosa que a los que peinamos muchas canas nos sale de manera muy natural, en mi caso probablemente se deba a los seis años de latín que me ventilé a lo largo de mi bachillerato. La sentencia es de Aristóteles y se puede traducir libremente como “Platón es amigo, pero mucho más amiga es la verdad”.

Esta es una cita que quiero ofrecer a los votantes socialistas de buena fe, que observan, con el mismo asombro que cualquier ciudadano de a pie, las promesas vertidas por Rubalcaba en su precampaña electoral. Desde luego quiero pedir excusas por dar en este escrito el papel de Platón a Rubalcaba, comprendo que pueda ofender a las personas que tengan sensibilidad, espero perdonen mi ocurrencia; la cita se me vino a la mente ayer, sin que pueda precisar cómo, pero para algo que se me ocurrió y avalado por el propio Aristóteles, me pareció que merecía la pena aprovecharla.

Puedo llegar a entender la profunda incomodidad de mucha gente de izquierdas y que se siente progresista a cuenta de las ocurrencias del “Candidato”. Disconformes e incómodos ante el contenido de la campaña preelectoral que hace el “elegido” por el PSOE. Han aceptado a regañadientes la elección de Rubalcaba y sobre todo cómo se produjo, saben que tienen que aceptar a Alfredo que es oficialmente el “presidenciable” socialista, pero no les resulta nada sencillo.

Creo llegado el momento para que reflexionen sobre este asunto y para eso les puede ayudar la frase aristotélica. Rubalcaba será su “amigo”, pero compañeros, mucho más amiga es la verdad. Lo cierto es que la gira electoral de Rubalcaba me recuerda a las primeras elecciones democráticas que vivimos hace ya tiempo en este país; España para los amigos.

En aquellos días, por no decir lo de in illo témpore que ya he gastado el cupo de latinajos, se presentaban a las elecciones cientos de partidos de todo color político y condición. Los ciudadanos entonces sólo “disfrutábamos” de dos posibilidades televisivas, la 1 y el UHF, así que nos teníamos que tragar sí o sí toda la propaganda electoral. Recuerdo como llamaban mi atención los mensajes que se lanzaban que tenían una característica muy curiosa: Cuanto más pequeño fuera el partido y consecuentemente menores fueran sus posibilidades de alcanzar ni de lejos un acta, cuanto más improbables fueran sus posibilidades, más radicales, contundentes y ambiciosas eran sus propuestas.

Nacionalizar la banca, disolver el Ejército, imponer una reforma agraria que daría la tierra a los trabajadores del campo, impuestos para los ricos y subvenciones para los pobres, todo era poco a la hora de prometer. Pensaba yo, que siempre he pecado de mal pensado, ¡claro! como saben que no van a gobernar en su vida, se pueden dar el gustazo de prometer lo que se les ocurra o convenga.

El caso de estos pequeños partidos políticos es el mismo que el de Rubalcaba, el “candidato” del PSOE, sabe que puede prometer lo que se le ocurra porque conoce perfectamente que el resultado que va a obtener en las próximas generales, le va a librar de tener que cumplir cualquiera de sus promesas, es lo bueno que tiene eso de predicar y después no tener que repartir trigo.

Así que ha jurado sobre una sagrada reliquia socialista - un pequeño retal del abrigo de Pablo Iglesias que se guarda y venera en la sede de la Fundación Ideas - que va a terminar con el paro en cuantito gane las elecciones, que les va a meter las cabras en el corral a los malditos plutócratas de la banca y los va a crujir con un impuesto específico que sirva para financiar la creación de empleo joven, etc., etc.

Pero Rubalcaba (a) “El candidato”, vive en una paradoja, concepto que define el DRAE como “Aserción inverosímil o absurda, que se presenta con apariencias de verdadera” que no me dirán ustedes que no le viene al pelo la definición de la Academia la que limpia, fija y da esplendor, a las afirmaciones y promesas rubalcabianas. Y esa paradoja no ha escapado a la atenta observación de esa gran masa de ciudadanos que votaron socialista en los pasados comicios y que ahora mismo, están considerando qué hacer con su voto en las próximas, porque no lo tienen nada claro.

La pregunta es, si Rubalcaba sabe – tal y como afirmó – cómo acabar con el paro, si es capaz de encontrar dinero para financiar la creación de empleo joven, si, como acaba de decir, es cosa del ejecutivo, procurar trabajo a todos esos jóvenes que todavía no ha sido capaces de lograr un puesto de trabajo y ha afirmado que a eso se va a dedicar ¿por qué diablos no lo ha hecho mientras ha gobernado con ZP?

Y para rematar la paradoja, a la vista está que Rubalcaba cuando ha tenido el poder que le hubiera permitido hacer todas esas cosas (mientras ha estado en el gobierno) no lo ha hecho y sin embargo ahora, cuando sabe que no va a poder cumplir sus promesas, porque los resultados electorales no se lo van a permitir, ahora sí promete.

Yo creo que para estos ciudadanos Platón (Rubalcaba) pudiera ser amigo, pero mucho más amiga es la verdad. Por tanto si tienen dudas, si están molestos por las críticas al gobierno de Zapatero que vice presidió el propio Alfredo Rubalcaba, si les huele a cuerno quemado el súbito odio por la banca del candidato, si se sienten incómodos al pensar de manera inevitable que si el fututo del PSOE es Rubalcaba, mal, muy mal tienen que andar las cosas por Ferraz.

Si todo esto les intranquiliza y al mismo tiempo, les incomoda sobremanera recordar aquellos tiempos en los que “Alfredo” lunes, miércoles y viernes nos mentía y los martes, jueves y sábados nos engañaba y ahora resulta que el portavoz de los GAL, el  del Faisán, el liante del “pásalo” del 11 M, el hombre “que mentía más convincentemente de España” tal como lo definían propios y extraños, se ha convertido milagrosamente en el Sumo Sacerdote de la Verdad Socialista y como no lo entienden, desconfían; vayan pensando que ante el momento de extrema necesidad que sufre la Nación, ha llegado la hora de pensar en votar con responsabilidad y escoger a quién pueda servir al interés general, por encima de sectarismos políticos y de los milagros de prestidigitación socialista a los que se dedica Alfredo Pérez Rubalcaba.

Recuerden a Aristóteles y decídanse por la verdad.



Comentarios

  1. Muchas gracias. En tu comentario se ve la razón que tenía Gracián cuando sostenía que "Lo bueno si breve, dos veces bueno". Muy halagador tu comentario.

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  2. Brillante art. Miguel, la verdad es mi amiga y eso es lo que tiene que prevalecer. Un abrazo.

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  3. Muy bueno Miguel.............y con clase ¡como siempre!
    Un fuerte abrazo amigo.
    Victoria

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  4. Muchas gracias a Rosy y Victoria por sus amables comentarios. Un abrazo.

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