En campaña electoral no se habla de pactos ni de vetos

Los que se pusieron estupendos porque pactaban, ahora no quieren hablar de pactos.
Llevamos en campaña electoral ni se sabe, la primera legislatura de Rajoy fueron casi cuatro años de campaña para la oposición; el PP no entró en ese juego, limitó su actividad mediática al mínimo, se dedicó a gobernar y así le lució el pelo. Después del 20D, apenas cerradas las urnas, volvimos a entrar de hoz y coz en otra furibunda y estéril campaña electoral, que nos tuvo entretenidos cuatro meses con los pactos que no podían ser, el pacto que sí fue y no valió para nada, los vetos y las líneas rojas.

Ahora que llega una nueva campaña electoral, los dos partidos que más se beneficiaron de la existencia de un acuerdo que firmaron a sabiendas que no tenía viabilidad alguna y cuya existencia sólo la justificaba el interés partidista de Ciudadanos y PSOE, que se apresuraron a vender hasta la náusea la importancia y el carácter taumatúrgico del acuerdo, ahora cuando ya estamos prácticamente en campaña, prefieren no hablar ni del pacto, ni de los vetos.

¿Curioso no? Pedro Sánchez ha pedido a sus barones que a lo largo de la campaña no hablen de pactos post electorales, porque considera que lo que le sirvió para engañar a los ciudadanos a lo largo de casi cuatro meses y así estar en el candelero mientras ganaba tiempo e intentaba pactar con Podemos, ahora perjudica a sus ya de por sí escasas expectativas electorales.

Todo el mundo sabe que nada puede hacer si no pacta, el acuerdo con Ciudadanos ha pasado a mejor vida y desde luego no va a poder pactar con Iglesias, que ya le ha dicho que si se porta bien le dejará ser vicepresidente; así que el mensaje que manda a su electorado es absolutamente confuso. Tras la nueva debacle electoral que se anuncia ¿qué hará Pedro Sánchez con los votos que haya recibido?, esa es la pregunta que se hacen en Ferraz y ante la falta de respuesta, porque probablemente no la tenga ni el propio candidato, hay  votantes socialistas que están tomando la vía que conduce a IU.

Mientras Albert Rivera, del que decía Sánchez que acaudillaba una marca blanca del PP y que fue el único al que pudo convencer para que lo apoyara, está en una situación delicada – digo delicada y no difícil para que no se me echen encima mis lectores de C,s.- sabe que tiene que contemporizar con sus votantes situados más a la derecha de su organización, que en cuanto se descuide se van a volver a las filas del PP. 

Por eso declaró que no se puede ir a las elecciones con la intención de vetar al Partido Popular tal y como anunciaba Sánchez. Tiene que hacer juegos malabares para intentar calmar a sus votantes, así que dice que hay que ir sin vetos a las elecciones, pero advierte que sólo pactará con el PP si éste elimina a Rajoy, un juego exquisitamente equidistante que persigue intentar salvar la ropa, mientras nada en el proceloso mar de las encuestas.

Se dedica a la equidistancia porque Albert Rivera sabe, como sabemos todos, que el 20D recibió muchos votos procedentes del PP, los hubo que le votaron pensando más o menos lo que anunciaba Pedro Sánchez, es decir que tras las elecciones Rivera pactaría con Rajoy, pero también recibió mucho voto procedente de "conversos” que ya saben ustedes lo peligrosa que es la furia de esa gente y sabe que si no exige la cabeza de Rajoy, se le irán derechitos a la abstención.

Por ahora las encuestas en general tratan bien a Rivera, pero ahí está la del CIS que contempla muchísimas cuestiones de relevancia electoral más allá de la intención de voto, que acaba de publicar en uno de sus estudios que el 14,3% de los votantes de C,s del 20D, hubieran cambiado su voto si llegan a saber lo que iba a suceder. 

Supongo que nadie tendrá la menor duda que ese 14,3% de presuntos naranjitos, hubiera votado a Rajoy si se llegan a oler lo del pacto con el PSOE y sobre todo las conversaciones para ampliar el acuerdo con los de Podemos, que eso de sentarse a la mesa con los amigos de los etarras, resulta insoportable a muchos de sus votantes, aunque no provengan del PP. Probablemente por eso el 20,9% de los votantes de C,s. afirman, lo dice el CIS en la encuesta sobre la fidelización del voto, que no votará a Rivera el 26J.

Así que ya ven ustedes, se pasaron cuatro meses hablando de lo buenos que eran y de su inmensa capacidad de diálogo y ahora que la gente se ha dado cuenta de que los engañaron, resulta que hablar de pactos en Ciudadanos o el PSOE es como mentar la soga en casa del ahorcado. 

¿Con la  campaña electoral a la vuelta de la esquina pactos? Nene caca, eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca. 

Comentarios

  1. Yo me hago una pregunta, y muy seria, ¿no huele todo esto a los años 1928 en adelante?, casi todos y de la forma que sea quieren el poder, a costa de engañar a sus votantes, a cualquier precio, les da lo mismo lo que suceda en el pais, con tal de meter el cucharon en lo más alto, toda una verguenza para una democracia tan joven.

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