Pedro Sánchez se enfrenta al Comité Federal del PSOE y a sus estatutos


Dicen y es cierto que la cabra tira al monte y en esa situación parece se encuentra Pedro Sánchez candidato socialista para el 26J, al que propios y extraños le auguran un revolcón electoral estratosférico, D. Pedro que confunde la tozudez y la prepotencia con  el tesón, en plena debacle a cuenta del “sorpasso”, ha decidido una vez más dar la nota, que no es lo mismo que dar el do de pecho, para desesperación de la dirección del PSOE.

En una intervención pública ha advertido que su “futuro le preocupa bien poco” pero que, políticamente hablando, ese futuro lo decidirán mano a mano a partir del 26J, el interesado y ese concepto nebuloso al que él llama la militancia. Con estas declaraciones entra en abierta confrontación con la dirección nacional del PSOE y deja a su Comité Federal, máximo órgano de dirección del partido entre congresos, a la altura del betún.

Hay una preocupación muy importante tanto a nivel nacional como en las organizaciones territoriales por el resultado de las encuestas que manejan, que dan por hecho el “sorpasso” en todas las CCAA, excepción hecha de Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha, tradicionales caladeros de votos del PSOE que todavía resisten, aunque vean recortadas sus cifras por el crecimiento de la coalición Unidos Podemos, señalar que curiosamente esas tres CC.AA son las más críticas a la acción del secretario general socialista.

Ante el desastre que se avecina hay consenso entre los barones del PSOE. De fracasar Pedro Sánchez una vez más, no le van a dejar llegar al congreso. Dimitiría Sánchez de motu propio o sería el Comité Federal el que lo destituyera de acuerdo a lo que disponen sus estatutos para nombrar una gestora que sería la que conduciría las negociaciones y decisiones post  electorales.

Una medida prudente, conocen bien la intemperancia de Pedro Sánchez y entienden que el PSOE no puede estar en manos de quién lo habrá llevado a dos desastres electorales consecutivos y que por tanto no cuenta con la necesaria autoridad moral para dirigir al partido, precisamente en un momento extraordinariamente complicado en el que el PSOE tendrá que decidir qué es lo que debe o puede hacer, eso sí desde el tercer puesto al que le habrá mandado Iglesias, con la inestimable colaboración de D. Pedro que ha demostrado desde el momento de su elección que es torpe hasta decir basta e incapaz de gobernarse a sí mismo, lo que le incapacita para dirigir al partido.

Personalmente soy incapaz de comprender qué es lo que pasa por la mente de Sánchez, sabe que ha pasado a la historia de la democracia por ser el primer candidato incapaz de superar la investidura en segunda ronda, ha hecho historia en su partido cosechando el peor resultado habido por el PSOE y parece ser que está en disposición de repetir la hazaña y conseguir resultados aún peores que en el 20D, muy probablemente deje al PSOE convertido en la tercera fuerza política española y a pesar de todo eso pretende, saltándose a la torera la democracia interna de su partido, dejar en las manos de la militancia la decisión de si puede seguir siendo secretario general.

Hay que tener muy poca vergüenza… torera - dejémoslo ahí – para, tras ese paupérrimo historial, agarrarse al truco de la democracia directa, como si el PSOE fuera un partido de organización y tradición asamblearia, para simplemente mantenerse en el machito. Cualquier candidato medianamente honesto ya hubiera presentado su dimisión.

Sabe que no va a gobernar, se lo tiene  advertido Susana Sánchez que le dijo clarito como el agua, que sólo podría gobernar si ganaba la elecciones, lo que en alto politiqués quiere decir “Si no ganas las elecciones,  no vas a continuar ni un minuto más. No nos vas a joder la paciencia otra vez con el rollito de tus pactos; vas a dimitir por las buenas o por las malas y a casita que llueve” Que hay que ver lo que da de sí el politiqués.

Inevitablemente la cabra tira al monte y las mulas cocean y Pedro Sánchez probablemente no sepa hacer otra cosa, ha fracasado estruendosamente, ha dejado al PSOE hecho un solar y pretende continuar mandando, disponiendo y gobernando. No es que tenga más moral que el Alcoyano, simplemente es incapaz de reconocer la realidad y eso lo hace muy peligroso.

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