ZP, Sánchez, Rivera, Iglesias y las encuestas

                                                                                                                                                (Gráfico encuesta GAD3 para ABC)


Esto se acaba o eso parece, hoy domingo se publican las últimas encuestas, a la espera del tracking de La Razón que se publicará el lunes, que siguen diciendo lo mismo: El PP gana, Iglesias pasa por la izquierda a Sánchez en votos y escaños y con Albert Rivera, las cosas no están tan claras, lo que no es raro porque lo de Ciudadanos viene liado de origen, pero en definitiva todos les dan menos escaños que en el 20D y en lo de los votos varía la cosa, unos para abajo, otros para arriba y algunos que se mantiene. Se lleva la medalla de chocolate y a su socio del pacto de no agresión le darán la de bronce, bueno le darán dos, por si pierde una como ha perdido la fe de sus votantes.

Esta semana no se publicarán encuestas a cuenta de la norma que prohíbe difundirlas en estos últimos días de campaña, estúpida prohibición que parece va a ser salvada por una empresa que publicará una súper encuesta, pero lo harán desde Inglaterra, ya se sabe que no se pueden poner puertas al campo.

Volviendo a las que nos dejan ver, he de suponer que algo se nos oculta a los ciudadanos de a pie, no parece lógico que en unas elecciones apenas a seis meses de las anteriores, haya candidatos jugando durante toda la campaña a la ruleta rusa con una tranquilidad pasmosa. Puedo entender lo de Pedro Sánchez que siempre ha tenido querencia por las tablas y se defiende en ellas para resguardarse del desastre que unánimemente se le augura, con el patético argumento de que las urnas siempre han tratado mejor al PSOE, que las encuestas.

Lo de Ciudadanos parece más complejo, los números no le dan como para pactar con el PSOE y alcanzar una investidura; así que sólo se entiende el renovado furor que contra Rajoy proclama y que ahora ha ampliado a su equipo, si lo que pretende es que el PP, ganador en las dos elecciones, se abstenga para que puedan conseguir una investidura PSOE-C,s con la milonga de que de no abstenerse los populares, serían los responsables del triunfo de Unidos Podemos.

Aunque también se pueda pensar que ese ataque que lleva a cabo con energía renovada desde que se desdijo de lo que afirmó en el debate, cuando negó su intención de vetar a Rajoy, se deba simplemente al cálculo. Al día siguiente del debate, cuando los palmeros naranjitos terminaron de decirle a Albert lo bueno que era y que había ganado el debate de calle, entraron a jugar los demoscópicos de guardia, que advirtieron horrorizados que la promesa de no vetar a Rajoy, frenaba la incorporación de votantes procedentes del PSOE, cuestión peligrosa, porque la llegada de socialistas moderados que cambiaban el rojo socialista, por el naranja albertiano estaba manteniendo sus expectativas, a pesar de la hemorragia de votos naranjas que salían pitando en dirección al PP.

Así que puedo entender lo de Pedro Sánchez y Albert Rivera en el contexto de campaña electoral, pero cuando llegue la hora de la verdad, a partir del 27J ¿seguiremos viendo como el candidato menos votado pretende alzarse con el santo y la limosna, apoyado en los escaños conseguidos por el gran perdedor de estas elecciones y exigiendo que se abstenga el ganador? 

No parece que Rivera pueda chantajear a nadie con el peligro podemita, porque si como parece el PSOE pasa a ser la tercera fuerza política en las elecciones, el resultado actuaría como eficaz vacuna para aquellos socialistas que pudieran ver con buenos ojos un pacto con Pablo Iglesias y el Comité Federal escogería con quien pactar con mucha mayor libertad, creo que todos en el ámbito socialista entenderían que un pacto con los populistas significaría la desaparición de la organización socialista como partido, ahí tienen al PASOK griego como ejemplo.

En Ferraz ya no saben qué hacer o qué decir. Sólo les faltaban los piropos bolivarianos a ZP, un tipo que fue secretario general del partido socialista y presidente de gobierno y que ahora resulta que cuando el peor enemigo del PSOE, léase Pablo Iglesias, tiene problemas, le pide consejo y él se los da con mucho gusto.  Ante eso a Susana Díaz se le ocurrió decir que a los de Podemos sólo les faltaba afiliarse al PSOE, pero ella sabe que como se descuiden y no frenen a Sánchez se va a ver genuflexa pidiendo humildemente a los de Podemos que les dejen apuntarse a una coalición de izquierdas, como si el PSOE fuera una triste confluencia de esas que lleva Iglesias en su cortejo.

Que así de feas están las cosas y como no se recupere el sentido común, en un mes estaremos hablando de otras elecciones.

Rivera y Sánchez, mejor dicho el PSOE y C,s. sabrán que tienen que hacer, porque de ellos depende que haya gobierno o los españoles volvamos a pasar por las horcas caudinas de otras elecciones.

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