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Éramos pocos y parió la abuela, la irlandesa naturalmente

Estamos los ciudadanos españoles que nos ahorcan con un hilo, la caída irlandesa nos ha puesto en el punto de mira, bien es cierto que con Portugal interpuesto, de los mercados internacionales que empiezan a pensar que tras los portugueses, vamos a ir de cabeza a los corrales.

Claro si uno escucha a las terminales socialistas nos vamos a enterar enseguida que el problema de la economía española se debe a un ataque de los malditos especuladores o tiburones financieros, aunque eso no es exactamente así. El ataque no se ha producido todavía, por ahora la caída de la Bolsa española, que ha perdido en dos días más del 5,5%, se debe al efecto contagio que han sufrido Portugal, España, Italia y Bélgica por ese orden y a la desconfianza que la economía española despierta entre los inversores.

Cuidado que la diferencia con el bono alemán ha llegado hoy a los 231 puntos básicos, una cifra récord si no me equivoco. Creo que es la mayor diferencia desde que estamos en el euro; entre eso y la subida de más de un 1% del interés que hemos tenido que pagar para vender nuestras Letras del Tesoro hoy mismo, el escenario pinta mal tirando a peor.

Hemos hablado de los especuladores y también de los inversores, y alguno habrá que se pregunte quiénes son esos especímenes y qué les diferencia exactamente. Para ser sinceros son lo mismo, simplemente los portavoces socialistas llaman de una u otra manera a la gente que se dedica a ganar dinero en las distintas bolsas. Si lo que hacen conviene son inversores, si la decisión de esas personas se entiende que ataca a los intereses españoles se les titula como especuladores.

No creo que nadie se llame a engaño al respecto, pero por si alguno necesita que se le aclaren los conceptos, yo modestamente afirmo que el dinero no tiene nombre, ni patria, ni color político. El problema está, como pueden ver aquellos que consulten los resultados obtenidos en distintas bolsas, en que las economías débiles son más susceptibles de sufrir esos ataques porque no tienen capacidad de respuesta y permiten más fácilmente las acciones especulativas.

Habrá que recordar que de aquel que invierte en valores se dice coloquialmente que “juega” a la Bolsa, lo que quiere decir que ésta en sí es un ejercicio especulativo y quién acierta, gana y quién no, pierde.

Así que por ahora no hay ataque, en todo caso contagio y desconfianza, pero me parece que antes que nosotros Portugal y detrás de los lusos nosotros, vamos a sufrir los ataques especulativos a los que no podremos hacer frente y vamos a ir de cabeza al corral donde Europa recoge al ganado producto del desecho de tienta económica y financiera.

Por tanto somos los sujetos pasivos de unas acciones que no sabemos en qué van a terminar pero cabe hacer una reflexión, la desconfianza que nuestra economía despierta entre los, esta vez ,inversores y que puede transformarlos en especuladores ¿a qué se debe? ¿se podría evitar o aminorar?

El Banco de América ayer mismo advertía que tras la caída de Irlanda, si los inversores cuestionaban la sostenibilidad de las cuentas públicas o la salud de los sistemas financieros de Portugal y España, ambos países podrían experimentar serios problemas de financiación.

Del problema de la caída en cascada de distintas economías de la zona euro sólo nos libra por ahora “un fino dique” tal y como define la situación el banco americano y ese dique puede quebrarse si el Gobierno no decide anunciar de inmediato, mejor ayer, que mañana, recortes adicionales que den la suficiente confianza al mercado.

Eso lo dicen los de “fuera” y también los de dentro, es necesario, más que necesario, urgente y vital acelerar el proceso de reformas que hemos prometido. Han pasado casi seis meses desde que se aprobaran los recortes fiscales en el Congreso y hasta la fecha poco o nada se ha hecho. Las fusiones de las cajas, elemento importantísimo, siguen estancadas, si observamos el panorama laboral, la reforma duerme el sueño de los justos y el sistema de pensiones no se empezará a estudiar hasta el primer trimestre del año 2011.

Así que aquí los responsables de las medidas que se adoptaron forzosamente, hay que recordarlo, están por aquello “trabaje pero seguro” y además y ya metidos en harina parece que los ministros responsables se han apuntado a la escuela de los que piensan que piano piano si va lontano.

Europa dice arre y nosotros decimos so, con posterioridad vendrán las madres mías y el sálvese quien pueda. Hay que adoptar medidas difíciles y  se necesita algo que no tenemos, un Presidente de Gobierno que se ponga al frente del país y ponga remedio a tanta calma y molicie, mientras el barco se hunde.

Claro que ZP anda dando mítines en Cataluña, las prioridades están claras, al menos para ellos y a esto de la economía parece que no se ha apuntado todavía, el que manda de verdad, es decir el Sr. Pérez Rubalcaba.

Por tanto y por decir verdad, estamos sufriendo una serie de patologías de las que no seremos los causantes pero “los mercados” los especuladores o los inversores están esperando una decisión urgente, más que rápida, del gobierno español para decidir.

Habrá que esperar a ver si hay vida inteligente en ese gobierno y se ponen a la tarea por encima de la campaña en Cataluña, la propaganda y las encuestas.

Lo decía en el título que encabeza este escrito: Éramos pocos y parió la abuela… la irlandesa naturalmente. Igual eso consuela a alguno.

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