Pedro Sánchez habla y la vuelve a liar


Me decía una lectora que parece que siempre esté de mala leche (sic) cuando escribo. No es así, el problema radica en que por mucho que me empeñe, no puedo evitar conocer las opiniones de D. Pedro Sánchez, que parece impelido por una fuerza extraña a soltar disparate, tras disparate y eso marca. 

Este fin de semana, no contento con la ocurrencia del gobierno en la sombra, habló más de la cuenta y resulta imposible aceptar alguna de las cosas que dijo. Vamos a dejar de lado que lo del cambio está tan sobado, que poco impacto electoral puede tener, pero es que hablar del cambio y no explicar qué ni cómo es lo que se va a cambiar y pretender hacerlo con un gobierno de “viejas glorias” simplemente no se sostiene.

Ítem más, me pareció horrible que se atreviera a parafrasear a Adolfo Suárez y me lo pareció porque por mucho que se empeñe Sánchez no se parece en nada a Adolfo Suárez, que fue el padre del consenso constitucional y al socialista sólo lo conocemos por su empeño en vetar a los que no le gustan y su incapacidad para el consenso que le llevó a fracasar en su  investidura, no una, sino dos veces, aunque después se pasara cuatro meses presumiendo del inútil pacto que firmó con C,s.

Está mal que el que se negó diecisiete veces a dialogar con el PP, el rey de los vetos, se atreva a compararse con aquél hombre que fue capaz de gobernarnos, manteniendo un complicadísimo equilibrio, mientras circulábamos por el áspero camino que nos llevó de la dictadura a una democracia parlamentaria, utilizando para ello un concepto algo extraño a nuestra cultura, el celebérrimo consenso.

Un hombre que no es capaz de concitar consenso ni en el seno de su propio partido no puede decir ““¡Puedo prometer y prometo decencia, puedo prometer y prometo diálogo, puedo prometer y prometo dedicación!”, en primer lugar porque suena hasta feo que parafrasee a Suárez y en segundo lugar porque no creo que pueda prometer decencia, ni diálogo y sobre la dedicación, si me permiten que sea sincero, creo que es la promesa que más ha preocupado a su partido, que a la vista está, se sentirían mucho mejor si D. Pedro se dedicara a otra cosa.

Hay que tener presente que, pésele a quién le pese, el PSOE ayer y hoy, va más que servido en asuntos de corrupción. No voy a hablar de Malesa, Filesa, Time Export, ni del saqueo de los fondos reservados de la lucha antiterrorista, ni  enumeraré las organizaciones territoriales del PSOE que están siendo empapeladas por la Justicia, porque ya lo he hecho y además porque aquel que quiere saberlo, las conoce y el que no las conoce es porque no quiere saber.

Fue una metedura de pata, proporcionó munición a sus enemigos y supongo molestaría a los socialistas, ya que deberían sobrarle referentes del PSOE a los que parafrasear sin necesidad de acudir al paradigma del centro. Supongo que alguien le animaría a soltar la frase por aquello de lucir un barniz centrista, pero quién ha estado vendiendo un cambio a la izquierda como programa, no puede estar cerca del centrismo; sonó impostado y como digo perjudicó a las ya de por sí pobres expectativas de su partido.

No tuvo bastante con lo del “puedo prometer y prometo”, de aquel hombre que fue crucificado por el PSOE - el mote de “tahúr del Misisipi” se lo puso un  socialista - tuvo que burlarse de los de “Unidos Podemos”. Resulta extraño que se burle de aquellos con los que hasta hace bien poco pretendía pactar y con los que ha pactado en el ayuntamiento de Barcelona. Ironizó a cuenta de la longitud del nombre de la coalición y dijo con sorna que al PSOE no le hacen falta más que esas cuatro letras para ser el partido del cambio.

Engañó a sus votantes cuando afirmó que las elecciones del 26J son un “referéndum para el cambio”, porque no lo son. El 26J votamos para elegir un presidente de gobierno, entiendo que como su figura no vende utilice otros argumentos, pero que no se invente historias, vamos simple y llanamente a unas elecciones.

Y sobre las letras ya ven ustedes lo que son las cosas, me parece que al PSOE le sobran dos, la E de español y la O de obrero. No puede presumir de español quien pacta con los independentistas y les solicita apoyo y lo de obrero, no necesito siquiera argumentarlo. Quizás en esa política de cambios que propone, podría empezar por las siglas de su partido y dejarlo en PSS, que serían las siglas de Partido Supuestamente Socialista y que a mi modesto entender le vendrían como anillo al dedo.


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